Elecciones - Catalanas
La contracrónica: El candidato más activo
Más versátil incluso que Juanjo Puigcorbé, Mas emula a Moisés o Gandhi saboreando la impostura
Barcelona es la incógnita de la ecuación soberanista. El consistorio que esquivó la Asociación de Municipios por la Independencia, no evitó en la Mercè que el concejal Alfred Bosch (ERC), colgara la «estelada» en el balcón. Mas exhibía la sonrisa del Nou Camp, cuando la pitada del himno nacional. Una pregunta de Risto Mejide a Raul Romeva, gafas de diseño de Junts pel sí, puede ayudar a desvelar esa sonrisa: «¿No te da vergüenza presentarte con Mas?» Romeva a la defensiva: «el número cuatro es el activo de la candidatura».
Activo… lo es un rato. Momentos estelares de la serie B. El número cuatro haciendo el indio. Más versátil incluso que Juanjo Puigcorbé, Mas emula a Moisés o Gandhi saboreando la impostura. Después de declamar que el Estado miente regurgita por enésima vez su cuento de la lechera. En la trastienda de la sonrisa, el fichaje de jueces para el Nou País, a cargo del suspendido Santiago Vidal. ¿Justicia a medida? Releemos el poco publicitado libro de Manuel Trallero «Música celestial» (Debate, 2012). Caso Millet. Convenios de la Fundación Trias Fargas: ingresos de 630.554,82 euros en donaciones; reacción del número cuatro: si seguimos por ahí, «podríamos encontrarnos en medio del Far West». Peritaje de la Agencia Tributaria sobre el mecenazgo de Ferrovial: seis millones a CDC por adjudicar obra pública. En el Excel, Daniel: «El destinatario de ese dinero era Daniel Osàcar i Escrig, responsable de finanzas de CDC y de la Fundació Trias Fargas y exsecretario particular de Artur Mas en 2003, 2004 y 2005». Hace pocas lunas, el número cuatro quitaba importancia a que Daniel siguiera con el ordenador en la sede embargada… Refresquemos. El amiguito Jordi Pujol Ferrusola puede telefonearle en cualquier momento. Según Interviú, el «dinamizador económico» contactó con el presidente de Gabón para ser cónsul honorario: inmunidad diplomática y valijas herméticas para mover milloncejos.
Con la «rauxa» disparada, el número cuatro hace el indio, o ejerce de antisistema: el dominio de la reserva depende de la CUP, partidarios de largarse de la UE y del euro. Con tantos papeles en su haber, recordar cuando se comparó a Prat de la Riba y Companys. Del primero –creador de la Mancomunitat– no tiene nada porque en cinco años no ha construido nada. Del segundo, victimismo histérico y desafío al orden constitucional. A partir del 28-S, el número cuatro será un activo… tóxico.