La locomotora económica del turismo coge vía para arrancar de nuevo

En el mejor de los escenarios se perderán 100.000 empleos y 10.000 millones de euros en una actividad cuya recuperación es vital para reanimar todo el tejido productivo regional

Varios visitantes, el día en el que se reabrió el Alcázar de Sevilla tras el confinamiento por el coronavirus Raúl Doblado

Nuria Ramos

El turismo se ha consolidado en los últimos años como el motor económico de Andalucía , una locomotora que parecía imparable y que ya se había reinventado en anteriores ocasiones para hacer frente a la pasada recesión y a su propio proceso de transformación. Sin embargo, a mediados de marzo sufrió un frenazo en seco con la entrada en vigor del estado de alarma . Siendo en sí mismo un sector muy influenciable ante cualquier cambio, la alerta sanitaria ha supuesto una sacudida sin precedentes en su línea de flotación, tras más de tres meses de paralización absoluta y con aún muy tímidas señales de renacimiento.

En Andalucía, ha sido clave en el crecimiento que viene experimentando la comunidad tanto por su aportación directa al PIB (en torno al 13%) y a la creación de empleo, con un 13% de los ocupados , como por su capacidad de arrastre para otros segmentos productivos. Solo en 2019 generó ingresos por valor de 21.800 millones de euros, la cifra más alta lograda hasta la fecha, y se alcanzaron los 420.000 ocupados en el sector, el mayor dato de toda la serie, tras anotarse una subida del 5,1%.

Y es que el año pasado Andalucía volvió a transitar por la senda por la que ya había caminado en el último lustro: la de pulverizar en cada ejercicio los resultados del precedente. En 2019 batió de nuevo todos los récords y cerró su mejor temporada al alcanzar por primera vez los 32,5 millones de turistas, con un crecimiento que duplicó al estimado: 6,1% frente al 3% previst o. Este resultado tuvo como principal protagonista al mercado nacional, al sumar más de 20 millones de turistas españoles (+8,4%), mientras que los internacionales aportaron 12,4 millones de visitantes a la región (+2,5%).

En términos de movimiento hotelero, se contabilizaron 54,9 millones de pernoctacione s, tras un repunte superior al 3%, más de dos puntos por encima de la media nacional.

Para este 2020 todo estaba preparado, de nuevo , para «romper las estadísticas, pues las previsiones apuntaban a que la región podría incrementar un 3,5% la cifra de turistas y superar la cota de los 33,7 millones de visitantes, 1,14 millones más».

El atractivo y la solidez de Andalucía como destino habían generado en paralelo un «boom» de la inversión hotelera , motivada tanto por las nuevas aperturas como por la modernización de la oferta existente. Grandes consultoras especializadas como Deloitte avanzaban en su último informe sectorial que la comunidad captaría 1.604 millones de euros de inversión hasta 2026, de los cuales 1.192 millones corresponderían a establecimientos nuevos y 412 millones a reformas.

Pero el Covid-19 lo ha trastocado todo, dejando al turismo como el sector más damnificado y, según coinciden los expertos, la recuperación va a ser lenta. La palabra más repetida es «incertidumbre» y la volatilidad de la demanda es de tal calibre que la más mínima noticia sobre un rebrote o sobre las condiciones de acceso a un destino cambian el panorama de un día para otro.

A lo anterior se añade la decepción que ha provocado el Plan de Impulso para el sector, presentado por el Gobierno central el pasado 18 de junio . Las críticas principales se basan en dos cuestiones: su dotación de 4.250 millones de euros es insuficiente y, además, el 93% de este volumen se corresponde a créditos o avales.

Para comprender la magnitud del frenazo de la locomotora turística, basta con comparar los registros de movimiento hotelero entre los cinco primeros meses de 2019 y los de este año -los últimos disponibles- que indican que hasta el pasado mayo Andalucía acumulaba una caída superior al 63% en el número de pernoctaciones y del 60% en la cifra de viajeros alojados, en línea con lo sucedido en el conjunto de España.

Según datos del INE, en mayo permanecieron abiertos 202 establecimientos hoteleros en la región, un 92,3% menos que los 2.651 que lo hicieron en el mismo mes de 20 19, con un número de habitaciones estimadas de 5.700, un 95,7% inferior a las 132.968 de un año antes. Este hecho ha tenido su lógica traslación al personal empleado en los hoteles, que apenas fue de 786 trabajadores, lo que supone una bajada porcentual del 98% respecto a los 40.544 de 2019.

Salvar la campaña

Desde el Gobierno andaluz no ponen paños calientes a la situación y ya auguran que la actual temporada se cerrará con la pérdida de 10.000 millones de euros y de más de 100.000 empleos en el mejor de los escenarios . No obstante, no dan el año por perdido y confían en que la reciente apertura de las fronteras y de la movilidad en el territorio nacional animen la campaña desde este mismo verano.

En este sentido, el vicepresidente y consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, Juan Mar ín, se muestra «optimista» y asegura que «las reservas para el verano, tanto de turismo de interior como de ‘sol y playa’, son muy superiores a los que inicialmente podía prever cualquier operador. Hoy Andalucía es el principal destino elegido en el mundo por cualquier viajero, gracias al músculo del sector y a que cuenta con una oferta diversa y de calidad».

Juan Marín, vicepresidente de la Junta: «Hay una apuesta clara del sector por recuperar las conexiones con Andalucía»

Marín explica que «hay una apuesta clarísima por parte de las agencias, los touroperadores y las aerolíneas por Andalucía, por volver a la conectividad y a los vuelos con nuestros principales emisores». En su opinión, «los datos de verano, por el número de reservas, y la previsión para otoño e invierno» apuntan a un escenario de recuperación , salvo situación no prevista, «que va a ir más rápido de lo que inicialmente podíamos presagiar».

«Estamos avanzado a un ritmo muy impor tante, lo que, unido a las expectativas de una vacuna que podría estar lista a final de este año o principios del próximo, va a permitir que 2021 sea un ejercicio de recuperación importante del sector», asegura el responsable regional de Turismo, quien, además, marca el horizonte de 2022 para volver a los “récords” y a los «resultados espectaculares».

Juan Marín resalta que «la base y la fuerza del turismo en Andalucía son sus empresas y sus profesionales, que durante muchos años han hecho un magnífico trabajo», aunque reconoce que en estos momentos atraviesan «una situación extremadamente delicada». A su juicio, «vamos a salir adelante como lo estamos haciendo, poniendo en marcha las medidas que llevaban pidiendo los profesionales durante mucho tiempo , como son la simplificación administrativa, la modificación del decreto de clasificación hotelera, los planes de incentivos, la reducción de la fiscalidad, la búsqueda de nuevos mercados, las líneas de digitalización y las medidas de turismo sostenible. Tenemos la fórmula, el plan diseñado y seguiremos en la misma dirección».

Desazón empresarial

Un escenario bastante menos optimista otean los empresarios, entre los que cunde la desazón ante la falta de respuestas a sus necesidades por parte del Gobierno central. «Estamos haciendo un gran esfuerzo y con una gran responsabilidad para mantener vivas las empresas y para poder recuperar a nuestros empleados, que son una parte muy importante», defiende el presidente del Consejo de Turismo de la CEA, Miguel Sánchez , quien advierte de que hacen falta medidas urgentes para que puedan continuar a flote.

Miguel Sánchez, presidente del Consejo de Turismo de la CEA: «Hacemos un gran esfuerzo para mantener vivas las empresas, pero hacen falta más medidas»

«Necesitamos una flexibilización de los ERTE y de la fiscalidad, y líneas de liquidez» , para que las empresas consigan salir adelante «sin perder servicios». Junto con ello, aboga por el cumplimiento de los protocolos de seguridad para «dar confianza» a los mercados emisores; por acciones promocionales sobre cómo está funcionando el destino; y por el turismo de proximidad, especialmente de los andaluces. Sánchez no se atreve a aventurar cómo van a funcionar ni la temporada estival ni el año, porque hay tanta incertidumbre que «cada día es un mapa distinto», aunque sí admite que está habiendo «un poquito de movimiento». Lo que tiene claro es la recuperación será «muy lenta» y distingue dos velocidades: una algo más rápida para la hostelería, ocio y los segmentos cultural, interior y rural; y otra con más retardo para el «sol y playa», destinos urbanos y empresas de alojamiento.

El representante de la CEA insiste en que, desde el sector empresarial, «vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos, pero nos tienen que ayudar. En caso contrario, va a ser muy difícil que podamos salir pronto de esta situación, que no haya cierres ni despidos o que podamos evitar el mayor número posible de concursos de acreedores. Por ello, pedimos a las administraciones que nos escuchen, pero que nos escuchen de verdad ».

Mantener la calidad

En el ámbito del empleo las perspectivas tampoco son halagüeñas y las organizaciones sindicales alertan tanto de una importante pérdida de puestos de trabajo como de una posible precarización de las condiciones del mercado laboral. Desde UGT-A y CCOO-A centran el foco en que se mantenga la calidad del servici o -una de las señas de identidad de Andalucía- y en que se garantice el cumplimiento de los protocolos sanitarios a las plantillas.

La representante de UGT-A Estrella Salas muestra su preocupación «no solo por los problemas que estamos teniendo en la cobertura de los desempleados (con la mayoría de los trabajadores aún en situación de ERTE), sino también por la posibilidad de que haya despidos en el futuro y por las condiciones laborales en sí». Además, alerta de que «los eventuales que no eran trabajadores del sector en el momento de la pandemia no van a poder volver».

Para Yolanda Carrasco, de CCOO-A, la recuperación del turismo regional no puede sustentarse en un «escenario de poca empleabilidad», por lo que hace falta «un refuerzo de las plantillas y de la formación», para poder garantizar que se cumplen los protocolos para los propios trabajadores y los viajeros. También reclama «certificaciones rigurosas» en el cumplimiento de las medidas sanitaria s, para lo que apela al refuerzo de la inspección y al uso de los comités de prevención de riesgos y salud laboral, al tiempo que expresa sus «dudas» en relación con el sello «Andalucía segura» creado por la Junta, porque se basa en una declaración responsable «sin que se hayan establecido mecanismos de seguimiento y control».

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