CORONAVIRUS ANDALUCÍA
«Así no señor Sánchez», artículo de Miguel Rus
El presidente de los empresarios sevillanos demanda mecanismos rápidos y ágiles que garanticen la liquidez de las empresa
Necesitamos mecanismos rápidos y ágiles que garanticen la liquidez de las empresas
En el peor momento y en el peor escenario posible, el Gobierno de España acaba de asestar un duro golpe a las empresas de nuestro país y a la viabilidad de un tejido empresarial debilitado aún por los estragos de la anterior crisis y que se enfrenta a una situación que sobrepasa los límites de lo imaginable.
Para los empresarios, la salud de las personas es lo primero y, por este motivo, no sólo aplicamos las medidas impuestas por las autoridades sanitarias, sino que en todo momento, destacamos la labor encomiable y sacrificada de la sanidad pública y privada para tratar de detener el avance de esta pandemia que ha venido a romper los estereotipos de una sociedad que se creía libre de males.
Y esa responsabilidad que venimos demostrando, es la que también nos lleva a denunciar el brutal castigo infligido a nuestras empresas, no sólo por el contenido, sino por el espíritu que ha impulsado la redacción y la publicación del decreto de 28 de marzo de 2020 que viene a invalidar, en la práctica, el anterior de medidas urgentes extraordinarias.
Ahora se demonizan los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, un medio al que podíamos acogernos, como única forma válida para no desaparecer y poder reanudar la actividad laboral y recuperar el empleo en un futuro inmediato.
Los empresarios sentimos que se nos «ha atado una mano a la espalda» y se impide el despido y la suspensión de los contratos temporales, lo que puede llevar a la desaparición de decenas de miles de empresas que, sin actividad, no podrán asumir estos costes y, no nos quepa la menor duda, son medidas que se cebarán sobre el tejido productivo sevillano, especialmente pymes y autónomos.
Y si a todo ello le unimos el «parón» decretado en la mayoría de los sectores productivos, no nos quepa la menor duda de que el daño económico va a ser brutal.
Desgraciadamente nos ha tocado vivir en un momento de la historia en el que las decisiones deben venir a paliar la gravedad de los acontecimientos pero, desgraciadamente, los criterios políticos partidistas, se han impuesto a los racionales en situaciones extraordinarias como ésta.
Son momentos para aportar y dar lo mejor de cada uno, nuestros empresarios sentimos cómo el sacrificio de toda nuestra vida está en grave riesgo de desaparecer, por ello, tenemos que seguir exigiendo a las administraciones públicas medios que nos permitan establecer estrategias.
Necesitamos mecanismos rápidos y ágiles que garanticen nuestra liquidez, y, lo que es más importante y como ha dicho el presidente de la CEA, medidas complementarias que nos ayuden a comprar tiempo para que puedan sobrevivir nuestras microempresas, pymes y autónomos de este virus que acecha brutalmente a nuestra liquidez, nuestra economía y nuestros empleos.