Sevilla
«La cementera de Portland en Alcalá es una planta que está para quedarse»
El CEO de la compañía, Pedro Carranza, despeja el futuro de esta industria sevillana y reclama apoyo a su planta de valorización de residuos
Portland Valderrivas, la mayor compañía cementera de España, controlada por el empresario mexicano Carlos Slim , el principal accionista de FCC, tiene una sola factoría en Andalucía, la de Alcalá de Guadaíra, donde trabajan 200 personas, que a su vez es la única empresa de este sector en la provincia de Sevilla. Su consejero delegado, Pedro Carranza, ha asegurado esta mañana que «el futuro de la planta de Alcalá está asegurado, porque es una industria eficiente, de bajo coste y muy bien ubicada, en un entorno económico muy atractivo, Andalucía, donde la construcción crece por encima del promedio nacional ».
«La planta de Alcalá está para quedarse» y solo una «distorsión de los mercados internacionales» , podría comprometer su futuro, ha señalado.
Pedro Carranza, presidente a su vez de Flacema, la Fundación Laboral Andaluza del Cemento y el Medio Ambiente, ha intervenido en Sevilla en un desayuno empresarial organizado por la Asociación de Directivos de Andalucía, Ceuta y Melilla ( Adacem ), q ue preside Luis Miguel Martín Rubio.
Con sus manifestaciónes, el CEO de Portland Valderrivas despeja un panorama -el de la continuidad de la cementera de Alcalá de Guadaíra- que la compañía llegó a poner en cuestión después de que el Ayuntamiento tratara de frenar la construcción de la planta de valorización energética de residuos que proyecta levantar junto a su factoría sevillana.
Este proyecto sigue en marcha , una vez que Portland Valderribas haya ganado un contencioso al Ayuntamiento, y a expensas de que las autoridades de la Junta de Andalucía culminen la tramitación del expediente medioambiental, un proceso que aún se prevé que tarde unos nueve meses.
Pedro Carranza ha defendido la valorización de residuos como «uno de los caminos» para eliminar los vertederos y, en consecuencia, el impacto medioambiental que produce el enterramiento de los desechos industriales en emisiones de metano y en afectación al subsuelo.
El proyecto de la cementera, que replica la estrategia de valorización energéitica impulsada en muchos países de Europa, especialmente en Alemania, consiste es quemar los residuos en los hornos de sus plantas para generar energía, « bajar las emisiones de CO2 al reemplazar el coke de petróleo como combustible, reducir los costes energéticos y «ayudar al medio ambiente», según ha explicado Pedro Carranza. «Para qué promover incineradoras de residuos cuando existen hornos de cemento», ha subrayado el ejecutivo.
Placas solares
Otras alternativas energéticas que está explorando Portland para su factoría sevillana son, por un lado, la compra de energía a largo plazo que proceda de generación renovable y la instalación de placas solares en la cementera, aunque son posibilidades que están todavía «muy verdes», según ha señalado Pedro Carranza.
En este contexto, el máximo ejecutivo de la cementera ha aconsejado al Gobierno andaluz que, «si quiere dar un impulso a la industria, lo primero que tiene que hacer es proteger la que ya existe antes de pensar en atraer a nuevas compañías ».
Un hombre de Slim
El consejero delegado de Portland Valderrivas es un mexicano con larga trayectoria en el sector que, después de jubilado en su país, volvió en 2017 a la vida activa en España para pilotar Portland Valderribas. Llegó de la mano de Carlos Slim , principal accionista de FCC, la constructora dueña de Cementos Portland Valderribas, que desembarcó en la compañía española en el año 2014, cuando atravesaba una delicada situación financiera debido a la crisis del ladrillo, con una deuda acumulada de 5.000 millones de euros.
A cierre de este año, la cementera, que partía, a suvez, de una deuda de 2.200 millones, prevé que este apalancamiento haya bajado hasta 300 millones de euros, resultado de amortizaciones anuales de 40 millones, una estrategia que ha vuelto a situar a Portland Valderrivas «en una posición má sana y competitiva», según ha destacado Carranza.
«Mi función ha sido dar estabilidad al entorno laboral, que estaba muy desgastado por la crisis, y dar cierto nivel de estructura y orden; pero hemos salido adelante gracias a la labor de todo el equipo y, obviamente, con a lguien detrás que tiene el dinero suficiente para apoya r», ha señalado el consejero delegado.
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