Entrevista con directivos de la entidad
«La sostenibilidad es ya un requisito indispensable para valorar inversiones en Banca Privada en BBVA»
En Andalucía, la Banca Privada de BBVA gestiona 4.670 millones de euros de patrimonio, un 6,1% más que en 2018, según Enrique Marazuela y Jorge Gordo, directivos de la entidad financiera
La división de Banca Privada de BBVA en España aprobó hace tres años un plan estratégico para crecer en clientes un 32% antes de 2021. El plan avanza a buen ritmo, ya que los clientes de ese negocio han aumentado desde entonces un 26% a nivel nacional y un 29% en Andalucía, donde la Banca Privada de BBVA gestiona ya 4.731 millones de euros de patrimonio, un 6,1% más que en 2018. Jorge Gordo, director de Banca Privada de BBVA en España , prevé que este segmento seguirá creciendo en nuestro país, mientras que E nrique Marazuela, responsable de Inversiones de Banca Privada del citado banco y presidente de CFA Institute (que engloba a los profesionales de la inversión y emite la certificación CFA para analistas financieros) , recomienda a clientes con más de 500.000 euros diversificar su cartera de inversiones, tanto en activos como geográficamente.
De los 74.274 millones de patrimonio que BBVA gestiona de Banca Privada en España, ¿cuántos corresponden a Andalucía?
Jorge Gordo: Un total de 4.670 millones de euros de 4.731 clientes, a una media de un millón de euros por cada uno. Ello supone un 8,6% más que al cierre de 2018, frente al 7,6% de España. En cuanto a número de clientes, Andalucía ha sido el territorio donde más ha crecido la Banca Privada, un 6,1% frente a un 4,5% del año 2018. Esta región es uno de los territorios más dinámicos, que pelea mucho el negocio, que hace planes de fidelización de clientes, aunque es verdad que los grandes patrimonios no tienden a estar en Andalucía. De hecho, aquí tenemos muchos clientes de 500.000 y 700.000 euros.
¿Los clientes de Banca Privada en BBVA son aquellos que tienen más de 500.000 euros?
J. G.: Hacemos una segmentación de 500.000 a dos millones de euros y de más de dos millones. Tenemos también un servicio para más de cinco millones de euros, que lo lanzamos el pasado año.
¿Qué personal dedica BBVA a Banca Privada?
J. G. : El equipo de Banca Privada de BBVA que da servicio a estos clientes en Andalucía está conformado por 45 banqueros, que suponen un 12% más que el año pasado. En España tenemos 568 personas en ese equipo, un 2% más que en 2018. Hemos reducido el número de clientes por banquero, aunque con la tecnología que tenemos podríamos haber hecho al revés. Para patrimonios de más de 5 millones de euros tenemos un banquero cada 35 grupos familiares y en la parte de 500.000 euros a dos millones de euros, es un banquero por cada 70 grupos familiares. A pesar de los avances tecnológicos y de la información que facilitamos en la web, la App y los reportes, los inversores siguen pidiendo una persona de confianza.
¿Cuál es el perfil de estos gestores?
J. G.: Son gente con mucha experiencia en el sector, con la certificación europea EFA (European Financial Advisor) nivel 2, pero hay muchos profesionales que tienen la superior. Casi el 60% de ellos tienen la certificación más elevada que emite España, que es la EFP (European Financial Planner) y el resto está en proceso de obtenerlo. Siempre contratamos a gestores de dentro de la casa porque tenemos un banquillo muy potente y además conocen nuestro modelo.
¿El cliente de Banca Privada de España tiene alguna particularidad?
J. G. : El perfil es el de un empresario o de una persona que ha heredado, conservador y con una edad media de 64 años. En España hay pocos clientes que proviengan de startup o unicornios.
¿En qué momento se encuentra la Banca Privada en España?
J. G. : La Banca Privada en Europa y en Estados Unidos no está creciendo tanto como en España. En el resto de Europa lo que ha habido es una concentración de jugadores en el sector de banca privada, aunque es verdad que los grandes jugadores internacionales, como las entidades suizas, han tenido que pasar su calvario de reducir estructura, costes... y, de hecho, no tienen mucha presencia en España. En nuestro país este negocio irá a más porque la gente necesita asesoramiento, ya que ha seguido habiendo creación de riqueza por diferentes motivos: industrial, venta de empresas, herencias... Siempre está la espada de Damocles de la fiscalidad, que para el tema de los patrimonios, dependiendo del territorio, puede ser más complicado.
¿Cómo ha sido el año en términos de rentabilidad para la Banca Privada de BBVA?
J. G. : Las rentabilidades nuestros clientes han conseguido en 2019 también han sido buenas: desde un 4,5% para los clientes conservadores hasta más de un 17,5% para los clientes que asumieron más riesgos. Hay que hablar siempre a largo plazo porque lo ideal es que una cartera está invertida a más de cinco años.
¿Se espera la misma evolución en 2020?
J. G.: Las expectativas de rentabilidad en el mundo de renta variable, donde se supone que hay más riesgo, es que no van a ser tan elevadas como ha ocurrido en 2019.
Enrique Marazuela : También es verdad que lo que no tiene riesgo, que es la deuda pública, tiene rentabilidades tan bajas que lo suyo sería asumir mayores niveles de riesgo siempre y cuando sea compatible con el perfil del cliente. Nuestro trabajo es también intentar que las carteras estén diversificadas. En las inversiones a largo plazo hay que enfrentarse a retos como la depreciación del dinero como consecuencia de la inflación, temas impositivos... Explicamos a nuestros clientes que esto no es un tema de seguridad, sino un modelo de incertidumbre y que hay que gestionarla de la mejor manera con la diversificación. Para ello, vemos las distintas líneas de activos y tenemos opinión sobre bonos gubernamentales que van a cubrir los tipos de interés a corto plazo; los bonos corporativos de mayor calidad crediticia (grados de inversión) y los bonos corporativos de menor calidad, que llamamos «high yield», aunque no nos gusta la calificación de bonos basura porque no son bonos quebrados y tratamos de asesor a nuestros clientes de que tienen que tenerlos porque han reportado un diferencial respecto a la deuda pública bastante importante; los bonos emergentes, que son una de nuestras recomendaciones para este año; y la renta variable.
¿Cómo deberían estar repartidos los activos en una cartera de inversiones?
E. M.: La tipología del cliente determina los porcentajes. Un cliente que tiene una visión a medio plazo, no extremadamente conservador, debería tener un 30% de renta variable; un 15% entre bonos emergentes y bonos «high yield» (de menor calidad crediticia pero mayor rentabilidad, que aportan un diferencial de entre 3 y 4 puntos respecto a la deuda pública); y el 55% restante lo repartiría entre liquidez, renta fija gubernamental y bonos de mayor calidad crediticia (grados de inversión).
En un momento en que la deuda pública ofrece una rentabilidad tan escasa, incluso negativa, y hay bancos que cobran por tener los depósitos, ¿qué recomendación hacéis a vuestros clientes?
J. G.: El BBVA no está cobrando a los grandes patrimonios por los depósitos ni está previsto hacerlo.
E. M. : En la deuda pública alemana tienes que irte a 30 años y depende del día, te pagan o te cobran. Nosotros en estos casos estudiamos el perfil de riesgo del cliente y la reducción de esa proporción de deuda pública para invertir en otra clase de activos, como bonos corporativos, los bonos emergentes, la renta variable o los bonos «high yield». Las inversiones alternativas no son una novedad en nuestra propuesta para los clientes de Banca Privada. El grupo sí ha creado un área de private markets para desarrollar este tipo de soluciones, tanto para clientes de Banca Privada como institucionales.
La directiva sobre mercados financieros que entró en vigor en 2018 permite ofrecer dos tipos de asesoramiento: independiente y no independiente. ¿Qué diferencia el asesoramiento no independiente que venía realizando el banco del indepdiente que hace a través del BBVA Open Management?
J. G.: El asesoramiento que hacemos a través del BBVA Open Management es un servicio para clientes con patrimonios de más de 5 millones que piden expresamente ese servicio. El cliente paga una comisión y el banco no puede percibir incentivos. Tampoco puede haber conflicto de interés en la selección de activos... y lo que ha hecho el banco es que por contrato garantiza al cliente que nunca habrá más de un 10% de productos BBVA en su cartera de inversiones. Nos hemos autoimpuesto además exigir a los gestores la la certificación máxima europea.
¿Cómo ha afectado la desaceleración económica a la banca privada en España en 2019?
E. M.: Nosotros tenemos una versión un poco distinta. A nivel global el crecimiento mundial llegó a un máximo a finales del año 2017 y desde entonces ha estado desacelerándose, pero los últimos meses de 2019 y principios de 2020, antes del coronavirus, habíamos entrado en una fase de estabilidad. Por otra parte, una cosa es España y otra, el resto del mundo. Cuando hablamos de economía, nos referimos a la economía global porque es lo que afecta a nuestros clientes. Recomendamos no sólo diversificación en clase de activos, sino también geográfica. En renta variable, por ejemplo, recomendamos índices globales para tomarlos como referencia porque invertir en Europa ya es una apuesta geográfica y eso lo hacemos con el apoyo de la Autoridad Financiera porque la diversificación nos añade valor. En clientes de cierto tamaño recomendamos alternativos, como capital riesgo, pero tienes que estar dispuesto a tener ocho o diez años una parte de la cartera -no más del 5 o del 10%- sin liquidez.
¿Cuáles son los principales desafíos de la Banca Privada en 2020 y a más largo plazo?
J. M. : Con el coronavirus nos enfrentamos a algo que ofrece mucha incertidumbre y mientras dure esta crisis se está destruyendo actividad, aunque luego habrá un rebote, es decir, un esquema parecido al SARs (gripe aviar) del año 2003, por lo que será algo temporal y en el transcurso de año se irá corrigiendo. Es posible que nos dejemos por el camino algunas décimas de crecimiento, tanto en China como en el mundo, pero la experiencia pasada es que una vez resuelta la crisis sanitaria volveremos a la casilla de salida. Conel actual entorno, con una inflación contenida, el petróleo barato, con bancos centrales con políticas monetarias muy laxas... en principio no vemos que se perjudique la estabilidad que estábamos registrando a finales de 2019 y principios de 2020.
¿Cómo influirá en el negocio de Banca Privada la guerra de aranceles, el Brexit, las reformas anunciadas por el gobierno de Podemos/PSOE, las elecciones en Estados Unidos...?
E. M.: Con respecto a riesgos globales, las tensiones entre China y Estados Unidos, una vez firmada la fase uno del acuerdo, hemos evitado los escenarios más negativos. En el caso del Brexit, aunque hay acuerdo, nos faltan los detalles y los ingleses dicen que el diablo se esconde en los detalles. En cuanto a las elecciones en EE.UU., es verdad que las casas de análisis dicen que puede impactar en los mercados pero al día de hoy ni se han enterado. Sobre las reformas que puedan llegar con el nuevo Gobierno central, en la parte de inversiones no debería afectarnos porque España es el 1,5% de la economía global. Si un inversor estuviera focalizado en España en sus inversiones, podría afectarle los cambios de tributación, pero nuestras carteras son globales.
J. G.: Nosotros tenemos en cuenta las variables fiscales y nos adaptamos a los cambios. En España, por ejemplo, ahora los fondos de inversión tienen una fiscalidad muy buena porque los puedes traspasar, cosa que no existe en ningún otro sitio.
Ahora está de moda el concepto de sostenibilidad, los bonos verdes... ¿También se usa ese criterio a la hora de hacer inversiones en Banca Privada?
E. M. : No es una moda, sino un requisito indispensable a la hora de valorar la inversiones. Esto es algo que ha venido para quedarse y ahí metemos entorno social, gobernanza... Afectará a toda clase de activos de todas las compañías. Se incorporará ese criterio en el análisis de la compañía, de forma que igual que le miras la cuenta de resultados, la posición estratégica de sus clientes... estudiarás su impacto en sostenibilidad y sobre eso decidirás si inviertes. Teniendo en cuenta los criterios de sostenibilidad eliminas los riesgos de cola, como litigios, multas, impacto ambiental... Nuestro negocio se llama fuera de España «wealth preservation», es decir, preservación de la riqueza, de modo que la rentabilidad pasa a un segundo plano cuando nuestro objetivo es protegerla de los riesgos a largo plazo. Tan importante son los riesgos como las rentabilidades. ¿Qué pasó con Enron? Desapareció de un día para otro cuando parecía una compañía maravillosa. Los colapsos de compañías vienen normalmente por un problema de gobierno corporativo o porque están haciendo una acción no sostenible, como puede ser contaminar o explotar a niños, lo que hace que al final los clientes las abandonen.
J. G.: Además, está demostrado que cuando vienen mal dadas, la caída es menor si has incorporado criterios de sostenibilidad en la selección de activos de tu cartera de inversión. Usando ese criterio para las carteras de inversión, las sorpresas negativas están más acotadas. En 2018 y 2019 nuestros banqueros han sido formados en sostenibilidad para ofrecer un mejor servicio y asesoramiento a nuestros clientes.
Aunque a la hora de decidir inversiones la sostenibilidad es un criterio común, ¿qué sectores son megatendencia ahora?
E. M.: La disrupción digital ha propiciado un cambio salvaje. Vienen nuevas tecnologías que van a cambiarlo todo, sobre todo cuando llegue el Internet de las Cosas (IoT), los computadores cuánticos, el 5G, la ciberseguridad, la Inteligencia Artificial... La segunda megatendencia que estamos viendo está relacionada con la demografía, la salud y la longevidad. Vamos a vivir más años y en mejor condiciones, por lo que cambiarán muchos hábitos. La tercera megatendencia viene porque el continente asiático está teniendo un crecimiento potentísimo y allí viven 4.500 de los 7.000 millones de habitantes de la Tierra. También están las energías renovables, que son capaces de competir en precio de mayoristas con la energía generada por combustibles fósiles y ahí vamos a ver una auténtica revolución.
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