Elecciones - Catalanas
Diario de la campaña, día 6: Una llamada perdida
Mas es mi padre la primera vez que bajó a Barcelona y como nunca había visto una rotonda se metió con el coche en el estanque de Calvo Sotelo
Las relaciones internacionales de Mas son una llamada perdida. Presume de saber idiomas como una secretaria pero manda cartas en inglés a Merkel y a Hollande, y luego aspira a tener apoyos para que el catalán sea oficial en Europa.
Las relaciones internacionales de Mas son un número que no existe. Merkel, Hollande, Barroso, Cameron y Obama han mostrado su inequívoco apoyo a España. Cada vez que lo ha intentado, una puerta cerrada. Y todavía hay quien dice que Rajoy no hace nada.
El catalanismo continúa instalado en el pensamiento mágico de que «Europa no permitirá» o «Europa entenderá», basado en no más que en sus fantasías. Y en ninguna lógica, y en ningún precedente, y en ningún sentido de la Historia.
Mas es mi padre la primera vez que bajó a Barcelona y como nunca había visto una rotonda se metió con el coche en el estanque de Calvo Sotelo. Está tan persuadido de tener razón que todavía no ha asumido que la Unión Europea es un club de Estados que se ayudan entre ellos, y que Tsipras es minuciosamente lo que estos Estados piensan, con Alemania a la cabeza, del voluntarismo democrático y del desafío de los que creen que son más listos que los demás.
Sus majorets mediáticas te dirán que Cataluña y Grecia no pueden compararse, y es cierto porque Cataluña no es ni un Estado. Pero la respuesta a Syriza ha sido de tal dureza que los órdagos plebiscitarios han quedado como un vicio del que hay que quitarse. «Europa es pragmática», dice Mas, y tiene razón: por ello ayudará a España y a que nadie pueda pensar que romper un Estado sale gratis.
Las relaciones internacionales de Mas son «el señor no se encuentra» de cuando efectivamente no hay nadie. Por eso le confesó al candidato socialista, Miquel Iceta, que exageraba la presión para poder negociar en mejores condiciones con el Gobierno, porque sabe que ningún Estado pondrá en riesgo sus lazos con España para ayudar a una región rebelde, y que Europa es una experta en mirar hacia otro lado cuando alguno de sus socios ha de ponerse serio para resolver sus problemas internos, usando la contundencia y hasta la fuerza.
El único éxito internacional lo ha conseguido Mas en casa, con el ministro de Exteriores opinando todo el día sobre los asuntos catalanes. La cultura no tiene nada que ver con la inteligencia y nunca le agradeceremos lo suficiente al presidente Rajoy el esmero con que administra sus silencios.