La cabra tira al monte

En este inicio de campaña uno se pregunta cuánto tiempo van a durar juntos los que ahora se llaman En Marea, pero que hace cuatro años se conocían como AGE. Entonces los de Xosé Manuel Beiras y Yolanda Díaz entraron con fuerza en el Parlamento gallego, superaron al BNG y se presentaban como la nueva ola de la política gallega. Hacían mucho ruido y la exageración fue su seña de identidad, pero los aspavientos no llegaron para tapar sus miserias y terminaron por desinflarse como un globo. Que si uno dejaba el escaño por irse a Dinamarca, que si la otra se pasaba al grupo mixto por no ceder su escaño alguien de otra corriente, o la de más allá fundaba un grupúsculo nacionalista que, por cierto, ahora vuelve a pedir el voto para las Mareas.

Con semejante currículum no es de extrañar que apenas estén haciendo referencia estos días a su experiencia parlamentaria, a pesar de que muchos de los que van en las listas de estas elecciones tienen el sello de la Alternativa Galega de Esquerda. ¿Y en el futuro? Pues lo que toque. Si hay que cambiar de disfraz la próxima legislatura, tampoco les importará demasiado, no son gente apegada al pasado.

Pero no todo vale. Gracias a Dios tenemos memoria y la trayectoria política no depende sólo del nombre. Qué más da AGE, Podemos, En Marea o como en el futuro se bauticen si son exactamente lo mismo: izquierda radical trufada de independentistas. Que grupos de semejante pelaje amenacen con lograr la hegemonía de la izquierda en Galicia es como mínimo preocupante. Muy mal ha tenido que hacer las cosas el Partido Socialista para llegar a este punto de debilidad.

Y en cuanto al Bloque, ¿cómo es posible que se haya desgastado tanto cuando en algunos ayuntamientos en los que gobiernan no lo hacen mal del todo? Probablemente sea porque en la carrera por ocupar el lugar más extremista siempre les va a ganar el populismo. Mejor les iría tanto a unos como otros si mirasen hacia el centro, pero la cabra siempre tira al monte.