José Luis Jiménez - PAZGUATO DE CAMPAÑA
El ejemplo ferrolano
Si este es el modelo que propone la izquierda, habría que darle una pensada
Si hay alguien que, con buen criterio, no se cree esa afirmación de las encuestas de que está todo hecho y Feijóo va a ganar de calle, es lógico que intente elucubrar cómo sería una alternativa al PP en la Xunta. No necesita recurrir a la imaginación ni a formulaciones teóricas sin comprobación empírica. Le basta con echar un ojo a Ferrol.
Allí, el PP fue de largo el más votado en las elecciones municipales de mayo de 2015. La irrupción de Ciudadanos, en lugar de proporcionar un posible apoyo para un pacto de centro-derecha, restó los votos suficientes a José Manuel Rey para que éste perdiera la absoluta y no sumara con el único edil naranja. En aquella campaña, lucía más la sonrisa de Albert Rivera que el nombre y el programa de la candidata Ana Rodríguez Masafret. Escucharla en los debates hacía creer en la vida en Marte.
Como la derecha no sumó, el resto de partidos de la izquierda no dudaron un instante en amontonarse para hacerse con el poder. Ferrol en Común y PSOE tardaron un mes en ponerse de acuerdo en el reparto del pastel, porque cada uno quería este o aquel trozo, cada cual más suculento. El BNG decidió quedarse fuera y dejar a su aire al endeble bipartito.
En Ferrol se cumple mejor que en ningún sitio aquello de los «gobiernos del cambio», pero a peor. Los dos cónyuges de este matrimonio político de conveniencia no se soportan y son incapaces de ponerse de acuerdo para aprobar el presupuesto municipal. No es que la oposición se lo haya tumbado, es que ni siquiera se ha llevado a pleno porque o bien no saben hacerlo, o bien les abruma la desidia ante el hecho de tener que dialogar con otros grupos. Así, en año y medio, Jorge Suárez y Beatriz Sestayo viven de rentas del anterior gobierno, al que intentan desacreditar desmontando el proyecto heredado sin presentar uno propio. Hemos asistido a deserciones de concejales, amenazas de ruptura, votaciones discordantes de los socios... Y lo que es peor, al abandono de una ciudad que necesitaba un líder y tiene un activista venido a menos al que intenta hacer sombra su teniente de alcalde.
Ferrol es importante. Pero todavía más lo es Galicia. Si este es el modelo que propone la izquierda, habría que darle una pensada.