EN LAS CABEZAS DE SAN JUAN
El rey portugués del Tomate crece en Sevilla
La familia Ortigão Costa eleva a 20 millones de euros su inversión en la fábrica de pasta de tomate de Las Cabezas de San Juan
Una familia portuguesa está consolidando su posición en el sector agroindustrial andaluz. Si los Mello —propietarios de Sovena— ya se han convertido en uno de los líderes mundiales del aceite tras la compra de la fábrica de Agribética en Brenes, ahora son los Ortigão Costa los que han apostado por Sevilla tras desembolsar más de 20 millones de euros desde 2010 en la adquisición y modernización de una fábrica de pasta de tomate en Las Cabezas de San Juan. «Tras un gran esfuerzo inversor hemos alcanzado el tamaño adecuado en Andalucía», indicó el directivo de la compañía Pedro Couceiro, en unas jornadas sobre oportunidades de negocio en el Marco Hispano-Portugués, organizadas por el bufete Cuatrecasas Olivencia-Ballester y el Consulado de Portugal.
Los Ortigão Costa son propietarios del grupo Sugal , el cuarto productor mundial de pasta de tomate —la materia prima que después se utiliza para elaborar zumos y salsas, como el kétchup— y cuenta con dos factorías en Portugal y otra en Chile. Al adquirir la planta de Sevilla, hicieron una primera inversión de diez millones de euros para procesar 150.000 toneladas de tomate fresco cada año y alcanzar acuerdos con un grupo de agricultores que suman 1.500 hectáreas de este cultivo. «Tras esta primera fase hemos comprendido que necesitábamos más tamaño, así que hemos hecho una segunda gran inversión para elevar nuestra capacidad de procesado a 250.000 toneladas y firmar acuerdos con productores que controlan 2.500 hectáreas», apunta Couceiro. El directivo remarcó que a partir de ahora Tomates del Sur —tal como se denomina la filial española de Sugal— analizará cada año las necesidades del mercado para ver si es necesario seguir creciendo. En este momento, los bajos precios de los cereales y del algodón están llevando a los agricultores a apostar por este cultivo, que estaba muy implantado en municipios como Lebrija y que ahora está creciendo vertiginosamente en nuevas zonas como la Vega del Guadalquivir.
Couceiro destacó que el impulso a Tomates del Sur «se ha realizado sin recibir ningún tipo de subvención pública ». Aunque han intentado acceder a financiación de programas europeos, el ritmo que exige el negocio no se acomoda a los plazos que marca la administración para tramitar estos incentivos.