Tania Sánchez y su hermano, cursos de capoeira y batería para cubrir el cupo y poder cobrar
El Ayuntamiento de Rivas exigía un mínimo de alumnos para pagar la subvención
La mayor parte de los 29 contratos por valor de 1,3 millones de euros que recibió la cooperativa de Aúpa fue para impartir talleres de «dinamización cultural y musical». Se trataba de cursos que se impartían en una escuela municipal de Rivas, pero para su puesta en marcha no bastaba con la adjudicación del servicio, sino que estaban condicionados a que hubiera un número mínimo de alumnos. De no llegar al límite, el curso se anulaba y la cooperativa del hermano de Tania Sánchez no lo cobraba.
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Según las fuentes y documentos consultados, en algunos de esos cursos no se llegó al mínimo de alumnos, ante lo que los responsables de Aúpa, que figuran como querellados en la denuncia que presentó el PP el pasado viernes, pasaron a inflar las listas incluyéndose ellos mismos y, también, matriculando a la propia Sánchez.
Alumno de sí mismo
De este modo, la candidata de IU a la Comunidad de Madrid fue alumna del curso de Voz entre octubre de 2003 y julio de 2004. Sánchez, supuestamente, cantaba entre las nueve y las diez de la noche. La pareja del secretario general de Podemos , Pablo Iglesias , repitió en el curso 2004-2005, aunque en otra disciplina: la batería.
Los profesores dependían de la cooperativa, cuyo administrador único era su hermano Héctor. Más sorprendente es que el propio Héctor Sánchez fue alumno de sí mismo. Según la documentación consultada por ABC, Héctor Sánchez Melero figura como alumno en el Taller de Capoeira, la conocida arte marcial brasileña de origen africano que usa elementos del baile. Esto significa que Héctor Sánchez, que en ese momento era administrador único de Aúpa Sociedad Cooperativa, cobraba del Ayuntamiento de Rivas por impartirse clase a sí mismo. El máximo responsable de la sociedad contratista era a su vez beneficiario de los cursos, subvencionados por el Consistorio en el que su padre era -y es- concejal. No es el único caso. En el curso 2003-2004 figura como alumna del Taller de Voz María Abril. Paradójicamente, esta mujer es una de las fundadoras de la cooperativa Aúpa. Otra vez su sociedad cobraba del Ayuntamiento por darse un curso a sí misma.
Éstas no son las primeras irregularidades que surgen en los contratos de Aúpa. Así, como destapó ABC, las adjudicaciones presentan intereses cruzados. La citada María Abril, junto con Yolanda Pérez, otra de las fundadoras de Aúpa, pasaron a trabajar como personal interino del Ayuntamiento en 2003, cediendo el testigo de administrador a Héctor Sánchez, y se les concedió una plaza de funcionarias en 2006.
Desde su posición en el Ayuntamiento pasaron a elaborar los pliegos y valorar las ofertas de los contratos del área de Juventud. Curiosamente, la cooperativa Aúpa que ellas mismas habían fundado fue en varias ocasiones la adjudicataria de esos contratos públicos. Es el caso del contrato de 137.000 euros que se llevó Aúpa en octubre de 2008 con el voto de Tania Sánchez. El pliego de condiciones para el concurso público lo había redactado, como jefa de la Escuela Municipal de Animación de Rivas (EMAR), Yolanda Pérez Díaz. Así consta en el citado pliego, que la funcionaria firmó el 14 de julio de 2008. Pérez también se encargaba después de valorar las ofertas presentadas.
El portavoz del PP en Rivas, Jesús González, dijo ayer a ABC que «todo apunta a que se inscribían en cursos que no interesaban a los ripenses». De esta forma, los cursos conseguían el número mínimo de alumnos. «De lo contrario», argumenta González, «Aúpa no lo cobraba».
