Un congreso extraordinario, la última baza republicana frente a Donald Trump
Esa fórmula permitiría descabalgar al millonario con la suma de delegados de sus rivales, pero tiene muchos riesgos para el partido
![Un seguidor de Trump, antes de uno de sus mitines en Michigan](https://s1.abcstatics.com/media/internacional/2016/03/05/mi--620x349.jpg)
La carrera republicana sigue abierta, pero las opciones se han reducido al mínimo. Disipada la niebla de confusión tras el Supermartes, con Donald Trump como ganador provisional indiscutible, el proceso electoral vuelve hoy al terreno de juego. Aunque la coordinación es mínima, la dirección el partido y sus tres rivales comparten el objetivo de evitar que Trump logre los 1.237 delegados necesarios, la mitad más uno, antes de la convención de julio. Que Cruz, Rubio y Kasich asumieran en el debate del jueves que apoyarían a Trump si logra la nominación, compromiso que reconoció también el millonario en sentido inverso, no significa que no vayan a echar el resto para evitarlo.
El establishment del partido, que tuvo el mismo día en el nominado de 2012, Mitt Romney , con su demoledor discurso, a la cabeza visible frente a Trump, es consciente de que la única baza para frenarle es un congreso republicano abierto , en el que la suma de delegados de sus rivales sea capaz de descabalgar al temido millonario. Ni va a ser fácil ni todos piensan que sea beneficioso para el partido un encontronazo con luz y taquígrafos.
Los cuarteles generales de sus tres rivales lo tienen como objetivo desde hace tiempo, pero, dada la dispersión de su voto, las opciones son reducidas. Trump va a seguir sumando victorias en muchos estados, por lo que Florida y Ohio, de los que proceden Marco Rubio y John Kasich y donde el sistema mayoritario otorgará todos los delegados al ganador (99 y 66, respectivamente), se ofrecen como los diques de contención el 15 de marzo . Si Trump gana los dos estados, estará a un paso de la nominación; si pierde los dos, aumentarán notablemente las posibilidades de una convención abierta.
Opción arriesgada
Esta variable no resulta tan «apasionante» para todos como lo es para Kasich. Muchos ven grandes riesgos. Como afirmó ayer Lindsey Graham, uno de los candidatos retirado de la carrera, «no creo que esa opción le convenga mucho al partido».
El que fuera después valedor de Jeb Bush coincide con la opinión de muchos republicanos de que quizá compense cerrar filas con Trump, que «está ganando limpiamente». Pero choca con la abierta animadversión de otros, incluidos altos cargos, que ya han anunciado que nunca votarían a Trump, ni siquiera frente a Clinton. El precedente de una convención abierta se sitúa en 1976, cuando un Partido Republicano partido por la mitad otorgó la nominación a Gerald Ford frente a Ronald Reagan por un apretado 52,57%-47,39% .
En medio de este panorama, Kansas (caucus, 40 delegados), Kentucky (caucus, 45), Maine (caucus, 23) y Luisiana (primarias, 47) ponen en juego hoy 155 delegados más en una cita electoral que mantiene a Trump como favorito, aunque el procedimiento de los caucus otorgue opciones a Ted Cruz. Mañana le tocará el turno a las primarias de Puerto Rico (23 delegados), donde el favorito es Marco Rubio.