Las razones por las que el Gobierno central no rescata al grupo Abengoa
Argumenta que las filiales que pidieron el crédito estaban en crisis antes del Covid y que el grupo tiene contingencias fiscales, judiciales y extrajudiciales por 2.900 millones de euros
El Gobierno de Pedro Sánchez no rescata a Abengoa en el último consejo de ministros que podía hacerlo
Un año y medio ha tenido la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dependiente de María Jesús Montero, ministra de Hacienda, para estudiar el expediente de solicitud de ayuda de Abengoa. El pasado 7 de junio tenía todo los documentos pero hasta el 21 de junio no entregó a la empresa el expediente denegando el crédito de 249 millones de euros. Con esos plazos, Abengoa presentó las alegaciones contrarreloj para que el Consejo de Ministros de este lunes pudiera aprobar la ayuda, ya que sería el último antes de que el 30 de junio finalice el plazo para adjudicar los 10.000 millones del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas. No ha sido suficiente. Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno, ha informado estelunes de las últimas empresas que rescatará la SEPI con cargo al fondo y entre ellas no está Abengoa. Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno, se ha limitado a decir tras el Consejo de Ministros que la SEPI sigue estudiando el informe, lo que Abengoa ha calificado de «tomadura de pelo».
¿Por qué el Gobierno ha dejado caer al grupo? Básicamente, la SEPI se ha escudado en que el grupo ya estaba en crisis antes del Covid y presentaba 1.000 millones de euros de contingencias judiciales y extrajudiciales, así como 2.000 millones de euros de contingencias fiscales no contemplados en su plan de viabilidad, por lo que no se garantizaba la devolución del crédito solicitado. No ha tenido en cuenta el Gobierno central a sus asesores externos, PKF y Grant Thornton, q ue concluyeron que Abengoa podía acogerse a ese fondo aunque presentaba riesgos.
Estas son las principales razones esgrimidas por la SEPI para no rescatar a las seis filiales de Abengoa que solicitaron el rescate:
1) «No se ha acreditado que el problema en su solvencia obedezca al impacto del Covid aunque pueda haberlo».
2) Tiene pendiente de «resolución de litigios existentes o la afloración de nuevos, valorados en 943 millones de euros (sin incluir costas, ni intereses que podría suponer un 30%) con distinto grado de probabilidad».
3) Hay un «posible impacto de reclamaciones por deudas existentes dentro del grupo Abengoa».
4) «El impacto de la ejecución de nuevos avales del grupo Abengoa Abenwco1».
5) «Posible incumplimientos en las filiales de las beneficiarias».
6) «La cartera de proyectos es de 290 millones de euros a 31 de diciembre de 2021. En 2022 se ejecutarían 225 millones, quedando sólo 57 millones para ejecutar en 2023 y 8 millones en 2024».
7) En cuanto a las proyecciones de contratación futura, Abengoa las duplica en 2023 y se mantiene por encima de los mil millones de euros al año, haciendo así sostenible el modelo, que que implica también un notable riesgo.
8) Existe actualmente riesgo de no renovación de clasificaciones como contratista del Estado en distintos países provocado por el retraso y por la imposibilidad de justificar la solvencia económica-financiera o aportar avales para concurrir a licitaciones internacionales.
9) Deuda existente en empresas del grupo que no son las filiales que han pedido el rescate, pero que podría impactar en la cabecera, estando todas las sociedades que han pedido el rescates obligadas a responder solidariamente de las operaciones de deuda que tiene contraídas el grupo.
10) La mayoría de sus contratos establecen la posibilidad para el contratante de resolver anticipadamente el contrato por causa de insolvencia.
11) «Existen contingencias fiscales no incluidas en el plan de viabilidad. Las solicitantes no han justificado el origen de los ajustes extracontables, por importante de aproximadamente 2.000 millones de euros, incluidos en sus declaraciones del Impuesto de Sociedades».
12) El grupo Abenewco1 arrastra tal situación financiera patrimonial y de incumplimiento de obligaciones de pago y contractuales, que la viabilidad de las filiales que piden el rescate está supeditada a los acuerdos de reestructuración, la condonación y conversión de deuda por parte de los acreedores, etcétera.
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