Elecciones generales
Así repartieron sus ataques Casado, Rivera, Iglesias y Sánchez en el segundo debate electoral
Los líderes del PP y Cs se enfrentaron al candidato del PSOE y entre ellos, mientras que el de Podemos fue ignorado por todos
¿Quién ha ganado el debate electoral de Atresmedia?
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El segundo y último debate electoral mostró un enfrentamiento de Pablo Casado y Albert Rivera contra Pedro Sánchez y entre ellos; y del presidente del Gobierno contra ambos y Vox, a quien no dejó de aludir a pesar de no estar presente . Mientras, Pablo Iglesias quedó en un segundo plano, prácticamente ignorado por todos. Así se desprende del recuento de interpelaciones entre los cuatro candidatos.
Albert Rivera comenzó el debate lanzado contra el líder del PSOE, animado por las buenas sensaciones de la primera vuelta , celebrada el lunes en TVE. En ocasiones con interrupciones, incluso faltón («Usted no se entera, señor Sánchez»), llegó a pasar también a encararse con Casado, perdiendo en algún momento su objetivo común, desalojar al actual presidente de La Moncloa. Su enfrentamiento no fue a mayores. El rival es Sánchez, como demuestra que el mayor número de sus interpelaciones, o directamente ataques, fueron hacia él. El doble de los que mandó al líder del PP, que, aún así, recibió más que Pablo Iglesias, prácticamente ignorado por todos.
Pablo Casado, como no podía ser de otra forma, también dirigió sus alusiones a Sánchez y al PSOE. Prácticamente en mismo número que Rivera. Al líder de Ciudadanos, a pesar de contar con él como aliado para desalojar al actual presidente del Gobierno, le dedicó más atención que a Pablo Iglesias. Al contrario que en el primer debate, sí hubo combate por el liderazgo del bloque de la derecha, aunque sin perder de vista a Sánchez.
El discurso de Casado, como hizo la noche anterior, se centró en el empleo y el paro. Trató estos temas más que ningún otro candidato, presumiendo de la gestión de los populares y atacando la de los socialistas. Cataluña y la política territorial fue el segundo lugar frecuente del líder del PP y el primero de Ciudadanos. A pesar de que los moderadores de Atresmedia lo dejaron para el final, no dudaron en ponerlo sobre la mesa para señalar la relación de Sánchez con los independentistas.
Pedro Sánchez, por el contrario, pasó de puntillas por la cuestión catalana y no hizo especialmente hincapié en el empleo y la economía. Sus temas recurrentes fueron los asuntos sociales, la mujer (feminismo y violencia de género, que usó para atacar al PP) y, sobre todo, Vox y la extrema derecha.
El partido de Santiago Abascal, ausente en el debate por decisión de la Junta Electoral Central, fue mencionado en una decena de ocasiones por el presidente del Gobierno para identificar sus posiciones con las de PP y Ciudadanos. Sánchez, acorralado por ambos líderes del centro-derecha, procuró meter siempre a los en el mismo saco: «Dicen tantas mentiras el señor Casado y el señor Rivera».
A ellos dirigió la mayoría de sus ataques casi por igual, aunque ligeramente más al líder naranja (azul oscuro casi negro, según Sánchez) por las continuas interpelaciones de Rivera y su retahíla de material efectista para ilustrar el debate, como fotos con independentistas, el papiro de corruptos del PSOE o la tesis del doctor Sánchez . Mientras, Iglesias fue también ignorado por el líder socialista.
Pablo Iglesias adoptó un papel de superioridad moral, con frases del estilo «no hace falta insultarnos», «los espectadores no se merecen este espectáculo» o «estoy sintiendo mucha vergüenza por la forma en que se está desarrollando el debate». Ignorado por todos, el líder de Unidas Podemos fue el menos interpelado por el resto de candidatos. Él se dirigió con más frecuencia a ellos, aunque casi siempre se quedó sin respuesta, a excepción de un duro choque con Rivera . Tampoco despertó el interés de Sánchez, que le dejó otra vez con la duda de si intentará pactar con Ciudadanos si sumaran mayoría absoluta. La misma duda que quedó sobre un eventual pacto suyo con los independentistas.