Alberto Castrelo: «Podría con más etapas porque la ilusión mueve montañas»
El portuense, impulsor de la 'Ruta Kira 2015', está cruzando España en bicicleta y recorrerá un total de 2.200 kilómetros en su lucha contra el cáncer infantil
Actualizado: GuardarCon sinceridad y contundencia, Alberto Castrelo reconoce que ni es amante del ciclismo ni lo ha practicado con asiduidad. Por ello, este reto es más que especial, ya que sin ser aficionado a este deporte se aventuró a adquirir una bicicleta tres meses antes de comenzar la experiencia para asimilar el esfuerzo deportivo que le esperaba. Actualmente, se encuentra en la comunidad de Cantabria cruzando desde Torrelavega a Laredo.
–¿Cómo surge la peculiar idea de invertir sus vacaciones de forma solidaria y en bicicleta?
–Este año quería tener unas vacaciones alternativas a las que acostumbramos, me apetecía irme con mi perra ‘Kira’ de ruta y así visitar Gijón, donde tengo varios amigos, pero quería hacerlo por alguna causa. Al comentarlo con una amiga de Toledo que sufrió un cáncer en su seno familiar y que ahora colabora por la causa, me motivó el poder sumarme a ayudar a los niños que padecen esta enfermedad.
–¿Difiere mucho la idea inicial que tenía sobre estas particulares vacaciones a la experiencia que está teniendo? ¿La aventura está siendo tal y como la esperaba?
–Nunca esperé la acogida que está teniendo la ruta y mucho menos que iba a ser capaz de superar fase tras fase sin haber cogido una bicicleta en mi vida. Además, está teniendo una alucinante repercusión mediática a través de las redes sociales: en menos de 24 horas la página tenía más de mil seguidores. Me tratan estupendamente, ahora por ejemplo en Cantabria han invertido el dinero de mi hospedaje en pagar una de mis etapas que va directamente destinada a la causa. Las expectativas que tenían se han superado con creces.
–Hasta el momento, ha pasado por muchas ciudades y comunidades autónomas como Extremadura o Castilla-León, ¿tiene muchas anécdotas de ese camino recorrido?
–La verdad es que por todos los sitios por los que he pasado me han dado un recibimiento maravilloso, aunque en la localidad extremeña de Baños de Montemayor me hicieron una especie de cortejo con motos, coches con luces por delante y otros ciclistas a modo de recibimiento.
También una chica de Gijón, sin conocerme de nada, me brindó alojamiento al enterarse y creer en esta labor. Como anécdota podría confesar que se me reventó la cubierta de la bicicleta y no tenía ni siquiera nociones básicas de mecánica.
–Realmente, podríamos decir que se trata de unas vacaciones y por ello todos los gastos corren a su cuenta, pero y el ciudadano de a pie, ¿cómo puede colaborar con la causa?
–A través de la web www.migaamiga.com, las personas que lo deseen pueden colaborar comprando algunas de las treinta etapas de la ruta con un mínimo de 50 euros o bien hacer una aportación mínima desde cinco euros. Hasta el momento, hemos sobrepasado la cantidad prevista inicialmente que era de 1.200 euros, todo ello gracias al torneo de pádel que se celebró durante mi paso por Almendralejo.
–¿En qué consiste la última etapa? ¿Qué hará cuando alcance la meta y todo acabe?
–La ruta termina el 29 de julio y la última etapa comenzará y terminará en el Bar ‘Los Pepes’ de El Puerto, un rincón al que tengo mucho cariño y en el que siempre me acogen como si fuera de la familia. Allí he presentado mis libros y siempre me han dado la oportunidad de utilizar su espacio para todo lo que he necesitado.
En primer lugar abrazaré a mi familia y a los dos amigos que me acompañaron en la primera etapa y que no pudieron seguir por motivos laborales, pero que se volverán a unir en la última y llegaremos a la meta juntos y celebraremos, sobre todo, que el objetivo se ha cumplido.
–El fin de la ruta está cada vez más cerca,¿ cómo se siente en este momento?
–Es increíble pero no me duele nada, estoy cansado como es lógico, pero el ánimo y la motivación me impulsan a seguircon esto, sino ya me hubiese vuelto porque la etapa de Sevilla, por ejemplo, fue durísima, era la primera, mucho calor, sin preparación y mis piernas no daban para mucho.
En cambio, ahora siento que podría hacer incluso más etapas porque la ilusión mueve montañas.
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