Baracaldo sí tiene memoria

El Ayuntamiento socialista, a instancias de Covite, señalizará con 8 placas los lugares del pueblo donde ETA asesinó. ABC brinda homenaje a sus víctimas

Baracaldo sí tiene memoria ABc

ITZIAR REYERO

Para que las futuras generaciones no olviden la ley del terror que ETA trató de imponer a la sociedad, vasca y española. Para que los niños sepan que en la calle donde ahora juegan fue un día escenario del horror de un grupo fanático que ha asesinado a más de 800 personas, prometiendo la «libertad» que sus siglas secuestraron durante medio siglo en España. Para que los lugares de la memoria no se llenen de vacío, para que la dignidad de las víctimas perduren siempre en nuestro «yo» colectivo.

El Ayuntamiento de Baracaldo (100.000 habitantes), gobernado por el PSE, aprobó esta semana colocar una placa conmemorativa en los ocho sitios del municipio donde ETA asesinó. El zarpazo de la banda dejó ocho víctimas mortales, veinte huérfanos, aunque la mayoría del pueblo ya no recuerda porque la casi todas las familias rotas se marcharon de allí, en silencio.

Ahora, esta iniciativa impulsada por Covite, que ha dibujado en su web «el mapa del terror» en el País Vasco, trata de cubrir ese agujero en la memoria que comparten gran parte de los municipios vascos. En Baracaldo, solo Bildu se mostró en contra. PSE, PNV, PP y IU votaron a favor de instalar los letreros, que llevarán el nombre de las víctimas, la fecha del asesinato y las siglas de ETA. Porque tan importante como recordar a la víctima es no olvidar quién mató.

«Excelente decisión»

Nadie del Ayuntamiento ha contactado todavía con ellas, pero la familia de una de las víctimas, Modesto Carriegas, «el primer político asesinado por ETA», califica la decisión de «excelente». «Es fundamental blindar la memoria histórica. La sociedad vasca está muy interesada en que parezca que aquí no ha pasado nada», afirma Rafael. Él es hijo de quien fue director de la sucursal del Banco Hispano Americano, disparado por los pistoleros etarras cuando salía de su casa, el 13 de septiembre de 1979. Su pecado: ir de número dos en las listas de Unión Foral del País Vasco en las generales.

Tres años antes, el 11 de abril de 1976, fue sido asesinado Miguel Gordo García, guardia civil y técnico en desactivación de explosivos, que murió electrocutado al retirar del cableado público una ikurriña trampa.

En el temible año 1980, la banda mató a dos hosteleros de Baracaldo a los que acusó, inducido por un reportaje de la revista «Interviú» -el autor, Xavier Vinader fue condenado por imprudencia- de ser de la extrema derecha de Vizcaya. Jesús García García fue tiroteado tras la barra del bar «Ion Kola». La familia de Alfredo Ramos Vázquez, del «Stadium», vio cómo se lo llevaban para «ejecutarlo» fuera del pueblo.

El policía nacional Vicente Sánchez Vicente murió delante de la puerta del colegio Santa Teresa, donde acababa de dejar a su hija, de cuatro años. Muchos niños y padres presenciaron cómo le acribillaron dentro del coche el 8 de abril de 1981. A Magín Fernández Ferrero, teniente del Ejército, le descerrajaron catorce balas cuando abría el kiosco de presna de su mujer, en la calle Gaudí, el 5 de julio de 1981. El jefe de la Policía Local, José Aybar Yáñez, fue abatido por la espalda mientras jugaba a cartas en un bar, el 30 de junio de 1982. Vicente Montoya Salazar, policía nacional, murió en 1987, por una bomba colocada en los bajos de su coche; su mujer lo miraba desde la ventana de su casa. Otro compañero, José Manuel Cruz Martín, falleció en 1991 por el mismo método asesino. Su mujer, en el asiento del copilto, resultó herida grave.

Baracaldo sí tiene memoria

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación