OPINIÓN
Los monos andaluces
José Domínguez Abascal se perfila como el candidato perfecto para relevar a Joaquín Moya Angeler en CTA
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LA Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), que nació hace una década para unir fuerzas entre empresas y universidades en el desarrollo de proyectos de I+D+i, está viviendo su particular compás de espera. Su hasta ahora único presidente, Joaquín Moya-Angeler —empresario con relaciones muy estrechas con el viejo PSOE que llegó aupado por su trayectoria en IBM España y Grupo Leche Pascual— manifestó el pasado noviembre que su etapa al frente de esta iniciativa del exconsejero Francisco Vallejo ya había terminado y, por ello, solicitó que le buscaran un relevo. Nueve meses después el ingeniero José Domínguez Abascal se ha perfilado como el candidato natural para el puesto.
Este sabio en la atribulada corte de Palmas Altas ha sido el creador de Abengoa Research, una suerte de instituto de investigación aplicada en el que han trabajado 300 personas —entre ellos cuatro catedráticos y 50 doctores— que registraban más de 130 patentes al año. En su haber también está su conocimiento íntimo de cómo funciona la mayor fábrica de empresas universitarias de España (la nunca bien ponderada Asociación de Cooperación Industrial de la Escuela de Ingenieros). Y sobre todo, tiene ideas sobre cómo debe ser el crecimiento progresivo del tejido productivo en una región como Andalucía. Domínguez Abascal está incondicionalmente abonado a las tesis de su amigo Ricardo Hausmann , economista de Harvard al que le consiguió un sillón en el consejo de Abengoa.
Hausmann considera que los productos son como árboles y las empresas como monos que se organizan para dominar un bosque. Los primates no vuelan, van saltando siempre a las ramas más cercanas. Según esta teoría, en un país con poco desarrollo dedicado a exportar materias primas, los esquemas económicos tradicionales dictaminarían que su futura expansión radicaría en añadir más valor a esos productos básicos. Es decir: si tienen madera, habría que crecer fabricando papel o muebles. Sin embargo, Hausmann cree que los saltos deben ser distintos para conseguir una evolución de las capacidades. Su paradigma es Finlandia: esta nación pasó de cortar madera a fabricar máquinas que cortan madera; a partir de ahí generó una industria de bienes de equipo que derivó finalmente en compañías tecnológicas como Nokia.
Tras volver de nuevo a la actividad docente, quizá ha llegado ya el momento de que José Domínguez Abascal se ponga al frente de CTA, una actividad que no es incompatible con la cátedr a (además, el juez Álvaro Martín lo ha exculpado en el caso ERE). Pero también a CTA le ha llegado ya la hora de forjar un nuevo liderazgo con un capitán con un conocimiento genuino de los dos mundos (empresa y universidad) que en teoría debe integrar. Y es que tras las tensiones financieras que ha vivido la Junta de Andalucía, esta corporación público-privada ha logrado que el 60% de su presupuesto total (17 millones de euros) lo aporten sus socios y la meta para 2020 es ser autosuficiente vendiendo a terceros sus capacidades en innovación. Este matrimonio debería cuajar cuanto antes, aunque al final dependerá de una decisión política. Y en esta región la política está mirando al bosque de Ferraz mientras se descuida el devenir de los monos andaluces.