Un viaje a la yihad que acabó en pesadilla

El pasado viernes, Rhimou Bghil Abdeselam, una joven que recientemente había cumplido la mayoría de edad, se escapó de su casa, en la calle Este de la barriada de El Príncipe de Ceuta, rumbo a Marruecos. Allí la esperaban miembros de una red que iban a llevarla hasta Siria, vía Estambul, para hacer la yihad.

Como otras jóvenes , la chica se había radicalizado en los últimos meses, cuando cambio el pañuelo por el nikab y comenzó a utilizar su facebook para recoger mensajes radicales. En el caso de Rhimou, además, se daba la circunstancia de que un primo suyo, con el que tenía una relación muy estrecha, fue uno de los primeros ceutíes en viajar a la zona de combate, donde perdió la vida.

Sin embargo, su madre, una mujer de edad avanzada, aseguró a El Faro de Ceuta que Rhimou era «muy buena niña»; en su barriada, otras personas lo ratifican y la definen como una «chica encantadora», por lo que su decisión de escaparse de casa fue una sorpresa. Los padres, en cualquier caso, reacionaron con rapidez y denunciaron los hechos a la Guardia Civil, que de inmediato cursó una Orden Internacional de Detención. Sabía que si cruzaba la frontera turca hacia Siria ya no habría nada que hacer.

Muy poco después de llegar a Estambul, informa Europa Press, la joven ceutí se dio cuenta de que el paraíso que le habían prometido era una patraña, que empezaba una pesadilla sin marcha atrás. La quitaron la documentación y el teléfono móvil, aunque aún tuvo tiempo de mandar mensajes a una prima suya en los que se mostraba asustada, pedía que alguien fuera a rescatarla e incluso imploraba ser detenida por la Policía si con ello evitaba llegara a Siria. Finalmente, el martes agentes turcos daban con ella, al parecer en el interior de una furgoneta junto a varias mujeres más. Era el final de la pesadilla.