tribuna abierta

Soldados solidarios

pablo martínez delgado

El diccionario etimológico señala que ambas palabras proceden de la misma raíz latina “sol” de la palabra “solidus”, que significa sólido, firme o compacto, en referencia a la moneda de oro con la que eran pagados los soldados del Imperio Romano. De aquí han derivado los términos soldada (paga que recibía el soldado), soldar y más adelante solidaridad. Esta palabra hace referencia a una realidad firme, valiosa, que se logra mediante la unión de personas de orígenes diversos que se reconocen al contar con unos vínculos comunes por los que merece la pena comprometerse.

Estamos hablando de que la raíz de ambas palabras contienen el mismo sentido de firmeza o compromiso, la idea de ser sensible hacia la situación del otro, diferente o desvalido.

Lo vivimos estas fechas con gestos sociales que buscan paliar las necesidades básicas de determinadas personas con una situación económica al límite en nuestras ciudades o pueblos.

Hay personas que ejercen el voluntariado (pocas en España según el Centro de Investigaciones Sociológicas), dentro de organizaciones o fuera de ellas, dedicando parte de su tiempo y de sus energías a otras personas menos afortunadas, para ayudarlas a lograr una cierta calidad de vida. Precisamente, este año, el Día Internacional de los Voluntarios (5 de diciembre) está dedicado a reconocer la labor que realizan por mejorar su entorno social.

Hay profesionales y profesiones que están más volcadas en dar cierta solidez, cohesión social o bienestar a nivel local, nacional o global. Decimos que son profesiones solidarias pues afectan a facetas sensibles de nuestra convivencia y de nuestro desarrollo humano. Son profesionales que tienen un plus de peligrosidad y de generosidad en su faceta laboral (no incluida en su sueldo) que las hace imprescindibles colectivamente. Cuando se les pregunta a los españoles por la valoración de determinadas profesiones, colocan a los profesionales de la sanidad y de la educación en los primeros puestos.

La profesión de soldado es una de la más controvertida en este tema que estamos tratando. El militar, como integrante de una institución que tiene la misión de garantizar la seguridad y defensa de una sociedad, tiene el deber de llevar hasta las últimas consecuencias ese compromiso, lo que le hace admirable desde el punto de vista ético. Pero los medios que utiliza para llevar a cabo su misión, o sea el uso de la violencia discriminada, le resta puntos en una sociedad pacífica o postmoderna como la nuestra, que piensa que la paz viene con sólo invocarla.

La paz seduce aquí, entre nosotros, pero en otras latitudes hay quienes están dispuestos a perturbarla sacrificando indiscriminadamente al que consideran diferente a sus creencias y emociones. Aquellos ejercen la solidaridad sólo hacia los de su misma etnia, religión o cultura.

El soldado es una persona de acción, dispuesto a usar de forma letal su arma, si así se lo ordenan o si la misión lo requiere. A él no le gusta apretar el gatillo. Prefiere que su sola presencia baste para disuadir la amenaza, presencia que ejerce en países muy alejados de su patria como instrumento de una concepción global e interdependiente de la seguridad y de la defensa. Él representa la solidaridad política entre naciones bajo el paraguas de organizaciones multinacionales como la ONU o la Unión Europea, que operan en escenarios conflictivos e inestables para la paz mundial.

El soldado español cuando se encuentra de misión en Afganistán, en el Líbano, en países del centro y del cuerno de África, “para contribuir al mantenimiento de la paz, estabilidad y seguridad y apoyar la ayuda humanitaria, lo hará como instrumento de la Nación española” (Art. 93 de las Reales Ordenanzas), actuando bajo los principios de dicho código ético -las Reales Ordenanzas- que, entre otras, cosas le señala que deberá: asumir la protección de la población afectada, especialmente la más vulnerable; respetar su cultura; aplicar el principio de humanidad; colaborar con organizaciones civiles que trabajan en la zona por las mismas causas… En definitiva, mostrar su compromiso con los derechos humanos universales, frente aquellos que ponen por encima de estos sus derechos y lealtades tribales, ideológicas y religiosas.

Los cerca de 2.000 militares españoles que se encuentran en misiones en el exterior hacen de España el quinto país en aportar efectivos al escenario internacional, mostrando su solidaridad con nuestros aliados y el compromiso por la estabilidad mundial, solidaridad que también muestra en nuestro territorio -caso del ébola u otras emergencias- aportando recursos donde otras Administraciones Públicas no alcanzan con sus medios.

El Coronel Pablo Martinez Delgado es Subdelegado de Defensa en Lleida

Soldados solidarios

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación