La incapacidad de Luis Bárcenas para decir «cárcel» tras salir de la prisión
Un análisis del discurso del extesorero del PP a su salida de Soto del Real revela el matiz emocional oculto en su intervención
Pese a su aspecto impecable y la aparente decisión de su tono de voz, el inconsciente traicionó al extesorero del PP Luis Bárcenas a su salida de Soto del Real . Aunque quiso dar la impresión de que los últimos 19 meses entre rejas no le han pasado factura, un análisis detallado de los casi seis minutos en los que compareció ante la prensa ofrecen un curioso dato: fue incapaz de pronunciar las palabras «cárcel» o «prisión».
En su lugar, Bárcenas utiliza el deíctico «aquí» en dos ocasiones, así como «dentro de este centro» o «en un centro de estas características», hace notar el experto en comunicación no verbal José Luis Martín Ovejero. Porque Bárcenas no la menta ni cuando es preguntado por el momento más duro de estar en prisión preventiva: «La separación de la familia es lo que hace más dura la estancia en un centro de estas características».
«Cuando evitamos pronunciar el nombre de una persona, el de un lugar o llamar a las cosas por su nombre, es porque tenemos una implicación emocional con ellas e inconscientemente las evitamos, como parece ser este el caso», explica Martín Ovejero. En su opinión, es un hecho que se refuerza con las palabras de Bárcenas sobre su abogado en esta etapa, Javier Gómez de Liaño, a quien recuerda «con sincero cariño» más que por su labor profesional, «por haberle acompañado en sus momentos de sufrimiento mientras se encontraba internado», dice el experto.
Así, pese a que su vida en prisión «es seguro que no habrá resultado fácil», dice el experto, el análisis de la comparecencia muestra que, no obstante, ha conseguido integrarse bien. «Durante su conversación con los periodistas, levanta su mano para que sea bien vista por las cámaras y, dejando sólo recogido su dedo pulgar, estira a lo alto los otros cuatro dedos. Este tipo de gesto, denominado emblemático, tiene gran significación, pues nos encontramos ante una gestualidad que implica cohesión con un grupo, pertenencia a un colectivo, en este caso, como el propio Luis Bárcenas indica, lo hace en recuerdo a sus compañeros del edificio 4 de la prisión», dice Martín Ovejero.
El experto se fija también en el cuidado aspecto del extesorero, con pocos cambios respecto a su periodo anterior a la cárcel. Bárcenas va vestido de forma elegante: traje, corbata, bien peinado, afeitado... «Su apariencia, junto a su mirada durante las declaraciones, no son propias de alguien triste, abatido, deprimido o avergonzado, más al contrario mantiene su vista puesta en aquellos que le preguntan, altivo, firme y desenvuelto como si el lastre de 19 meses entre rejas no le hubieran dejado mella». Se le ve sin prisa, dice Martín Ovejero. «Podría pensarse que tiene bien meditado lo que quiere hacer en esos primeros instantes de retorno a la libertad: pararse ante la prensa». Quiere convertirse en titulares.
Su tono de voz es «intenso, fuerte y decidido». No utiliza monosílabos sino que responde extensamente a las preguntas de los periodistas. «Transmite sensación de seguridad y parece encontrarse preparado para un futuro en el que no piensa quedarse callado».
Contenido
«Es tajante cuando afirma que no se arrepiente de nada y volvería a actuar como lo ha hecho, al igual que cuando manifiesta que tiene discrepancias con otras personas del Partido Popular que no han asumido sus responsabilidades, diciendo literalmente que “las responsabilidades tenemos asumirlas todos”», comenta Marín Ovejero.
Eso sí, para el experto resultan llamativas algunas contradicciones. Como cuando Bárcenas aseguró que no se iba a quejar de nada para, a continuación, quejarse de la hora de salida de la prisión o del un trato de «desfavor» hacia él por parte de Instituciones Penitenciarias; o cuando primero dice que no tiene ningún mensaje para Mariano Rajoy, si bien inmediatamente le da las gracias y asegura que «Luis ha sido fuerte de verdad, le he hecho caso y he sido fuerte».
Martín Ovejero concluye: «Parece que nos hallamos ante un hombre decidido, con fortaleza mental y dispuesto a no guardar silencio, pero que no puede evitar sangrar por la herida de sus 19 meses sin libertad».
Noticias relacionadas