Elecciones en Andalucía 2018

El PSOE sube la presión y no dará el Gobierno andaluz por perdido hasta la investidura

PP y Ciudadanos se reparten los papeles y sólo los populares negocian con Vox mientras que los naranjas están al margen

Susana Díaz, presidenta en funciones, este jueves en un congreso en la localidad onubense de Palos de la Frontera Efe/Julián Perez

Stella Benot

El PSOE de Andalucía no reacciona . Está noqueado desde la noche del 2 de diciembre cuando conoció unos resultados electorales que todavía no se explica aunque ya tiene por delante las explicaciones demoscópicas. Muchas vueltas les han dado a los datos y ahora están tratando de asimilar sus consecuencias reales. Por el momento todo sigue igual. Susana Díaz ejerciendo de presidenta en funciones y el partido tratando de meter presión a sus rivales políticos para torpedear el pacto de Gobierno entre el PPy Ciudadanos que está ya cocinándose y no precisamente a fuego lento.

Por el momento no han diseñado su estrategia de futuro. El secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo, ni siquiera daba este jueves por perdido el Gobierno regional , «no daremos por perdido el Gobierno hasta que no haya una investidura», aseguraba en público. En el fondo, mantienen la esperanza de que PP y Ciudadanos no sean capaces de llegar a un acuerdo.

Por si acaso, están manteniendo conversaciones «informales» con Ciudadanos y Adelante Andalucía si bien no han llegado a ningún puerto, tampoco para la Mesa del Parlamento. Hay muchas cosas en contra de esta negociación. La enemistad personal de Teresa Rodríguez con Susana Díaz, que la presidenta se ha encargado de regar durante los tres años y medio que ha durado el mandato, hacen casi imposible el entendimiento entre ambas fuerzas, por más que algunas voces socialistas insten a pasar por encima de diferencias personales ahora.

Con Juan Marín las relaciones son más fáciles —han sido socios durante la última Legislatura— pero el líder naranja está atado de pies y manos por varias razones. La primera, porque comprometió su palabra para no dar la investidura a Susana Díaz . Eso además de que el acuerdo con el PP está mucho más que resuelto.

En este contexto, el PSOE sube la presión ante la formación naranja tratando de ponerlo ante un espejo por las declaraciones de Albert Rivera contra Vox. Este jueves, el líder nacional de la formación naranja, que hoy estará en Sevilla y se reunirá con el nuevo grupo parlamentario de Ciudadanos, tildaba a Vox de populista y advertía que su partido «no irá de la mano de los que van con Le Pen». «El acuerdo pasa por partidos que creen y apoyan la Constitución y que tienen un proyecto común para Europa», aseguraba en unas palabras que eran respondidas vía Twitter por Santiago Abascal , « si lo que pretende es el visto bueno socialista para continuar el socialismo con otras siglas y no levantar las alfombras, que no cuenten con nosotros».

Desde el PSOE, varias voces, empezando por el número dos de Andalucía, se centran en poner el foco precisamente en la contradicción que supone para Ciudadanos los votos de Vox para el pacto de Gobierno. «Andalucía está en manos de la ultraderecha. La reunión que mantuvieron PP y Ciudadanos para un futuro Gobierno fue una pantomina, un engaño y un montaje», decía ayer Cornejo en la sede regional socialista. En las redes sociales, los altos cargos del PSOE replican los vídeos de Juan Marín diciendole a Susana Díaz en el Parlamento que «cumple con su palabra».

Pero el PP y Ciudadanos tienen bien cerrados los mimbres de su acuerdo para el Gobierno del cambio . Y también se reparten los papeles para evitar la presión: mientras Juanma Moreno admite que hay que escuchar a voz «con naturalidad», Juan Marín ha afirmado que Ciudadanos «no va a ir má allá de la negociación con el PP». Es más. La formación naranja insiste en presionar al PSOE pidiéndole su abstención —que no bloquee a Andalucía como ella misma reclamaba durante la campaña electoral— para impedir que Vox tenga algún papel protagonista en el proceso de la investidura y también en la Mesa del Parlamento, donde ni Ciudadanos, ni el PSOE ni Adelante Andalucía quiere que estén representados.

La clave está, evidentemente, en los votos que son necesarios para investir al presidente de la Junta . Y como este cargo corresponderá a Moreno, también han dejado en el presidente del PP andaluz la responsabilidad de dialogar con Vox. Públicamente, este jueves Juanma Moreno dejaba clara su postura . «Evidentemente, Vox va a ser escuchada y nosotros queremos escuchar». Unas conversaciones que se van a producir «con naturalidad». Al menos de forma oficial, puesto que de manera oficiosa, ya han hablado los populares y Vox.

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