Elecciones - Catalanas

La contracrónica: La «troupe» del número 4

Si el político hecho un cuatro no ha dicho ni mu sobre los recortes sociales de su gobierno, ¿para qué proponernos otra cosa que no sea la independencia que nos hará felices? «El voto de tu vida», reza el eslogan que suena a concurso televisivo

l presidente de la Generalitat y número cuatro por Barcelona de Junts pel Sí, Artur Mas
l presidente de la Generalitat y número cuatro por Barcelona de Junts pel Sí, Artur Mas - efe

Juntos y revueltos. En la sede embargada de Convergencia los carteles de Raül Romeva y Muriel Casals arropan al político hecho un cuatro. Con el maléfico rictus que luce en la foto, uno no le compraría a Mas un coche de segunda mano (aunque ya nos ha vendido la moto de estas elecciones).

En el buzón de casa asoma un tríptico de Junts pel Sí. Si el político hecho un cuatro no ha dicho ni mu sobre los recortes sociales de su gobierno, ¿para qué proponernos otra cosa que no sea la independencia que nos hará felices? «El voto de tu vida», reza el eslogan que suena a concurso televisivo. Y puestos a concursar, leamos las propuestas de la troupe del número cuatro, todo un canto al gregarismo. «Juntas iremos más lejos» clama Muriel Casals: si han de pactar con la CUP seguro que irán muy lejos… pero de Europa. Por cierto, bajo el nombre de la candidata se consigna que fue «defensora de la libertad desde el PSUC a Òmnium Cultural»: comunista o nacionalista, todo es agit-prop. Según Germà Bel, «uno de los mejores expertos e infraestructuras», –asegura el folleto– «Juntos viviremos mejor». Como no concrete un poco más… «Juntas haremos un mundo mejor» sostiene la corredora de montaña Nuria Picas y te entran ganas de tararear «En un mundo nuevo y feliz» de Karina. «Juntos haremos historia» declama Monserrat Carulla: en la Cataluña del «derecho a delirar» –desternillante título de Ramón de España–, la histeria (digo, la historia) nos convoca.

Para montar números y dar la nota, Lluís Llach: «Juntos pasaremos de súbditos a ciudadanos». El número 1 por Girona –y del hit-parade de meteduras de pata– ha mentado la palabra tabú. El político hecho un cuatro sustituye siempre «ciudadanos» por «pueblo», («poble»): le recuerda a Tarradellas, Rivera y el jacobino Borrell. «Juntos tendremos un país más culto», afirma el jurista Carles Viver i Pi-Sunyer. La incorporación de Karmele Marchante a la causa ya es todo un síntoma (cultural). Carme Forcadell proclama que «juntas lo podemos todo» y se presenta: «Fundadora del movimiento democrático más importante de Europa»… ¿Mitomanía?

Y de «number one» Romeva, que dice dominar como nadie el inglés... Hasta que topó con Stephen Sackur, acertado reportero de la BBC: «¿Por qué usted y los otros líderes de su coalición no han sido honestos con la gente sobre las consecuencias de la independencia para Cataluña en la Unión?», le espetó el británico. Y añadió que Jordi Sánchez, «presidente de la Asamblea regional» admitió que una Cataluña independiente quedaría fuera de Europa. «Él rectificó…» repuso el Varufakis catalán. Y Sackur remató: «Ustedes se enfadaron con él por decir la verdad». Y es que en el mundo nuevo y feliz del número cuatro la verdad es una intrusa. Pepe García Reyes, un señor de Barcelona que habla inglés de verdad, me comenta que el discurso errático de Romeva dificulta su comprensión: «be expols» por «be expelled», «transitorial» por «transitional»... Desde la propaganda, el místico Guardiola ronronea que «Juntos ganamos siempre». La familia Pujol-Ferrusola no lo habría expresado mejor.

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