Alfalite, empresa de Rociana del Condado
Las pantallas gigantes fabricadas en el Condado de Huelva llegan a Singapur
En la comarca onubense no solo hay bodegas, viñas y fresas: el único fabricante europeo de pantallas led de vídeo de gran formato se ha consolidado en este entorno rural y agrario
Una de las pantallas interactivas de suelo más grande del mundo se encuentra en el Marina Bay Sands de Singapur , el complejo turístico desarrollado por Las Vegas Sands, que tiene allí uno de sus fastuosos casinos. Los tres icónicos rascacielos que descuellan en el horizonte están coronados por una única plataforma a modo de terraza abierta.
En la planta base de esta cima del mundo está instalada la gran lámina de vídeo de 200 metros cuadrados sobre suelo transitable, con la que los visitantes pueden interactuar. Pocos conocen que esta pantalla gigante de led es de la marca andaluza Alfalite y ha sido fabricada en el municipio onubense de Rociana del Condado por una empresa local, Professional Media Technologies, con tecnología propia.
Jesús Cabrera, rocianero de 43 años titulado en Electrónica e Imagen y Sonido, es el fundador y dueño de la firma. Empezó hace dos décadas con Jaleo, una instaladora de equipos audiovisuales para discotecas, teatros y congresos, que aún sigue operativa. «Por entonces solo había un fabricante belga de este tipo de pantallas cuyos precios eran inalcanzables. Compramos un modelo chino que nos dio muchos problemas técnicos y así fue cómo descubrimos que había una clara oportunidad de mercado », señala.
Cuando arrancó Alfalite en 2006 solo había un fabricante español de pantallas led de baja resolución para señalización vial. «Hoy somos los únicos en la Unión Europea que fabricamos pantallas led de vídeo de alta resolución y gran formato », subraya el empresario. El sistema modular se adapta a las necesidades del cliente. «Esta es una de las principales características de nuestra marca: que podemos hacer la instalación del tamaño que queramos, desde pequeñas dimensiones para salas de reuniones, hasta fachadas completas», explica.
De la Champions a los Goya
Las pantallas de la marca onubense han estado presentes en acontecimientos como la final de la Champions en el Bernabéu, los Premios Goya o en programas televisivos como Zapeando o El Objetivo, de Atresmedia.
Las instalaciones de Rociana del Condado están en una nueva fase de ampliación. «Vendemos el cien por cien de lo que somos capaces de producir. Este año esperamos aumentar un 50% nuestras cifras porque estamos abriendo mercados y lanzando nuevas especificaciones de nuestros diseños», avanza Jesús Cabrera.
Uno de los factores que limitan el crecimiento de la compañía es la dificultad para encontrar trabajadores cualificados. «Estamos en Rociana, que no es Silicon Valley. Cuesta reclutar personal formado, pese a que es un privilegio trabajar en este paraíso. Queremos gente motivada, que nosotros luego formamos en la empresa», comenta incitante el empresario. En la firma trabajan 28 personas y hay un plan de refuerzo de plantilla para afrontar el repunte del negocio.
Alfalite tiene su principal cuota de negocio en España, pero está presente en toda Europa a través de distribuidores e instaladores, que son sus clientes directos. También ha llegado a Sudamérica y Estados Unidos es su «asignatura pendiente». Otros objetivos son Oriente Medio y Asia.
Secreto industrial
La firma es muy celosa del secreto industrial para proteger sus innovaciones. Uno de sus próximos lanzamientos será una tecnología que aportará mucha más durabilidad a las pantallas led. Se llama ORIM (Optical Resin Injection Module) y «va a revolucionar nuestro mercado», asegura Cabrera.
La planta de Rociana cuenta con laboratorio y sala de demostraciones acondicionada como si fuese un plató de televisión. Su mayor competencia son los fabricantes asiáticos y se mide con multinacionales como Samsung o Daktroniks en instalaciones especiales. «Somos incómodos para las empresas grandes. Nos llevamos proyectos singulares porque tenemos la agilidad para hacer cosas extraordinarias. Han intentado destruirnos o comprarnos, pero yo, hasta ahora, no he querido vender y solo lo haré cuando no pueda crecer más», afirma el empresario, que se define «vocacional y autodidacta».