ELECCIONES MUNICIPALES SEVILLA 2015
Javier Millán: «Si hay que sentarse a pactar, no vamos a mirar con quién sino para qué»
Ciudadanos Sevilla apuesta por la «sensatez» para plantear «proyectos realistas» entre «el despilfarro y clientelismo socialista y el estancamiento del PP»
Pragmático y moderado, el candidato de Ciudadanos, Javier Millán, busca siempre la equidistancia, el equilibrio, el matiz y lo relativo. Por algo se dedica a la mediación. Un discurso que se va asentando y que convierte a su formación en la tendencia política de moda.
—Somos el centro, es obvio. Y nos llega gente que no ha votado nunca o gente desencantada de un lado y otro. El nuestro es un proyecto transversal y por eso llegamos a tantas personas que no tienen por qué estar siempre decantadas y «encerradas» en el mismo punto. Y hablo por mí mismo, que he votado a UCD, al PSOE, al PP y a UPyD. Por eso me encuentro muy cómodo en Ciudadanos, donde se busca siempre el punto de encuentro y la propuesta en positivo.
—Se señala, no obstante, que la procedencia de sus votos está más ligada a descontentos del PP que del PSOE.
«¿Votos del PP? El voto no es de nadie. Eso es un insulto al ciudadano»
—Es que el voto no es de nadie. Yo creo que ese concepto de que le estamos robando votos a tal o cual partido es antiguo e incluso un insulto a los ciudadanos, que son dueños de su voluntad en cada momento y no tienen por qué tener un voto predeterminado siempre.
—Los sondeos apuntan a que ustedes serán la llave de gobierno. Si están justo en el centro, como dicen, ¿puede Ciudadanos apoyar a cualquiera de los dos grandes partidos? ¿Son llave o tal vez comodín?
—El momento actual es para ofrecer propuestas y hablar de pactos es improcedente. Salimos a ganar y si finalmente hay que sentarse a pactar, no miraremos con quién sino para qué. Nuestra idea es propiciar un gran cambio, bien desde el gobierno si somos la lista más votada, bien desde la oposición si no es así. Pero creo que vamos a ganar.
—Mirando las encuestas, ¿no es un poco osado hablar de ganar las elecciones?
—Tenemos el mejor proyecto, tenemos a gente muy preparada, tenemos una filosofía de buscar acuerdos y tenemos el referente del mejor líder. Es indudable que Albert Rivera va a ser presidente de nuestro país dentro de poco, en cuanto los españoles tengan oportunidad. Hay una gran orfandad política y la gente se está sumando al proyecto con una rapidez que no esperábamos.
—Ese crecimiento fulgurante de Ciudadanos, ¿no conlleva una falta de estructura para afrontar responsabilidades públicas con solvencia?
—No tiene por qué. La verdad es que podemos presumir de tener unos recursos humanos inmejorables, con muchísimos profesionales de todos los ámbitos. Económico, jurídico, de la ciencia, la sanidad, la arquitectura... Es verdad que no tenemos una estructura clásica de partido, pero es que no vamos a tenerla nunca porque no es nuestro modelo. El nuestro es más flexible y ligero. Aún así, conocemos muy bien el terreno. Somos sevillanos y conocemos los pormenores de la ciudad. Lo que no tenemos es la inmensa maquinaria de propaganda de esos dos mastodontes que son PP y PSOE. Que tienen también a mucha gente en las instituciones que trabaja para el partido. Pero sabemos bien qué queremos y qué no queremos para Sevilla.
«Cansados de titiriteros»
—¿Y qué quieren hacer ustedes que no se haya hecho ya? ¿Qué aportaría Ciudadanos a la ciudad? Sin brindis al sol, si puede ser...
—Por supuesto. Con los pies en el suelo. Estamos en el punto intermedio idóneo para plantear proyectos serios, sensatos y realistas. Los ciudadanos están cansados de titiriteros que presentan megaproyectos y luego no cumplen o bien despilfarran lo que es de todos. Nosotros, sin embargo, estamos en la situación perfecta para promover mayor agilidad administrativa, rebajas fiscales, un salto a la innovación, una diversificación de la economía o una imagen de la ciudad más moderna. Y sentido común, que hace falta después de pasar de un extremo al otro. De un gobierno socialista que no tenía medida en su gasto, en su despilfarro y en su clientelismo, a otro popular que sólo puede hablar de una supuesta cuadratura de las cuentas y que no va a dejar nada más que estancamiento y poca sensibilidad social.
—Lo del clientelismo es fácil decirlo desde fuera, ¿pero asegura usted que no harán lo mismo si llegan al poder?
—Claro. Una de nuestra principales propuestas es dejar en la mínima expresión los cargos de libre designación, los asesores. Hay varias decenas de personas de confianza, contratadas a dedo, que suponen 2,6 millones en sueldos. Eso se puede invertir en algo con más de retorno para la sociedad.
—Al hilo de las propuestas, ustedes subrayan especialmente una, ayudar a la reactivación económica y a la generación de empleo. ¿Con qué medidas?
—Jamás diré que voy a ser el alcalde del empleo. Pero sí que voy a facilitar las condiciones, pero de verdad, para que las empresas se instalen o crezcan. Promoveré rebajas y bonificaciones fiscales para todo aquel que inicie una actividad empresarial, la implantación de ventanillas únicas temáticas o la agilidad administrativa para superar procedimientos que se han quedado en el siglo XX y que obligan a esperar meses a alguien que quiere poner en marcha un negocio. Además, los datos del Ministerio de Hacienda indican que los servicios públicos que recibimos no se corresponden a nuestra presión fiscal, no hay la misma equidad que en otras ciudades como Valencia, Zaragoza... Para compensar, en nuestro programa marco local llevamos medidas para que los ayuntamientos participen del IRPF y del IVA, recaudando más.
—Ha hecho usted antes mención a una «falta de sensibilidad social» del Gobierno municipal de Zoido. ¿Por qué?
—Lamentablemente, no se le ha dado prioridad a esa parcela. Se han vendido algunos logros, pero más propagandísticamente que otra cosa. Hay zonas donde no se prestan los servicios sociales que hay que prestar y en otras lo hacen organizaciones privadas con subvenciones de entidades financieras. Pero no existe el servicio público. Hay que redimensionar otros gastos y trasladar dinero a este capítulo, que está muy abandonado.
—Ahora que menciona las subvenciones, ¿algún partido va a coger de una vez ese toro por los cuernos y va a recortar seriamente y con rigor la cantidad de dinero público que se destina a organizaciones e instituciones de todo tipo casi para cualquier cosa?
—Ciudadanos parte de una premisa básica, que es cambiar la cultura de la subvención por la del incentivo. Si alquien llega con un proyecto determinado y viable tendrá nuestro apoyo, pero es muy importante un concepto, el de la evaluación del gasto, que se ha perdido. Hay que medir el retorno que tiene para la sociedad el dinero que se concede. Ya se ha pasado la etapa en la que alegremente se repartía el dinero, yo diría que con una intención última, que es garantizarse fidelidades, pero nosotros estamos libres de ataduras y no tenemos clientelismo que mantener; y vamos a romper ese esquema. Ciudadanos no va a entrar por ese aro de las subvenciones a cambio de apoyo electoral. Es un concepto muy viejo. Y precisamente en Andalucía hemos tenido bastante ya en ese terreno.