La mayoría del PP en el Senado le da la llave para una reforma constitucional

Madrid, Valencia, Galicia y Asturias, entre las regiones donde el partido acusa mayor retroceso

Aznar, con García-Escudero (izquierda) y Posada, en el Comité del PP

SARA MEDIALDEA

La larga noche del 20-D dejó una cosecha de triunfos y de fracasos a las puertas de la sede popular. Si bien es cierto que los resultados no fueron buenos, e incluso que fueron peor que las expectativas demoscópicas, es imposible obviar los datos buenos que también dejaron los comicios en el Partido Popular. Entre ellos, el principal es su espectacular resultado en el Senado , donde tienen mayoría absoluta con 124 escaños.

El propio Rajoy daba cuenta ayer lunes de este triunfo, destacando su importancia estratégica: «No se puede modificar la Constitución sin el apoyo del PP, lo cual es muy reconfortante para nosotros y creo que también para la mayoría de los españoles».

Fuerza más votada

Pero además, hay otros datos que merecen reseñarse en el balance de las elecciones del 20-D: por un lado, el hecho incontestable de que el PP ha sido la fuerza más votada a nivel nacional, y también en buen número de territorios españoles. Por ejemplo, es el partido más votado en 13 de las 17 comunidades autónomas -todas excepto Andalucía, País Vasco, Cataluña y Extremadura-. Y también en 39 de las 52 provincias españolas.

Paradójicamente, entre los éxitos del PP en este 20-D se pueden contar sus resultados en comunidades donde no han sido la lista más votada. Por ejemplo, en Extremadura, donde las urnas dieron mejor resultado -cinco diputados- de los que les daba el último CIS -que eran cuatro-. O los de Cataluña, cinco diputados, también uno más de los que señalaba el CIS, y además igualando al resultado de Ciudadanos, que en las catalanas del 27-S tuvo unos apoyos espectaculares.

Andalucía, a un escaño

También en Andalucía, el PP se ha quedado a un solo diputado de igualar al PSOE, que es hegemónico en aquella comunidad desde hace más de 35 años.

Murcia es otro éxito popular: más de un 40 por ciento de apoyos mantiene en esta región, el porcentaje más alto de toda España. Y en Castilla-La Mancha y Castilla-León, aunque no la alcanzan, se quedan cerca, y el PP es en ambas el partido más votado.

En Madrid, de los 19 diputados del anterior mandato se ha pasado a 13

Sin duda, en el capítulo de los fracasos se han ganado un puesto dos comunidades que durante décadas han sido graneros de votos populares, y que ahora están en horas bajas, a pesar del esfuerzo y el empeño que han puesto los dirigentes populares en sacarlas del letargo durante esta campaña. Pero no lo han conseguido: en ambas comunidades, el PP se ha mantenido como el partido más votado, pero con un recorte de apoyos que les deja cerca de reducirlos a la mitad.

Un ejemplo es el de Madrid, donde de los 19 diputados del anterior mandato, se ha pasado a 13. En Valencia, de 20 escaños se ha pasado a tener 11 tras el 20-D.

También Galicia ha registrado una bajada significativa , de 15 diputados a 10, aunque ha logrado mantenerse por encima del 37 por ciento de apoyos, casi nueve puntos por encima de la media nacional de su partido. Es, en este caso, un resultado igualmente paradójico: a pesar de la pérdida de votos, la comunidad que dirige Alberto Núñez Feijóo ha resistido el impulso de las «mareas» podemitas, que en otras comunidades históricas incluso han podido convertirse en primera fuerza.

El Foro no sumó

Asturias es otro caso que podría considerarse en el «debe» del balance popular: en esta comunidad han obtenido el mismo número de escaños que tenían, tres, aunque el porcentaje de apoyos se haya reducido en cinco puntos. Prueba de que la caída registrada por el PP no se ha podido parar ni aún con el acuerdo preelectoral que se firmó con el Foro Asturias de Francisco Álvarez-Cascos, el exdirigente popular y exvicepresidente de Gobierno del PP con Aznar, con el que concurrieron juntos en las elecciones.

Pero si algo sigue señalado con lapiz rojo en el balance popular, y a ello se debe en buena parte el resultado del domingo, es el capítulo de la corrupción, un auténtico lastre que han tenido que soportar durante toda la campaña y la precampaña y que ha pesado sin duda en los apoyos recibidos, como ayer reconocía el presidente Rajoy: «Han hecho mucho daño; lógico, la gente no está por aceptar este tipo de comportamientos, y nosotros tampoco».

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