Debate de la Nación: la última oportunidad para el bipartidismo

El estado de la Nación española es convulso. Por eso, el debate del mismo nombre que cada año se celebra en el Congreso de los Diputados para pasar revista a los asuntos políticos puede ser, a partir de este martes, especialmente decisivo. Si se cumplen las encuestas, el año que viene las cosas ya no serán iguales y este podría ser el último debate centrado en un cara a cara entre el presidente del Gobierno y el líder del principal partido de la oposición. Si los sondeos se cumplen, en el futuro el jefe del Ejecutivo no será tan fuerte como lo es ahora Rajoy (mayoría absoluta con 186 diputados)… y quién sabe cuántos líderes de la oposición querrán arrogarse esa responsabilidad. Todo depende del resultado efectivo de las elecciones generales, colofón al año electoral más intenso de la democracia: andaluzas en marzo, municipales y autonómicas en mayo, catalanas en septiembre y generales a finales de año. Lo único seguro es que el Congreso acogerá el martes 24 y el miércoles 25 el primer gran acto de precampaña electoral.

El presidente del Gobierno juega con la ventaja de un formato que le beneficia, pues él abre el debate, siempre es el último en replicar, puede hacerlo cuando lo crea oportuno y sin límite de tiempo. Rajoy tratará de hacer ver a la sociedad que aunque el camino recorrido ha sido angosto, una luz empieza a iluminar el paisaje. También tratará de insuflar a los suyos el ánimo perdido en estos tres años y de dar un último impulso al final de la legislatura.

Pedro Sánchez tratará de contrarrestar ese optimismo denunciando el incremento de las desigualdades y prometiendo justicia social, regeneración ética y una España federal. Pero al líder del PSOE no se le escapa que este debate le brinda una oportunidad impagable: comparecer como único líder de la oposición y afianzarse en ese papel cada vez más reñido. El partido con el que compite por ser segundo en las encuestas, Podemos, aún está fuera del Parlamento.

El resto de partidos se presentan casi como meros comparsas: IU está más en fuera de juego que nunca, sobrepasado ante el tsunami Podemos, la división interna de Unió y Convergencia se torna en fractura en el Congreso y UPyD navega a la deriva estancado en los sondeos.