sin RODEos
El verdadero pacto de Estado
Las encuestas convierten a Andalucía en laboratorio de un acuerdo nacional de gobernabilidad PP-PSOE
En su caída libre, el socialismo español se encontró ayer sin suelo bajo sus pies . La encuesta del CIS, que hace flotar ya al PSOE en el mismo vacío que angustia al PS francés y que anticipó el hundimiento del PASOK griego, coloca al partido que más tiempo ha gobernado en España ligeramente por encima del 22% del voto. Es decir, 5,5 puntos por debajo del denostado mínimo que marcó Rubalcaba en 2011. En su empeño por seguir haciendo historia, por primera vez, el centenario PSOE no es primera ni segunda fuerza en un sondeo para elecciones generales. Aunque el 20% de indecisos puede sobredimensionar su voto real, el hecho es que la inquietante Podemos confirma el «sorpasso» mientras dinamita la izquierda española: IU se rompe y el PSOE no reacciona.
No es la única mala noticia para Pedro Sánchez . La víspera a hacerse público el sondeo, en apenas horas, la propia dirección del PSOE estrenaba y se cargaba a un tiempo su estrategia de partido responsable. Tras el pacto antiyihadista, el nuevo mensaje para abandonar seis meses de mimetismo infantil con Podemos se diluía en la confusión: Sánchez proponía más pactos de Estado y hasta el secretario del PSOE andaluz, de forma inédita en la región, no descartaba acuerdos poselectorales con los populares, pero Antonio Hernando cerraba el paso al PP de forma tajante.
Rajoy, que aguanta en cabeza pese al fuerte desgaste de tres años de gobierno, mira de reojo al emergente Ciudadanos, por si la crecida de la renovación gana caudal también en la ribera derecha del río. La distancia con Podemos, de 3,4 puntos, no garantiza ya ni la victoria a menos de un año para las elecciones.
Quizá de forma premeditada, Susana Díaz ha convertido las elecciones andaluzas en un campo de pruebas en el incierto periodo multipartidista que estrena la política nacional. El cambio de baraja que marcan también las encuestas andaluzas apunta a la que puede ser la primera experiencia de colaboración de gobierno entre el PP y el PSOE, si descontamos el excepcional pacto López-Basagoiti en el País Vasco. ¿Ensayo de gran coalición?