La Policía gibraltareña y la Navy hostigan a pesqueros españoles
La Guardia Civil tuvo que interceder para que una de las embarcaciones, el «Los mellizos», pudiera recoger sus redes e irse
Lanchas de la Policía gibraltareña y de la Royal Navy hostigaron ayer al menos a un pesquero español que faenaba en aguas cercanas a las costas del Peñón y que tuvo que requerir el auxilio de la Guardia Civil para que intercediera y poder poner fin al acoso. Según testigos consultados por ABC, el pesquero, de nombre «Los mellizos», fue «rodeado y embestido» por las embarcaciones de la colonia, cuyos tripulantes «increparon» a los españoles.
Un año y medio después de que el gobierno de Fabián Picardo lanzara bloques de hormigón en los caladeros provocando con ello un conflicto diplomático con el Ejecutivo de Mariano Rajoy, el clima se ha destensado y el roce de ayer se considera «más un accidente que un incidente». Son palabras del patrón de la Cofradía de Pescadores de La Línea, Juan Morente, que a su llegada al cargo hace un año alcanzó un acuerdo tácito con las autoridades del Peñón, según el cual estas últimas se comprometían a informar con 24 horas de antelación a los primeros de cualquier maniobra militar o evento para requerirles que no sacaran sus embarcaciones a la mar.
El marco de esta «tregua» ha facilitado las relaciones durante meses. Pero ayer viernes, por motivos que se desconocen, los gibraltareños no informaron a la Cofradía hasta las 10:00 horas de la celebración la misma mañana de una tradición en la llamada «Caleta beach»: el «baño del oso» de los «llanitos» vestidos de Papá Noel. Por ello, cuando iba a comenzar ese acto, los barcos españoles se encontraban faenando con normalidad en la zona.
De acuerdo con el mismo testimonio recabado por este diario, a exigencias de la Policía gibraltareña, los pesqueros se retiraron enseguida, a excepción del «Los mellizos», que al ser de arrastre no pudo reaccionar con rapidez habida cuenta de que tenía que recoger las redes. En mitad de esa labor fue importunado por los efectivos del Peñón, ante lo que el patrón español hubo de reclamar la presencia del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. La patrullera de la Benemérita se interpuso físicamente delante de la británica para que el pesquero pudiera terminar y marcharse.