Elecciones Andalucía 2022
Las claves del declive de Ciudadanos en Andalucía
El partido naranja ha hecho una buena gestión en el 'Gobierno del cambio' pero las encuestas le dan entre 1 y 3 diputados
Desde que se convocaron las elecciones, las dimisiones han ido en cascada y son casi diarias
«Los andaluces no nos quieren, no sé por qué pero no nos quieren». Esta era la confesión de un diputado de Ciudadanos por Málaga que se ha llevado toda la legislatura trabajando con la mejor voluntad posible para aplicar el programa electoral del partido por el que llegó al Parlamento. Era, como la mayoría de ellos, un ajeno a la política que dio el salto ilusionado por el proyecto de Albert Rivera .
Hace cuatro años, en la precampaña electoral de los comicios del 2-D, todo el mundo daba por sentado que Ciudadanos estaría en el Gobierno andaluz. Ahora la sensación es la contraria. Y los estudios demoscópicos que se conocen hasta ahora corroboran esa sensación porque conceden al partido naranja entre 1 y 3 diputados. Hay que recordar que ahora tienen 21 en el Parlamento.
Una situación que no es posible achacar al desgaste en el Gobierno porque el papel de los consejeros de Ciudadanos en el Ejecutivo ha sido más que positivo. Buena gestión y ningún escándalo. Y, además, una lealtad al socio de Gobierno que nunca se había visto en la democracia española.
Hay quien defiende que a Ciudadanos se lo han cargado sus dirigentes . La salida de Albert Rivera, el líder carismático que lo creó, los vaivenes de Inés Arrimadas y la falta de concreción en sus propuestas políticas lo han condenado. A esto hay que sumar que en Andalucía, Ciudadanos se parece demasiado al PP, «para que van a votar la copia si ya tienen al original», explica otro dirigente naranja.
Con la perspectiva del tiempo, hay quien defiende que han sido demasiado dóciles al Gobierno de Moreno . No han sabido poner el «sello naranja» a su gestión, una clave que se entiende porque sus dos consejeros principales, Rocío Blanco (Empleo) y Rogelio Velasco (Economía) son independientes. Son técnicos, gestores, y no políticos. No han sabido «vender» su trabajo. El fallecimiento de Javier Imbroda también les ha pesado ya que el consejero de Educación y Deporte era una pieza clave en el partido y en su imagen pública.
El papel de Juan Marín también es, claro, determinante. El líder naranja no ha sido capaz de aglutinar a su equipo sino más bien todo lo contrario. El grupo parlamentario ha estado dividido casi desde el inicio de la legislatura y no ha sido posible recomponerlo. Desde que se convocaron las elecciones, las dimisiones han sido diarias. La última, la de Mar Hormigo el día que se registraron las listas electorales.
La prueba es que sólo el 20% de los diputados repiten. El propio Marín, Marta Bosquet (presidenta del Parlamento), Enrique Moreno (presidente de la comisión de investigación de la Faffe), Julio Díaz (miembro de la Mesa del Parlamento) y Rocío Ruiz, la consejera de Igualdad y la única que ha marcado su perfil propio distanciándose de Vox toda la legislatura.
La convocatoria de las primarias para elegir al candidato a la Presidencia de la Junta evidenció, además, una importante falta de afiliados. Marín fue elegido por 823 votos frente a los 454 de su principal rival, el diputado Fran Carrillo quien también ha abandonado la política. Aunque la clave es que se presentaron hasta siete militantes más que obtuvieron 135 votos.
¿Cómo se explica que un partido de Gobierno no haya logrado entusiasmar a los andaluces para que se afilien? A pesar de la nueva política, sin partido parece imposible ganar unas elecciones en Andalucía. Aunque Juan Marín insiste en que está dispuesto a vencer a las encuestas. El 19-J se verá si los esfuerzos han compensado.
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