Elecciones en Andalucía 2022
La campaña se enreda en el mantón y la bata de cola: los partidos tiran de tópico andaluz
Vox, el PSOE, el PP, Ciudadanos o Por Andalucía se lanzan a explotar la copla, el abanico y el bandolero durante sus actos electorales
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Elecciones en Andalucía 2022: guía con todo lo que hay que saber antes del 19 de junio
Cantaba Carmen Sevilla eso de «Una alemana muy guapa/ Con pantalones vaqueros / En la plaza de Sevilla/ Se enamoró de un torero/ Con el tipi tipi/ Con el tipi ton/ Esto es un romance/ Romance español ». Puro tipismo andaluz que, en 1964, cuando se lanzó la canción, tenía sentido. Andalucía -y España- buscaban abrirse al turismo , la industria que vino a salvar una economía que, hasta ese momento, no había dado con la tecla de la industria y cuya agricultura tenía un papel excesivo para el rendimiento que ofrecía.
Salto en el tiempo. 2022 . Sesenta años después de que la luego presentadora del Telecupón -y una de las mujeres más bellas de España - hablase del amor de una guiri y un matador, la realidad es que Andalucía ha vuelto, por momentos, al tópico de la morena de la copla, de los cuadros de Romero de Torres, de la bata de cola... Los programas de los partidos políticos que concurren a las elecciones en Andalucía -casi todos- aspiran a la modernidad, al futuro, a la vanguardia y el progreso... Pero la campaña se ha enredado en los flecos del mantón que Macarena Olona luce cada vez que tiene un acto al sur de Despeñaperros.
El folklore se ha adueñado de momentos estelares en casi todos los partidos. Es el caso de Vox, desde luego, que reivindica lo español como identidad visual y propuesta estética. Tira de tópico para ello. No en vano lo andaluz es lo patrio en el imaginario colectivo. La sinécdoque de los volantes para definir la identidad de un país entero. Las postales de flamencas con las faldas de tela sobre el cartón con señores vestidos de corto que se vendían en Sevilla, en Málaga o en Madrid.
La primera pista de este giro hacia lo folklórico la dio Álvaro Zancajo , director de comunicación de Macarena Olona (Vox) en estos comicios. En los albores de la campaña se arrancó, galán y pinturero, como exige el tópico, a lanzar piropos a su jefa: «La belleza de Macarena Olona es andaluza . La exterior y la interior. Parece pintada por Julio Romero de Torres». Ole.
Zancajo buscaba con este comentario situar a Olona en lo andaluz. Pero lo más hondo de lo andaluz. Le salieron críticos porque, en realidad, Olona es de Alicante y las dos principales modelos de Romero de Torres de Córdoba y Linares. Eso tan de moda ahora mismo de la apropiación cultural -Zancajo es de Madrid y Olona, ya se ha dicho, de la Comunidad Valenciana- molestó a quienes quieren despegarse del tópico.
Romero de Torres
Pero lejos de achicarse ante las críticas de lo sobreactuado de su piropo, Zancajo insitió en otro tuit a través de su perfil de Twitter: «Las modelos de Romero de Torres fueron segovianas, asturianas, sevillanas, argentinas, madrileñas… Una belleza que, como la de Macarena, va más allá del tópico para adentrarse en lo simbólico y universal». Ole otra vez.
Aunque Vox, en su exaltación de lo uberespañol es quien, se podría pensar, más ha querido explotar la mantilla, los volantes y el lunar de tu boca, hay aficionados al folklore en casi todos los colores políticos en esta campaña. Cantaba la sevillana Gracia Montes con un gorgojeo cristalino en su voz «viste tu bandera de colores porque yo, quieras o no, soy una feria, soy una feria, soy una feria ». Y a la feria que se fueron los políticos.
Estas elecciones han tenido su precampaña y parte de su campaña durante la celebración de las fiestas de la primavera. La Feria de Sevilla, la de Jerez, la de Córdoba... Los andaluces han cogido los farolillos con las ansias de Martirio en sus sevillanas de los bloques cuando decía eso de « que me voy a la calle a pegá chillíos ». Y detrás de los andaluces, los candidatos. Se pudo ver a ellas con traje de flamenca y a ellos con chaqueta por el albero de los reales de media Andalucía.
Tras el atracón de farolillos, ¿se acabó el tipismo? Para nada. El PSOE tuvo su momento estrella este pasado fin de semana en Córdoba. Porque, decía Chano Lobato en sus Alegrías de Cádiz « Si no hay salero, prima/ Si no hay salero/ Se duerme el maquinista/ Y el fogonero» . Eso debieron pensar quienes organizaron el acto con los presidentes autonómicos socialistas.
Un cuadro flamenco
A 40 grados y una sala sin aire acondicionado -sí había máquinas de refrigeración-, los asistentes, apretados como en un tablao, no paraban de darle al abanico. Si es que esto se escribe solo. «Qué maravilla, prima/ que hasta San Pedro le gustan las cañaíllas» , añadía Lobato. «Con el ala aleve del leve abanico», de Rubén Darío se intentaban refrescar los socialistas. Y en el escenario apareció un cuadro flamenco.
La bailaora de rojo rabioso; la cantaora, micro en una mano y con la otra al aire: «Pa' sé gracioso en la vida/ Y cantar con sentimiento / Hay que ser de Andalucía/ Y echarle temperamento/ Yo reparto mis canciones/ Por "toita" España entera/ Cantando con alegría/ Con arte duende y solera». Un pasodoble de Perlita de Huelva . Ole con ole.
La organización lo achacó a los «compañeros de Córdoba» con media sonrisa. Hubo caras divertidas, sí, pero también alguna de qué está pasando, sobre todo en los invitados de otras comunidades. Sorprende esta apuesta por el tópico de un partido que ha estado años al frente de la Junta y lanzó, incluso, la «segunda modernización» de la comunidad, a falta de una sola.
A Ciudadanos también ha llegado en esta campaña ese arranque flamenco. Juan Marín, su candidato, que ha hecho de la torrija un arma electoral con mucho acierto -«¿Usted sabe hacer torrijias, señora Olona?»-, empezó la campaña entonando unas sevillanas desde El Rocío. Creyente y devoto de la Blanca Paloma , Marín entonó «Y yo le he visto en el pecho/ una medalla mu vieja/ con un cordón renegrío/ que apenas se ve/ la cara de la virgen del rocío».
No es el único candidato que se ha arrancado a cantar. Lo hizo también el número uno de Por Andalucía en las listas de Córdoba, José Manuel G. Jurado . «Estoy tan enamorao/ de una gitana morena/ y que solo con mirarte/ se me quitan toas las penas/ si la miro y no me mira/ y es pa mi una condena/ su prima ha venío a hablarme/ diciendo que me camela/ voy a tener que pedirla/ aunque su papa no quiera / por el hablar de la gente/ y es gitana canastera», canta en un vídeo que circula por Twitter.
El PP también ha tenido su dosis de floklore. De hecho el presidente de la Junta de Andalucía y candidato a la reelección, Juanma Moreno, tiene hasta unas sevillanas dedicadas y personalizadas . Rezan así: «Andalucía es la vida/ de un pueblo que tiene alma/ que se entrega día a día/ sin perder las esperanzas./ La libertad de los vientos/ que ondean nuestra bandera/ es un mar de sentimientos/ de ocho provincias enteras./Que mi tierra es soñadora,/ honrada, trabajadora,/ pa defender nuestro cielo/lucharemos por su historia/ contigo Juanma Moreno». La letra es de empresario y artista onubense Paco Millán.
Y también está la consejera de Fomento y número uno por Granada por el PP, Marifrán Carazo . Ella no tiene sevillanas pero sí que se animó el segundo miércoles de campaña a bailar un pasodoble con una banda de música que actuaba en las calles de Granada por su feria.
«El que lo prueba, repite»
La apuesta por el tópico, que arrastra el discurso político en la forma y la letra a un tiempo pretérito, se ha filtrado en casi todas las opciones políticas. «El que lo prueba, repite, yo no sé porqué será», cantaba El Titi . Él se refería a otra cosa, pero la letra viene al pelo. La copla, lo flamenco, los lunares... No son malos. Ni antiguas.
De hecho hay ejemplos de modernidad y vanguardia en este mundo. Desde los años 70 con «A la pelota, tú te vas a la pelota/ yo me quedo tan tranquila/ tú vuelves con las suelas rotas», que cantaba Dolores Vargas, una flamenca yeyé a «Que si llevo minifalda/ to el pelo apanochao/ y me fumo cigarrillos con boquilla mentolaos» , de Antoñita Peñuela, «la espabilá, que soy una niña yeyé». De Rosalía son 'El mal querer' o sus bulerías de 'Motomami' o incluso el uso de la bata de cola de La Carvento o Belial , dos drag queens -cordobesa y sevillana- que se reapropia de lo tradicional para hacer un nuevo arte.
Y no hay que ir tan lejos. Hay decenas de flamencos haciendo vanguardia desde la ortodoxia. Lo que chirría es cuando la política andaluza se reduce al mantón, el farolillo, el caballo y la guitarra: A Romero de Torres, a la Feria o al pasodoble de Perlita de Huelva.
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