¿Por qué no seduce Pedro Sánchez?

Elegido para levantar el PSOE tras Rubalcaba, los sondeos auguran que lo hundirá más

Pedro Sánchez en el acto de apertura de campaña en Madrid EFE
Gabriel Sanz

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Para muchos en el PSOE es difícil encontrar explicación al declive de un Pedro Sánchez que hace tan solo dos meses encarnaba «el cambio». Lo certificaba el jueves la macroencuesta del CIS junto con el «sorpasso» de Unidos Podemos al PSOE pero, unos días antes, el sondeo de GAD 3 publicado por ABC arrojaba datos inquietantes para los socialistas.

Si en febrero un 40% de los españoles estaba seguro de que Sánchez sería presidente del Gobierno, y tan solo el 20% seguía confiando en la investidura de Rajoy, a finales de abril esos porcentajes ya se habían dado la vuelta. « Mala señal en un país que vota a ganador », reconoce una importante candidata socialista preocupada no por el futuro de Sánchez sino el del PSOE. ¿Cómo es posible? Se preguntan en voz baja, atónitos porque el hombre que fue atractivo relevo de Alfredo Pérez Rubalcaba pueda hundir al que más años ha gobernado España en democracia. He aquí algunas respuestas:

Empecinamiento

Se le culpa de lo sucedido igual que a Rajoy . Los españoles acudieron a las urnas el 20-D en busca de una solución a la crisis y lo que han encontrado es... parálisis. Lejos de penalizar a los que Sánchez viene identificando como «enemigos del cambio», Rajoy e Iglesias, las miradas se vuelven también hacia él, como atestigua su casi empate a «culpas» en el sondeo de GAD3. Diríase que, tras su investidura fallida por el rechazo de Podemos a apoyar el pacto PSOE-C’s, empeñarse en el «no es no» con el PP sonó prepotente y le hizo traspasar la débil línea que separa firmeza de intransigencia en un momento crítico de bloqueo.

Bandazos

Del gobierno «a la portuguesa» a Ciudadanos . Sánchez viajó a Lisboa tras las elecciones de diciembre y allí dijo que intentaría un «gobierno de izquierdas» como el luso, pero con Podemos. Y cuando comprobó que no sumaba sin los independentistas catalanes de ERC y DiL, y, sobre todo, que los barones no tragaban , viró hacia Ciudadanos. Y firmó con Albert Rivera un pacto solemne el 24 de febrero para salvar la consulta a la militancia del PSOE, a la que se había comprometido. A partir de ahí, todo fue un imposible , y Rajoy, a quien los sondeos de dos meses antes habían desahuciado, comenzó a revivir.

Falta de «autenticidad»

Su «frialdad» no traspasa la pantalla . Todo lo anterior puede explicar en términos políticos la caída, pero existen más motivos. Hay que hablar también del factor humano , de lo que unos en el PSOE denominan «frialdad» y otros, abiertamente, «falta de autenticidad». Hace meses ya que abandonó la lectura de discursos con teleprompter, que tantas críticas le generó, y ahora se pasea por los escenarios sin atril y en mangas de camisa, pero sigue sin enganchar.

Liderazgo débil

La eterna pelea con Susana Díaz le perjudica . Lleva dos años al frente del PSOE pero parecen diez, por la de crisis internas que ha sorteado y el cuestionamiento de su liderazgo por los barones. La «sombra» del salto de Susana Díaz a Ferraz siempre ha estado ahí y está.

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