Rivera pide a sus indecisos que voten «con el corazón» para evitar el voto útil al PP

Hace autocrítica por primera vez: «Quien diga que nunca se equivoca miente»

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Albert Rivera, ayer en el Foro ABC Jaime García

Víctor Ruiz de Almirón y Juan Casillas Bayo

Albert Rivera reconoció ayer sin medias tintas que Ciudadanos «se la juega» en los próximos 10 días. El fantasma de un descalabro que propicie un cuestionamiento de su liderazgo es algo que no visitaba desde los ya remotos orígenes catalanes del partido. Entre 2006 y 2012 Rivera estuvo políticamente muerto varias veces. Nunca desde entonces las previsiones sobre la evolución del partido fueron tan sombrías como para que su continuidad al frente de Ciudadanos sea uno de los temas de los que podría hablarse tras el 10 de noviembre.

No es ninguna nimiedad que ayer Rivera hablase de autocrítica por primera vez. «Yo me equivoco cada día (...) Quien diga que no se equivoca nunca miente», llegó a decir. Pocas veces se ha escuchado al líder de Ciudadanos en ese tono. Rivera ejecutó un discurso que puso en el centro el concepto de la igualdad entre españoles frente a los privilegios de los nacionalismos periféricos. Está dispuesto a alcanzar acuerdos con Sánchez, pero le reclama un cambio en su relación con esos partidos: «Si consideras a Torra un socio (por el pacto en la Diputación de Barcelona) y a PP y Ciudadanos enemigos, estás cometiendo un error histórico».

Los indecisos

«Convencer a quien ya convencí»

La gran batalla de Ciudadanos es contra la abstención y la baja fidelidad de sus votantes. El 28 de abril votaron a Ciudadanos 4.136.600 personas. Según los datos del CIS, de ese total de votantes solo un 34% responde de forma espontánea que repetirá su voto el próximo 10 de noviembre. La comparación con el resto de grandes partidos es abismal. PP, PSOE y Vox tienen este nivel de fidelidad por encima del 60%, mientras que Unidas Podemos supera el 50%.

En total Ciudadanos compite con PP y PSOE por cerca de 1,5 millones de indecisos. De entre todos ellos Rivera se centra en un objetivo: «Convencer a los que ya convencí». Es decir, lo que podríamos llamar como el «indeciso propio». A partir de los datos del CIS se destaca que más de 800.000 votantes que apostaron por Ciudadanos el 28 de abril podrían pasarse ahora a PP o PSOE. Concretamente son 475.000 electores que dudan si votar por Pablo Casado y 335.000 votantes que dudan si hacerlo por Pedro Sánchez. También aspira Rivera a captar a más ex del PP que a ex del PSOE. Se trata de encontrar un equilibrio, que destaca siempre al PP como «socio preferente», pero que apuesta por grandes acuerdos de Estado entre PP, PSOE y Ciudadanos como eje de campaña. Eso sí, dejó claro que en caso de no gobernar con el PP podría contribuir a «desbloquear» si los españoles apuestan por Pedro Sánchez, pero que estará dispuesto a ello «para ser valiente, no para ser cobarde».

El concepto remontada

Apunta que ya hay mejora en sus datos internos

«Yo nací contra las encuestas». En momentos difíciles Rivera siempre gusta de recurrir a la épica de superación de Ciudadanos en sus orígenes catalanes. El partido parece aferrarse a explotar el concepto de la remontada. Asegura que ya están percibiendo repuntes en sus «trackings» internos. Fuentes de la dirección admiten que la pelea por la tercera posición está muy disputada, pero creen que en estos momentos podrían seguir manteniéndola.

El presidente de Ciudadanos reflexionó ayer sobre la dificultad que tiene para movilizar a los suyos. «El votante moderado cuando se repiten elecciones a veces se queda en casa», dijo Rivera, apuntando a que se trata de «un votante menos ideologizado, menos sectario». Se trata de un votante que decide a última hora, y se aferró a que la clave es «la última semana» y a que «quedan los debates». De hecho Rivera arranca la campaña jueves y viernes y no tendrá actos ni el fin de semana ni el propio lunes para centrarse en preparar el debate.

El peligro del voto útil

Votar al que te gusta y no votar con la calculadora

Con bolsas de voto muy expuestas tanto a izquierda como a derecha el gran riesgo que puede hundir a su partido es que los indecisos opten por el voto útil. Eso explica que Rivera prometa ahora desbloquear. Aunque con matices. Si suma con el PP, habría Gobierno de coalición y en el caso del PSOE no se contempla un vínculo tan profundo. «Para evitar terceras elecciones tenemos que encontrar un mínimo común denominador», justificó el líder de Cs. Rivera reclamó que hay que votar «con el corazón», optar por el partido que más le guste a cada uno y no «con la calculadora».

Recupera a su gurú económico

Garicano, un activo de la campaña

La recuperación de Luis Garicano, portavoz del partido en el Parlamento Europeo, y el gran referente del sector que reclamó que no había que cerrar la puerta a alcanzar acuerdos con el PSOE.

Durante su intervención Rivera miraba mucho a Garicano. Algo que era muy habitual en los inicios de ambos como tándem cuando el economista fue fichado por el presidente de Ciudadanos para construir el programa del partido y convertirlo en una formación de ámbito nacional. «Le da confianza», reconocían en esos inicios en el entorno de Rivera.

Esa crisis derivó en el portazo en su salida del partido de una figura como Toni Roldán, discípulo académico de Garicano, que fue la punta del iceberg de una importante disputa interna en el partido a la que siguieron muchas otras salidas. Garicano, habiendo mantenido su posición crítica que disgustó a Rivera, optó por seguir con él. Con el actual discurso de Rivera su gurú económico se ve reforzado. No hay veto al PSOE y se pone en el centro el carácter reformista del partido. En una entrevista esta semana habló de él como su eventual ministro de Economía. En el Foro de ayer se refirió a él en un par de ocasiones y este viernes ambos comparten acto en Málaga, lo que significa sin duda que se le recupera como activo político. Hubo alusiones también para Francisco Igea, el también crítico y siempre combativo vicepresidente de la Junta de Castilla y León.

Sin tensiones con el PP

Dice que sus pactos son sólidos

Puso de ejemplo de eficiencia de los pactos entre PP y Ciudadanos que en Andalucía ya se trabaja en el segundo proyecto de cuentas públicas mientras que Pedro Sánchez ha sido incapaz de elaborar unas y siguen prorrogadas las que ellos pactaron con Mariano Rajoy. «Lo importante es la capacidad de entendimiento entre distintos», y destacó que «por primera vez hay gobiernos de coalición entre partidos nacionales». Tras los recientes choques que se han producido tanto en el Ayuntamiento de Madrid como en la Comunidad de Madrid, Rivera insistió en que esos acuerdos representan «Gobiernos muy sólidos más allá de anécdotas».

Política fiscal moderada

«Que todo el mundo pague pero tipos razonables»

Dentro de toda su propuesta política, apostar por bajar impuestos sigue siendo un eje, convencido de que se puede ingresar «igual o más» con tipos más competitivos. «Más reformas, menos recortes, pero menos impuestos», resumió Rivera. Defiende «pagar lo menos que se pueda» para poder ejecutar «políticas efectivas». Puso de ejemplo la supresión de sucesiones donde gobierna y de bajar el IRPF.

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