Las tiendas del barrio buscan una vida extra en la digitalización
Pese a los frenos económicos y culturales, transformar la amenaza tecnológica en oportunidad ya es el ser o no ser de estos negocios

El comercio de barrio ha visto como se tambalea un modelo de negocio que se va apartando del estilo de vida de gran parte de la sociedad. Si ya los grandes almacenes y supermercados alejaron a muchos consumidores de las tiendas de proximidad, el comercio ... online ha abierto todavía más una grieta que ha provocado el cierre de numerosos locales. Sin embargo, a pesar de tener muchas cosas en su contra, la digitalización y la tecnología se presentan como aliados de este tipo de negocios, aunque todavía muchos comerciantes no hayan dado ese paso.
En el mercado están apareciendo soluciones tecnológicas que tienden la mano al comercio local y están dando sus frutos. En Valencia, por ejemplo, ha surgido hace unos meses la startup GutXain que cuenta con una app de productos y servicios locales a través de la cual se fomenta la compra responsable y sostenible en las tiendas de barrio. Esta plataforma facilita la compra online, offline, recogida en tienda, envío a domicilio, regalos y bizums. Siempre que se compra por la app el usuario recibe 'cashback' de regalo.
Esta empresa ha desarrollado una plataforma sencilla de usar para los comercios que a través de una pequeña cuota mensual de 30 euros (o anual de 199) les permite anunciar su negocio, vender los productos y crear fidelización a través del dinero de vuelta que reciben los usuarios, siempre para gastar en los locales adheridos. «Nos gusta que nos llamen el datáfono local», cuenta Lorena García, cofundadora y CMO de Gutxain. El equipo fundador es un gran defensor del comercio de barrio, y supieron detectar los problemas más comunes de muchos de estos comerciantes, quienes «no están preparados». Esta app es un primer paso para entender una realidad digital que asusta a muchas tiendas de barrio a quienes les encanta recibir a sus clientes en la tienda física. «Les estamos ayudando, porque hay mucha gente mayor que no entiende cómo funciona y luego les sorprende lo fácil que es vender online», cuenta la cofundadora. Tienen 120 tiendas asociadas de muy diversa índole y algunas de ellas están vendiendo en lugares inimaginables. «Una tienda de jamones ha pasado de vender poco a aumentar sus ventas y enviar incluso a Alemania», resalta la CMO de la firma.
En los primeros cinco meses de funcionamiento los locales adheridos han vendido a través de GutXain 24.382 euros. La empresa quiere replicar el modelo de negocio en otras localidades valencianas para luego dar el paso a otras regiones e incluso otros países. Tal y como resalta Lorena García, este proceso de digitalización del comercio de barrio «es una cadena». Empiezan con esta aplicación y luego van entendiendo la necesidad de tener una buena web o Instagram para potenciar su imagen. «No se puede negar a la realidad ni tampoco que les dé miedo. O se adaptan o se quedan fuera», aconseja.
Para Enrique Dans, profesor de IE University, al hablar de la digitalización y del comercio de barrio el planteamiento debe ser «cómo reducir la fricción» entre ambos. Recuerda que, tras el confinamiento, mucha gente se ha acostumbrado a recibir los bienes a través de las compras online. Por ello, lo que debe hacer el comercio local es «convertir la experiencia de compra en algo que permita reducir la fricción». Por mucho que traten de competir con el comercio online, éste ha aumentado mucho «y lo seguirá haciendo todavía más cuando haya, por ejemplo, reparto con drones, reduciendo el tiempo de entrega». Eliminar esas diferencias «se convierte en un incentivo para hacer que las personas que pueden ir a la tienda se encuentren muy a gusto para comprar». Y para buscar vínculos con la clientela «se tiene que ver qué herramientas tecnológicas les permiten valorar a los clientes y buscar vínculos», pone como ejemplo el profesor. Puede ser tecnología que recoja cierta información del usuario y permita medios de pago adecuados. «Y a partir de ahí hay que replantearse el marketing, tiene que evolucionar».
El modelo de tienda con mostrador y por detrás los artículos ha cambiado, «el cliente puede ver todo y por eso es muy importante para los comerciantes tener claro su stock, contar con una buena gestión de almacén para saber lo que tienen es fundamental», resalta Dans. Gracias a las tecnologías se está democratizando la digitalización para este comercio de barrio aunque el docente reconoce que en muchos casos para que esta se produzca «hace falta la llegada de nuevas generaciones en la gestión». Pensando a medio plazo, «tienen que estar pendientes de lo que avanza para que no se quede atrás».
En la Comunidad de Madrid hay alrededor de 60.000 comercios minoristas. El presidente de la Confederación Del Comercio Especializado de la Comunidad de Madrid (Cocem), Armando Rodríguez, comienza por recodar que para este tipo de comercio, «la venta online debe ser un refuerzo de la venta física por la que apostamos y no un sustitutivo». Quizás sea esta una de las razones por las que todavía muchos comerciantes están alejados de la digitalización.
Otro motivo, «el fiasco del planteamiento del kit digital donde los agentes digitalizadores te venden cosas que no se adaptan a la realidad de estos comercios y eso genera una enorme desconfianza y resulta poco eficaz». Además, la Comunidad de Madrid va a destinar 12 millones de euros para favorecer la digitalización y contribuir a la sostenibilidad del pequeño comercio. Ayudas que se traducen en subvenciones del 90% del presupuesto del proyecto presentado, que pueden ir hasta los 200.000 euros, con una inversión mínima de 15.000 euros. Sin embargo, «son muy pocos comercios los que van a poder beneficiarse». Rodríguez recuerda que en Madrid hay un comercio de proximidad «bastante digno que hace un esfuerzo permanente de adaptación, de modernización». En su opinión, el futuro para estos comercios pasa por «compatibilizar los mundos».
En el Barrio de las Letras de Madrid se encuentran muchos locales tradicionales y la tecnología es una de las asignaturas pendientes. «Se junta el problema generacional con el tema de recursos. Unos no saben utilizar las nuevas tecnologías y otros no tienen tiempo para dedicarse a ello», reconoce Begoña Perlines, gerente de la Asociación de Comerciantes de dicho barrio. Afirma que se han dado pasos importantes en materia de contabilidad y que con el tiempo se tenderá a ser cada vez más digitales. Porque incluso los que más se resisten, saben que antes o después deberán adaptarse a una nueva forma de consumir.
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