México, Cuba y Venezuela, los vecinos que más tienen en juego en las elecciones de EE.UU.
Hillary Clinton, la candidata del establishment, ofrece más garantías a Iberoamérica del cumplimiento de los pactos
Desde que en el día del lanzamiento de su candidatura, en junio de 2015, Donald Trump anunció su intención de levantar un muro a lo largo de toda la frontera con México y de hacer pagar a ese país por su construcción, la gran nación vecina se ha visto arrastrada al centro de la campaña electoral de Estados Unidos. Los mexicanos se juegan tanto como los estadounidenses en la pugna entre Donald Trump y Hillary Clinton. Con divergencias también entre Clinton y Trump en relación a la apertura hacia el régimen castrista, el destino de Cuba se ve igualmente afectado por las presidenciales de hoy, que además deciden el tono de la confrontación con Venezuela.
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México
Muestra de que México vive las elecciones de EE.UU. casi como si fueran propias fue la visita que Trump hizo a final de agosto al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto , que desestabilizó completamente a este y se cobró la carrera política de su secretario de Hacienda. No es solo el muro prometido por Trump, sino su anunciada intención de suspender o renegociar importantes aspectos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta por sus siglas en inglés). Ese acuerdo incluye a ambos países y a Canadá, y es la primera razón del progreso mexicano: Estados Unidos recibe el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas y es el origen de más de la mitad de las inversiones directas que se llevan a cabo en México.
Hillary Clinton se ha pronunciado en contra de nuevos grandes acuerdos de libre comercio, pero no ha cuestionado el Nafta. Donald Trump, en cambio, ha denunciado que las empresas manufactureras estadounidenses llevan su producción a México , con la consiguiente pérdida de dinero y empleos, y quiere darle la vuelta al acuerdo. Se estima que una victoria de Trump que le llevara a cuestionar el Nafta aumentaría de entrada la presión inflacionaria, incentivaría la salida de capitales y contribuiría a elevar la deuda externa, para enseguida perjudicar al crecimiento económico.
Cuba
Hillary Clinton apoya la apertura hacia La Habana impulsada por la Administración Obama y se compromete a seguir erosionando el embargo que EE.UU. aplica a la isla , pero cuya derogación depende del Congreso, donde es rechazado por la mayoría republicana. Donald Trump, por su parte, ha prometido dar marcha atrás en la actual política estadounidense. «Cancelaremos el acuerdo unilateral de Obama con Cuba, si no conseguimos el trato que queremos y el acuerdo que se merece la gente que vive en Cuba y aquí, que proteja las libertades políticas y religiosas», comentó recientemente.
El Gobierno de Raúl Castro apuesta por una victoria demócrata, confiando en que la mejora de las relaciones con Washington propicien mayor actividad económica y saneen las cuentas de la isla, afectadas por la menor ayuda que en estos momentos puede prestar Venezuela.
Venezuela
«Nosotros no podemos esperar nada bueno de ninguno de ellos. Ni el Trump ni la Clinton vienen con buenos deseos e intereses para Venezuela ni para América Latina», ha dicho el presidente venezolano, Nicolás Maduro . En cualquier caso, los chavistas están pendientes de quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca, y creen que puede haber más mano dura contra el actual régimen venezolano si el elegido es Trump.
«Estados Unidos debe apoyar a las personas oprimidas de Venezuela», ha dicho Trump en la campaña, aunque está por ver que la solución a la crisis venezolana sea de verdad para él una prioridad, pues el magnate republicano también ha tenido palabras de comprensión hacia el fallecido dictador Hugo Chávez . De él ha dicho Donald Trump que «tenía sentimientos, algunos muy fuertes, y representó a mucha gente que había sido dejada de lado».
La campaña de Hillary Clinton ha presentado, en cambio. al empresario y candidato republicano como otro posible Chávez en caso de que llegue a la Casa Blanca.