Elecciones - Catalanas
Diario de la campaña, día 14: Mientras nos descuartizamos
Si Mas logra la mayoría absoluta hará una declaración más o menos solemne de soberanía, proclamando que inicia el proceso que ha de llevar a Cataluña a la independencia
Si Mas no gana por mayoría absoluta está muerto. Las izquierdas se unirán como siempre que pueden. La derecha catalanista tiende a pensar que los catalanistas de izquierda son sus hermanos y la izquierda en lo único que piensa es en acumular poder a costa de sus supuestos hermanos. Si Mas obtiene la mayoría absoluta con su candidatura de la cabra, la escalera y la trompeta, quien está muerto es Junqueras. Todo el mundo cree que el lunes que viene empieza el conflicto entre Cataluña y el Estado, pero no es cierto. Lo que empieza es la guerra más brutal dentro del soberanismo. Nos llamamos «nación» pero el eco de la tribu resuena.
Si Mas no alcanza los 68 diputados y necesita a los marginales de la CUP, su líder, Antonio Baños, pondrá de condición para apoyar a Junts pel Sí que Mas no sea el presidente, y que lo sea Raül Romeva. Será el fin de la carrera política de Mas, y no lo habrá matado España, sino la izquierda, como a tantos catalanistas de orden que no entendieron que PP y PSOE no son sus enemigos sino aquellos con los que se pacta en España; y que el único enemigo es Esquerra, con su resentimiento y su cuneta, y ese abismo al que siempre que han gobernado nos han asomado, queriendo encima pasar por víctimas y sin disculparse jamás por el enorme daño causado.
Si Mas logra la mayoría absoluta hará una declaración más o menos solemne de soberanía, proclamando que inicia el proceso que ha de llevar a Cataluña a la independencia. Esperará a diciembre y abrirá una negociación con el gobierno que resulte de las elecciones generales. Y cuando un acuerdo sea posible –difícil, marrullero y que dejará a todos razonablemente insatisfechos– Junqueras no lo aceptará y se escindirá de la candidatura conjunta (Junts pel Sí), Mas adelantará once again las elecciones y una Convergència refundada –y probablemente con otro nombre– podrá ocupar el espacio que va de la socialdemocracia al centro derecha, con Neus Munté, la actual vicepresidenta, como heredera, en tanto que Mas ha anunciado que no volverá a presentarse. Junqueras se quedará sin espacio político, entre la nueva Convergència, más de izquierdas, y la izquierda radical de la CUP, y como Tsipras en Grecia, la parte moderada ganará las elecciones y los escindidos (Junqueras-Varoufakis) se quedarán sin nada.
Como siempre ha pasado en el catalanismo, la guerra es tribal, y España es nuestro modo de hacer ver que hablamos de otra cosa mientras nos descuartizamos.