Iglesias pide a Sánchez y al PSE que levanten el veto sobre Bildu
El líder de Podemos llama a «normalizar» a los batasunos para formar un tripartito
Podemos se aferra a una gran alianza de izquierdas para desplazar al Partido Nacionalista de Ajuria Enea y, de paso, mantener su capacidad de influencia en el Parlamento de Vitoria ante el incierto futuro que le auguran las encuestas. Es un anhelo difícil de materializar, dado que requeriría sentar en la misma mesa a socialistas y batasunos, y los primeros ya han dejado clara su inclinación por el PNV, con el que han gobernado en coalición esta pasada legislatura. No pierde sin embargo la esperanza el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, que sigue empeñado en que Pedro Sánchez y el PSE levanten el veto sobre EH Bildu. El líder de la formación morada hablaba ayer en Bilbao de la necesidad de «normalizar la vida política» en el País Vasco tras ese «terrible y doloroso» pasado del que responsabilizó por igual a ETA y al GAL. Repartiendo las culpas, el pacto es más fácil.
En el que fue su primer mitin en suelo vasco desde que comenzó la campaña electoral, Iglesias alegó que esa «situación de convivencia» impera incluso en las calles de la Comunidad Autónoma vasca. «Ya es normal en las familias», aseveró en el Palacio Euskalduna de Bilbao , donde apoyó a la candidata de Elkarrekin Podemos a lendakari, Miren Gorrotxategi.
El secretario general de Podemos omitió en su alegato referencias a los episodios de violencia que se han sucedido en el País Vasco durante la presente campaña electoral, en la que la izquierda nacionalista radical ha vuelto a dejar su impronta. Tampoco al ataque que sufrió la líder del PSE, Idoia Mendia, en cuyo domicilio los extremistas arrojaron pintura y folletos del preso etarra Patxi Ruiz. Un acto de «kale borroka» que fue rechazado con matices por la coalición de EH Bildu, que de hecho impidió que saliera adelante una declaración institucional de condena unánime en el Parlamento.
Las reticencias de los batasunos a la hora de cortar lazos con los violentos son precisamente el principal obstáculo que advierte para el acuerdo el PSE, que, en cualquier caso, ya ha manifestado abiertamente que no se prestará a este tipo de «experimentos de izquierdas». Una postura que ratificó ayer Mendia en Radio Euskadi: «EH Bildu no va a votar a Idoia Mendia como lendakari y yo no voy a votar a Maddalen Iriarte -la candidata de la coalición soberanista- como lendakari», manifestó.
El PNV, a la oposición
Pero los socios de Sánchez en el Gobierno central aprietan a Sánchez. Primero fue el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, quien el domingo urgió a conformar un «Gobierno progresista» en el País Vasco de la mano de PSE y Bildu. Y ayer hizo lo propio Iglesias. El líder morado fue con pies de plomo , pues no tampoco quería quemar puentes con un PNV que se erige como el principal aliado del Ejecutivo central.
«Yo no voy a hablar mal del PNV, tengo mucho respeto por Aitor Esteban, un tipo listo. Le suelta unos zascas a la ultraderecha para aplaudir», avanzó Iglesias. Sin embargo, añadió que el Partido Nacionalista Vasco «necesita unos años en la oposición» para poder seguir siendo «útil a su pueblo».
En este sentido, recordó que el PNV «también es Zaldívar, también es el fraude en los comedores infantiles, también es el «caso De Miguel»». Incendios que él consideró «normales», pues «el poder desgasta». Esa es la razón, sentenció, por la que el Gobierno vasco necesita una «renovación».
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