Arriola y su reto más importante: la reválida de Mariano Rajoy
El presidente nunca ha llamado al histórico consultor del PP más que ahora
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Hace unos meses vio la luz el libro «Pedro Arriola, el Brujo», la única biografía publicada sobre el histórico consultor y estratega externo del centro-derecha articulado sobre las siglas PP y, específicamente, de los dos presidentes que han llegado a ser primeros ministros, esto es, José María Aznar (1996-2004) y Mariano Rajoy, actualmente en el poder.
Pedro Arriola es uno de los personajes más opacos de todos los que pueblan el vasto panorama de ese complejo entramado que hemos convenido en denominar «clase política», porque, aunque él siempre huyó del machito en el cargo, forma parte de ese paisaje. Y, precisamente, por ser opaco y gustar de la desenfilada se dicen una enorme cantidad de cosas sobre el sevillano. Unas ciertas, otras exageradas en lo bueno y en lo malo, y otras sencillamente falsas.
Como todo el mundo sabe, Arriola fue decisivo en la vida política de Aznar. Primero, en su conquista de la presidencia de Castilla y León; posteriormente, en la plaza de La Moncloa y en su permanencia. Mariano Rajoy estuvo a punto de mandarlo al INEM cuando perdió las elecciones del 2004, pero, sin embargo, unió su suerte a sus consejos y su estrategia en el año 2008 hasta la victoria final de 2011.
Hechos y argumentos
Las principales tesis políticas de Arriola –cuya esposa, Celia Villalobos, sigue disfrutando de un notable acomodo de todo tipo gracias al Partido Popular– son estas: las elecciones las pierden los gobiernos, no las gana la oposición; en muchas ocasiones lo mejor es sentarse a la puerta de la tienda y dejar pasar el cadáver de tu adversario como mejor táctica en lugar de desenvainar; solo se puede gobernar España desde el centro-derecha o centro-izquierda… «Mariano Rajoy aspira a pasar a la historia como un presidente serio…», dice.
Cuando su «cliente» alcanza por fin a ver la tierra prometida el 20-N del año 2011, Arriola le insiste en que su prioridad absoluta es «salvar España» impidiendo a toda costa el rescate del Reino por parte de la troika. «Tienes margen suficiente contando con mayoría absoluta para hacer las reformas necesarias y luego gozar de sus resultados para pedir de nuevo la confianza de los españoles…». Solo parece haber fallado el diseño doce meses, pero nunca se sabe.
En lo alto de la noria
Cuenta Arriola entre los cuadros del PP con fans y detractores. Estos últimos son muy insistentes y en ocasiones prefieren sus prejuicios a la realidad. Se lanzaron a la yugular del gurú andaluz (sobrino de Juan Ramón Jiménez) tras el fiasco en las últimas elecciones andaluzas, cuando su amigo Javier Arenas quedó a unos votos de la mayoría absoluta. Rajoy lo mantuvo. Le sacaron la piel a tiras tras el 25-M (europeas) cuando no supo ver el terremoto que iban a representar Podemos y Pablo Iglesias . Mariano Rajoy lo convocó y lo hizo ponente de los dos «aquelarres» en los que convocó al estado mayor popular. Esto es, en los paradores de Toledo (mayo) y Sigüenza (septiembre). Quiero escribir y escribo que Rajoy nunca ha llamado a Pedro Arriola más que ahora.
Volver a ganar
Es posible, como dicen sus críticos, que Arriola haya perdido, por razón de años y generación, el olfato para interpretar a evolución de la sociedad española. Pero el comandante en jefe –al único que tiene obligación de rendir papeles– no piensa lo mismo, y si considera que fue pieza clave en su arribo a palacio, puede pensar ahora mismo que también será un clavo ardiendo para continuar en el puente de mando. El asesor más importante está convencido de que su cliente volverá a ganar.
Tiene mucha letra pequeña «el Brujo» al que le hubiera gustado trabajar para Felipe González y Alfonso Guerra. Los encontrarán, si me hacen el honor de su lectura, en mi último libro político, «Pedro Arriola, el Brujo».
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