Lotería, ensaimada, miles de «selfies» y una paella sin gambas
Anécdotas de diez días de campaña electoral del Partido Popular
En una campaña electoral, uno pasa por decenas de lugares pero no está en ninguno; bajada del autobús, mitin, hotel, desayuno de madrugada y vuelta al autobús. Esa es la vida del periodista en campaña, aunque entre viaje y viaje se puede descubrir que Marbella de noche huele a jazmín; que en Murcia en la madrugada del viernes hay llenazo en las calles, que Santa Cruz tiene rincones que se acercan mucho al paraíso; o que en Algeciras la gente le agradece a Rajoy hasta el arreglo del colector. En efecto, en ocasiones, la jornada electoral deja anécdotas jugosas.
Una campaña muy gastronómica. De todo ha comido, le han regalado o ha comprado Rajoy en estos primeros diez días de campaña. En Málaga le dieron polvorones «del PP», y le regalaron un décimo de lotería que, al parecer, terminó pagando el presidente regional popular, Juanma Moreno. En Estepona, la agrupación popular también le dio un décimo para el sorteo de Navidad: del número 29680, que coincide con el código postal de la localidad.
En Palos de la Frontera, como no podía ser de otro modo, le dieron fresas. En Ávila, yemas de Santa Teresa -aquí el que las pagó fue Pablo Casado, vicesecretario general-; en Marbella, una paella de la que el cocinero retiró a toda velocidad las gambas cuando el presidente estaba a punto de llegar porque alguien le comentó que era alérgico. En el mercado del Olivar, de Palma de Mallorca, compró una ensaimada -que pagó su otro vicesecretario, Fernando Martínez-Maíllo-.
El «selfie». Probablemente pasen del millar las fotos que Rajoy se ha hecho en estos últimos días con españoles de media España. Hasta la fecha, todos sus paseos por céntricas calles de las localidades que visita se han saldado con baños de multitudes, muchos besos y abrazos, y centenares de «selfies» con el dueño del móvil en cuestión y el presidente. «¿A que no sabes con quién acabo de estar? Con Rajoy y Soria», le decía una señora a una amiga a la que telefoneó nada más salir de la «melé» en que se convierte cada paseo presidecial. Y Rajoy, encantado. «Me lo estoy pasando muy bien», aseguraba días atrás.
«Líos» varios . En su gira de tres días por Andalucía, el alcalde de Tomares le dio una bufanda del Betis para que se fotografiara con ella. En Sevilla, le dieron otra del equipo de fútbol del mismo nombre. Y ya se sabe de la tremenda rivalidad entre ambos clubes andaluces. Rajoy no quiso mojarse: «Yo soy de los dos, y de todos los demás también; no quiero más líos que los que ya tengo».
Un crack. Arturo Aliaga, presidente del PAR -que va en coalición con el PP en Aragón-, se descubrió ante el auditorio del Pabellón de Congresos de la Expo de Zaragoza como un orador magnífico, capaz de enaltecer al público con su retórica incendiaria y sus frases cargadas de humor. Así lo hizo al señalar que se habían firmado ya cuatro acuerdos con el PP y el PAR, lo que suponía un «número PAR», y que él estaba dispuesto a cantarle a Rajoy a la guitarra, cuando volviera a ocupar el Palacio de la Moncloa, una canción de Norah Jones a la guitarra, «con un PAR».
Peticiones del oyente. En el mitin de Santa Cruz de Tenerife, un dirigente local le pedía al presidente que mantenga en su próximo gobierno «un ministro canario». Rajoy le dijo: «Sí, o dos».
Sentido del humor . Mitin en Zaragoza. En medio del discurso del presidente, una potente voz de barítono canta: «Ra, ra, ra, Mariano ganará». El auditorio ríe, y Rajoy comenta: «Este señor está a favor».