Trabajadores del metal de Sevilla y la patronal firman un convenio que garantiza la paz social tres años
Acuerdan una subida salarial de entre un 1,5 y un 1,8% hasta 2023, aunque se estipula que la diferencia con el IPC real se aplicará en el siguiente año
Fedeme dice que «las guerras no son buenas para nadie, tal y como desgraciadamente estamos comprobando con el conflicto generado en Cádiz»
Sin manifestaciones, sin huelga, sin algaradas callejeras, sin piquetes violentos. A diferencia de lo que está ocurriendo en el metal de Cádiz, los trabajadores del sector en la provincia de Sevilla y la patronal Fedeme han firmado este miércoles el convenio colectivo siderometalúrgico para los años 2021 a 2023. El acuerdo afecta a 7.288 empresas y a 72.547 trabajadores de la provincia , que afrontan los próximo años de recuperación económica con un documento que les garantiza la paz laboral.
Tanto UGT y CC.OO., como la patronal, han calificado de «satisfactorio» este convenio, en el que todas las partes admiten que han cedido algo. Dentro del metal se incluyen las actividades industriales de aeronáutica, naval, mantenimiento, talleres de reparación de automóviles, fabridantes de estructuras metálicas, fabricantes de ascensores, climatización o carroceros. Las grandes empresas del sector tienen sus propios convenios, por lo que el convenio colectivo se aplicará sobre todo en las empresas auxiliares y pymes.
El nuevo convenio del metal de Sevilla mantiene la jornada laboral vigente (1.759 horas/año), no crea conceptos salariales nuevos y fija incrementos salariales que, según la patronal Fedeme, «no resultan desproporcionados: 1,5% desde julio de 2021 (sería un 0,75% anual); un 1,6% en 2022 y un 1,8% en 2023. No obstante, el acuerdo firmado contempla mecanismos de revisión salarial para compensar el IPC real. De esta forma, si en 2021 el IPC supera el 2,3%, en enero de 2022 se hará una tabla con la subida ya pactada del 1,6% más la desviación del IPC que supere el 2,3%. «De esta manera no se generan retrasos», indica la patronal, que representa a un colectivo de empresas que antes del Covid facturaban 4.6290 millones de euros.
Escenario inflacionista
«En un entorno económico tan complicado como el actual, sumido en un escenario gravemente inflacionista», Fedeme ha valorado de forma positiva este convenio colectivo, que viene a ratificar el preacuerdo que había suscrito con UGT y CC.OO. el pasado 25 de octubre. Carlos Jacinto, director de Fedeme, insiste en que «las guerras no son buenas para nadie, tal y como desgraciadamente estamos comprobando con el conflicto generado en Cádiz , y patronal y sindicatos estamos obligados a entendernos, de ahí la importancia de la continuidad de las relaciones entre ambas partes y en nuestro caso, además, el trabajo interno constante con los responsables de Recursos Humanos y relaciones laborales de nuestras empresas, para conocer de primera mano los conflictos que pueden surgir en el seno de la empresa, asesorarles en la relación con sus delegados sindicales y actuar en todo en cuanto se nos requiera en este sentido».
Además, Fedeme se congratula de que se haya conseguido mantener el precio de la antigüedad (quinquenios) durante dos años , vinculando su aumento a partir de 2023 al incremento salarial anual, desvinculando este concepto definitivamente del SMI. El convenio colectivo no introduce permisos no existentes hasta la fecha, mantiene el valor de la hora extra, no modifica la actual póliza de convenio y amplía el salario nuevo ingreso, permitiendo su uso a las ETT, entre otras cuestiones. Finalmente, el nuevo convenio mantiene intacta su cláusula de compensación/absorción, según la cual las empresas que vinieran abonando a sus trabajadores, en su conjunto y cómputo anual, salarios por encima de convenio no estarán obligadas a aplicar los incrementos pactados.
Por su parte, CC.OO. y UGT se mostraron ayer especialmente satisfechos por el hecho de que se haya estipulado en el convenio la subrogación obligatoria de trabajadores de empresas vinculadas al sector de la energía y cableado telefónico . «En una situación económica tan dura, la firma del convenio ha sido un acto de responsabilidad tanto por la patronal como por los sindicatos», opinó Jorge Mira, responsable del sector del metal en UGT de Sevilla. «Aspirábamos a más pero en tiempos de pandemia tanto los sindicatos como las empresas tenemos que hacer esfuerzos,Este convenio nos garantiza la paz social, sobre todo cuando sabemos lo que hay en Cádiz».
No pierden poder adquisitivo
Javier Navas, secretario del metal de CC.OO. de Sevilla aplaudió el acuerdo porque «los trabajadores no sólo mantienen el poder adquisitivo, sino que incluso lo incrementan casi en un 80% a final de la vigencia del convenio. Eso supondrá entre 800 y 1.000 euros más que irá a la table salarial en 2023».
«Se ha conseguido superar, una vez más, un nuevo proceso negociar sin conflictividad sindical, en un momento social especialmente complejo y asumiendo exclusivamente contenidos razonables, coherentes con la situación y el futuro que a medio plazo tien ante sí el sector», señala Carlos Jacinto. Al mismo tiempo, la patronal subraya que «se ha conseguido seguir fortaleciendo la figura del convenio colectivo sectorial del metal de Sevilla como herramienta eficaz para la gestión laboral de las pymes del sector, garantizando que las empresas sevillanas metalúrgicas compitan en las mismas condiciones salariales/laborales, proporcionándoles estabilidad y un nuevo marco de paz social de tres años».
Jacinto asegura que «el nuevo convenio colectivo para el metal de Sevilla que hemos firmado es el resultado de un arduo trabajo desarrollado a lo largo de los últimos años, que no se circunscribe exclusivamente a los meses que ha durado este proceso negociador, sino que es fruto de un ejercicio de entendimiento y responsabilidad en el que ha primado el equilibrio en el beneficio mutuo de empresas y trabajadores».
«El respeto y la prudencia con la que encaramos en Fedeme cualquier proceso negociador nos ha llevado a la a usencia de grandes conflictos en la última década y no hay otro camino posible, máxime en un clima de tensión y crispación como el que atravesamos y cuando lo que está en juego es la imagen de todo un sector, de una provincia, aspectos claves para la generación y seguridad de los negocios y de cara a la confianza de posibles inversores», ha declarado el director gerente de Fedeme.
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