El oasis catalán
Quizá vuelva Tarradellas
Se confirma el colapso del «proceso». Pero, sigue la polarización. ¿Volverá Tarradellas?
Visto
Jornada sin incidentes. Pero, Inés Arrimadas fue insultada –«fuera», «zorra», «guarra», «fascista»– y recibió la lección que se merece: «aquí queremos a los españoles, los queremos a todos, pero esta señora de presidenta, aquí no, porque no es catalana, no se lo merece, hay que sentir lo catalán, ya tuvimos bastante con Montilla». Y Oriol Junqueras, guardián celoso de su intimidad, publica un tuit dirigido a su esposa –cuarto aniversario del matrimonio– que habla de «4 años intensos de felicidad». Y un votante se presenta disfrazado –no pude ver si llevaba el lazo amarillo– de prisionero. El nacionalismo catalán eso: pedigrí, exhibicionismo y espectáculo.
Leído
De buena mañana, el WhatsApp. En el número uno del ranking, la teoría de la conspiración. Que si «algunos han ayudado a gente mayor a introducir papeletas de partidos constitucionalistas en el sobre», que si los «interventores de partidos constitucionalistas impugnarán el resultado si hay demasiados votos independentistas», que si «los constitucionalistas ponen papeletas en los sobres vacíos a disposición del votante». Alerta: «está en juego lo que hemos construido juntos en los últimos 40 años y quizá será necesario defenderlo». Una combinación del síndrome de Jeremías y del síndrome de Jezabel. El Jeremías que anuncia desgracias y la Jezabel egoísta, arrogante, ambiciosa y seductora que enseñó religión falsa, engañó a muchos y rehusó el arrepentimiento.
Observado
La ley electoral, que sobredimensiona la representación de las provincias menos pobladas, como Gerona y Lérida, explica que el nacionalismo catalán gane en escaños aunque pierda en votos. Con una victoria nacionalista pírrica en escaños, con una victoria clara en votos de un partido no nacionalista, teniendo en cuenta que el secesionismo plantea las elecciones –que son autonómicas– en clave plebiscitaria –para confirmar el referéndum ilegal y tramposo del 1 de Octubre o restituir (?) la presidencia del cesado y fugado Carles Puigdemont–, se confirma el colapso del «proceso». Pero, sigue la polarización. ¿Volverá Tarradellas?