CORONAVIRUS ANDALUCÍA

El presidente de Ebro Foods: «Pedro Sánchez debe escuchar a los empresarios porque somos los que generamos riqueza»

Antonio Hernández Callejas dice que «no es el momento de derogar la reforma laboral porque las cosas que funcionan es mejor no tocarlas»

Antoino Hernández Callejas, presidente y consejero delegado de Ebro Foods, que facturó el pasado año 2.813 millones de euros Rocío Ruz
María Jesús Pereira

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Antonio Hernández Callejas, nacido en Tudela y criado en Sevilla, dirige desde 2004 la multinacional Ebro Foods, que facturó el pasado año un total de 2.800 millones de euros. Como alto directivo y empresario (su sociedad Hisparroz tiene el 16% de Ebro Foods) ha intervenido esta semana en el foro de la CEOE para aportar ideas para la reconstrucción del país tras la crisis del coronavirus. Hernández Callejas pide al Gobierno central una defensa firme de las ayudas/compensaciones de la PAC para que Europa no tenga que depender de China o Estados Unidos para los suministros agrícolas si hay otra pandemia, al tiempo que rechaza la derogación de la reforma laboral "porque las cosas que funcionan es mejor no tocarlas".

Los gobiernos europeos han creado plataformas de reconstrucción en las que están presentes los empresarios para aportar ideas para salir de la crisis del Covid-19. En España, ante el vacío hecho por el Gobierno a los empresarios, la CEO ha celebrado un foro para que su voz sea escuchada. ¿Qué opina?

Me gustaría que cuando se habla de diálogo social no sea puramente un trámite. Lo que no puede ser es que hables con la patronal y no te creas mucho lo que te va a contar porque pienses que te van a decir lo de siempre. Hay que empezar a afrontar el diálogo social desde la sinceridad pensando que la persona con la que dialogas puede tener razón en sus planteamientos. Muchas veces los políticos escuchan los empresarios pero con una idea preconcebida. Pedro Sánchez debe escuchar y creer de verdad a los empresarios porque somos al fin y al cabo los que generamos la riqueza y los Presupuestos Generales del Estado se nutren de la riqueza que nosotros producimos. La mayor parte de los empresarios son gente con los pies en el suelo, por lo que nuestra opinión debería ser escuchada, como la opinión de los sindicatos, que representa a los trabajadores.

Usted ha dicho que tenemos una gran suerte de estar en la UE y que comprende las críticas que hacen algunos países del Norte hacia el derroche de los países del sur.

Es lo mismo que pasa en las familias. Si hay miembros que sólo piden y no se comprometen ni resuelven nada, llega un día en que la familia se harta de ellos. Tenemos que ser conscientes de la suerte de estar dentro de la UE, que es un marco de libertades fundamental que tenemos que cuidar y proteger. Comprendo a veces las opiniones de otros países del Norte de Europa que no quieren dar cheques en blanco a la gente si no cumple sus compromisos. La UE vigilará en que se invierten estos fondos. Tenemos que atender los problemas puntuales de la gente que lo está pasando mal pero también usar los fondos de una manera productiva. Si los fondos de la UE se gastan de manera inteligente generarán otros fondos. Esto es como la parábola de los denarios. No se trata sólo de devolverlos, sino de devolverlos con creces y demostrar que somos dignos de esas ayudas. La economía española no puede ser tan dependiente del turismo y la construcción porque cuando se producen problemas como los actuales, a España le cuesta más trabajo salir que a otros países más diversificados. No tengo nada contra el turismo, me encanta que España sea líder en ese sector, pero no podemos tener los riesgos tan concentrados.

Además de ser consejero delegado y presidente del mayor grupo alimentario español, usted es empresario agrícola, ya que su sociedad Hisparroz (dueña del 16% de Ebro Foods) cultiva arroz y cereales. ¿Tiene Hisparroz problemas para encontrar mano de obra en el campo, como ha denunciado el presidente de la cooperativa Las Marismas, Juan Sánchez Vargas?

Bueno, es que el arroz y cereales son cultivos muy mecanizados. Nosotros no tenemos esos problemas. Es más, prácticamente todos nuestros empleados son fijos y tienen unos sueldos muy dignos. La falta de obra en el campo está más circunscrita a los ámbitos de la fruta y las hortalizas.

¿Ebro Foods ha recibido la visita de inspectores del Ministerio de Trabajo que buscan a trabajadores agrícolas para comprobar si los están esclavizando?

No.

Hablemos de la reforma fiscal que plantean PSOE y Podemos, y a la que usted hizo referencia también en el foro de la CEOE. ¿Están las empresas ahora mismo en condiciones de soportar una subida de impuestos?

La fiscalidad de la empresa española está muy en línea con la de las empresas de nuestro ámbito europeo, aunque hay países como Portugal, Irlanda o Reino Unido que tienen tipos inferiores. A mí me parecería razonable que dentro de la UE hubiera una armonización fiscal, que todos pagáramos unos tipos más o menos parecidos. Después están las políticas de desgravaciones, que desvirtúan la tasas impositivas.

Hernández Callejas delante de sacos de arroz de la fábrica de Herba, en San Juan de Aznalfarache (Sevilla) Rocío Ruz

Ha pedido al Gobierno de Pedro Sánchez que si hay reforma fiscal, que sea justa pero no confiscatoria. ¿A qué se refiere con confiscatoria?

Me refería más bien al IRPF. Hay gente que se cree que los empresarios no pagan impuestos a título personal, cuando eso no es verdad, ya que además de empresarios son personas físicas y hay unos tipos muy altos, de más del 45%, y si los subes serán confiscatorios. Si a eso le añades un impuesto de patrimonio, de sucesiones... al final de cada 100 euros que has ganado, a tu hijo le quedan 10. Aumentar el IRPF en estos momentos no es razonable.

En cuanto a la reforma laboral cuya derogación ha pactado el PSOE con Bildu, ¿es el momento de machacarla?

En este momento el Gobierno tiene que dar estabilidad y tranquilidad. Vamos a recibir unos fondos muy importantes de la UE, debemos intentar administrarlos correctamente y no es el momento de hacer cambios por contentar aspiraciones ideológicas de algunas de las formaciones que sustentan el Gobierno. Es mejor no menear mucho las cosas que funcionan, por lo que no deberíamos abolir o cambiar en profundidad la reforma laboral, lo que no quiere decir que se pueda tocar algún punto en concreto. No es el momento de derogar la reforma laboral. España debe aspirar a ser un país que lidere el grupo de cabeza de la UE junto con Alemania y Francia, con unos sistemas económicos y políticos iguales a los de los países de nuestro entorno.

Aclara que no es un experto en macroeconomía pero 45 años de experiencia empresarial le permitirán atisbar algo sobre la salida de la crisis.

La salida de la crisis dependerá mucho de la intensidad de la pandemia o de posibles rebrotes. Yo soy optimista. Hemos tenido un parón de cuatro meses y espero que las economías se repongan en 2021 y haya una situación parecida a la anterior de la pandemia. Debemos trabajar en prevención y habrá que tener un modelo económico y laboral distinto. Durante la pandemia hemos tenido tiempo de reflexionar sobre muchos aspectos, como la muerte, que la hemos percibido como algo más cercano. Nos ha dado tiempo también para pensar si una economía basada en el hiperconsumismo es sostenible en el tiempo, cómo hay que distribuir el trabajo, qué problemas pueden surgir por la crisis climática...

El sector agroalimentario, en el que se encuentra Ebro Foods, no sólo no ha parado durante el estado de alarma sino que incluso ha tenido que trabajar más para atender el incremento de la demanda.

Sí, Ebro Foods es de las empresas que ha vendido más que antes de la crisis. Las 66 plantas que tenemos en 27 países, con más de 6.500 empleados, han estado completamente operativas y ninguna ha tenido que cerrar como consecuencia del Covid-19. Hemos vendido más porque ha habido picos de demanda muy fuerte.

Además de presidente de Ebro Foods, Antonio Hernández es propietaria de la empresa Hisparroz, dueña del 16% de la multinacional y dedicada al cultivo de arroz y cereales Rocío Ruz

La agricultura ha demostrado en la pandemia ser un sector estratégico para garantizar el suministro. A pesar de ello, los agricultores se quejan de bajos precios, de que tienen que dejar cultivos sin recoger porque no les salen las cuentas y aseguran que la reforma de la PAC los va a terminar de hundir porque supondrá un recorte de 1.600 millones en Andalucía. ¿Qué piensa de la reforma de la PAC que se negocia ahora?

Durante esa crisis se ha demostrado que el sector de la alimentación es un sector esencial. Prescindir de la soberanía y la autonomía de la UE en ciertos productos, como ha sucedido con los EPI o productos sanitarios, crea una hiperdependencia y vulnerabilidad enorme de cara al futuro. Por eso hay que defender nuestra agricultura si no queremos que un día esa dependencia de China de respiradores, mascarillas, vacunas, guantes... se traslade también al sector agroalimentario. Hay que proteger la PAC, no reformarla. Yo estoy en contra de que a las compensaciones que reciben los agricultores se les llame «ayudas de la PAC». Eso no son ayudas. La UE bajó precios y compensó la bajada de precios. Si ahora quitan la compensación lo que habrá hecho la UE es bajar los precios y no dar nada a cambio a los agricultores. Se habla de limitar las ayudas a los que más tienen pero es que si se hace así no se cultivará porque el trigo está a menos de 200 euros por tonelada, el mismo precio que hace 30 años. Sin esas compensaciones/ayudas, no puede subsistir la agricultura europea y si no subsiste la agricultura europea y tenemos que un rebrote tendremos que pedir a Estados Unidos o China que nos manden trigo. Mantener el tejido agrícola europeo es una garantía para todos los ciudadanos de la UE. Para defender la PAC contamos con Luis Planas, que es un magnífico ministro de Agricultura, que conoce perfectamente el sector.

La reforma de la PAC aboga por el uso de menos productos fitosanitarios, fertilizantes y antibióticos en la agricultura y la ganadería. El sector protesta porque después sus productos tienen que competir con los de otros países donde no existen esas limitaciones.

En Andalucía tenemos altas exigencias fitopatológicas, prohibición de usar herbicidas, fungicidas... lo cual nos deja desprotegidos frente a las plagas. Hay que tener en cuenta que el principal problema que tiene la agricultura andaluza es la desertización. Estamos en una situación climática muy mala, a pesar de todo lo que ha llovido esta primavera, los pantanos están al 42%. Como prioridad para Andalucía y para el campo es el mantenimiento de ayudas o compensaciones para los agricultores, que ya sufrimos unos precios extremadamente bajos, y en segundo lugar, políticas activas para mejorar riegos, revisar el sistema hídrico, construcción de nuevos pantanos...

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