«Sueldos» a altos cargos, viajes, caballos o cotillones: regalos de la trama Enredadera
La juez Alaya apunta en este caso a la finaciación ilegal de PSOE e IU en Sevilla
El levantamiento del secreto de sumario del caso Enredadera ha permitido comprobar cómo funcionó durante años una trama corrupta que tenía «en nómina» a funcionarios de administraciones de toda España y entregó todo tipo de dádivas para lograr contratos públicos. En concreto, la juez Mercedes Alaya investiga el pago de comisiones y entrega de regalos por parte de los empresarios de la compañía Fitonovo —a la que considera una «organización criminal»— a funcionarios y altos cargos.
Según las actas de declaraciones y los informes de la Guardia Civil, a los que este periódico ha tenido acceso, esos regalos de los empresarios a personas con responsabilidad en el Ayuntamiento de Sevilla incluyeron viajes, un tractor carriola o hasta caballos, además de auténticas «mensualidades» a altos cargos.
Así se comprueba en el sumario, donde la magistrada asegura que el exjefe de servicio de la Delegación de Parques y Jardines del Ayuntamiento, Francisco Amores, habría recibido de Fitonovo 90.763 euros entre los años 2000 y 2012 a través de dádivas mensuales, una especie de sueldo. Mientras, el responsable de conservación del Parque de María Luisa, Francisco Luis Huertas, obtuvo 129.655,58 euros entre 2002 y 2011. Según Alaya, la empresa constructora regaló también a este funcionario un caballo valorado en 1.300 euros, una yegua de 1.000 euros, un tractor carriola por importe de 600 euros, dos cotillones de fin de año en 2002 y 2003 por 285 euros cada uno, un viaje a Budapest el 11 de agosto de 2004 que costó 3.450 euros, un equipo de lavado a presión por importe de 435 euros, dos alquileres de vehículo por importes de 301 y 449 euros, respectivamente, y varios teléfonos móviles. Absoluta variedad.
La juez señala, por otro lado, que el exdirector general de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Joaquín Peña Blanco (del PP, ya en el actual mandato), compró un Volkswagen Passat por importe de 21.046 euros del que «abonó 6.600 euros al concesionario», mientras que «el resto supuestamente sería pagado por Fitonovo». Se da la circunstancia de que Peña adquirió este coche cinco días después de que «interviniera» en las negociaciones entre Fitonovo y Albaba para la adjudicación del macrocontrato de jardinería que adjudicó el gabinete de Juan Ignacio Zoido.
Además, como ya fue publicado, entre los regalos de Fitonovo que aparecen en el sumario se encuentra un equipo informático para el exalcalde Monteseirín, según declaró a la juez el administrador de Fiverde, Ángel Manuel Macedo, que dijo desconocer el motivo por el que «se le entregó».
Andalucía y Extremadura
Alaya alude también al pago de 155.000 euros que Fitonovo realizó a IU o los pagos a funcionarios de la Junta de Andalucía o de la Junta de Extremadura para la adjudicación de distintos contratos públicos. Macedo, además, apuntó en sede judicial otras dádivas entregadas a «personas que estaban dentro del Distrito Macarena», precisando que «fueron varios pagos, como mínimo un par de pagos de 3.000 euros», que «posiblemente se efectuaron entre 2005 y 2008». Con esta investigación, la magistrada ha destapado la financiación ilegal tanto de Partido Socialista como de IU en sus años de gobierno municipal conjunto, mediante pagos realizados por Fitonovo a altos cargos como Manuel Gómez Lobo o Domingo Enrique Castaño (PSOE) o bien Antonio Miguel Ruiz Carmona para IU.
Para conseguir sus propósitos, los jefes de la red actuaban en contratos restringidos, en los que, en connivencia con funcionarios, había una «concurrencia ficticia» de empresas instrumentales de Fitonovo. En las licitaciones abiertas, señala la juez, los acusados acudían a diferentes métodos, como la información privilegiada obtenida a través de un funcionario corrupto, ofreciendo ofertas falsas en connivencia con el funcionario encargado de supervisar la ejecución del contrato o alterando el precio de concursos y subastas.
También creaban uniones de empresas falsas o llegaban a acuerdos con firmas competidoras para repartirse el mercado, resume la juez, que ha recibido de la Guardia Civil cuadros con infografía para entender la actividad de la empresa.
Todo ello se hacía con un control «exhaustivo y exquisito» de los sobornos mediante fondos de la caja «B» de la empresa, que obligó a crear un «importante engranaje» en la organización y que incluía recibos firmados cada vez que se sacaba dinero de esa caja. Fitonovo también acudía a una red de «empresas factureras» para emitir facturas falsas por los importes necesarios para pagar las comisiones. El «estricto control» de los sobornos de la caja «B» permitía pagar salarios en negro de trabajadores.