Coyuntura económica
El impacto del Covid-19 y la necesidad de consensos en Andalucía
La capacidad de consenso de las instituciones y la colaboración público privada pueden acelerar la deseada recuperación y hacerla más inclusiva
Andalucía vive un ajuste histórico en la actividad. Las medidas de confinamiento y distanciamiento social, así como la elevada incertidumbre que sufren hogares y empresas han hecho que la caída sea significativa, pero también heterogénea. Algunos de los cambios que hemos visto pueden ser coyunturales, pero otros tenderán a quedarse con nosotros. Las políticas públicas han jugado un papel importante para suavizar parte del impacto observado y, sin embargo, se corre el riesgo de que lo anunciado se quede corto. En particular, minimizar el coste social y económico de la crisis puede requerir medidas mucho más ambiciosas que inevitablemente necesitarán de un consenso político.
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La caída del gasto de las familias andaluzas durante el período posterior a la declaración del estado de alarma en España ha sido histórica. En particular, durante la segunda quincena de marzo y casi todo el mes de abril, la reducción del gasto en tarjeta de crédito de BBVA cayó un 56% en promedio frente a lo observado en el mismo periodo del año anterior. Este ajuste ha sido corroborado por otros indicadores similares, como el índice de ventas minoristas que publica el INE.
Las razones detrás de este ajuste son varias. A diferencia de otras crisis, donde la caída de la demanda ha jugado un papel primordial, una parte importante de la reducción del consumo se ha debido a medidas que han restringido la oferta de bienes y servicios . El confinamiento por un lado y la obligación de cerrar actividades que no fueran esenciales, llevó a que fuera imposible que se produjesen ventas en sectores como la hostelería, el alojamiento o el ocio. En particular, en estas tres partes importantes de la economía, la reducción del gasto en Andalucía alcanzó entre un 88 y un 98% en promedio durante dicho período. Por otro lado, la obligación de consumir desde casa y la emergencia sanitaria hicieron que parte de los recursos de los andaluces se redireccionaran hacia la compra de alimentos (+80%) y que el gasto online doblara su peso en el total.
Desde inicios de mayo, se observa una recuperación intensa, ligada a la flexibilización de las restricciones y a las medidas implementadas. En particular, durante la tercera semana de junio, el gasto en Andalucía ya estaría siendo similar al observado en el mismo período del año anterior . Eso sí, la desescalada ha traído también una composición heterogénea del gasto. La recuperación ha seguido a las fases de la estrategia de salida: por ejemplo, las peluquerías, primeras beneficiadas del levantamiento de algunas restricciones, registraron antes los efectos sobre las ventas. A ello siguió la aceleración en las compras de artículos deportivos, altamente demandados después de que se permitiera salir a hacer ejercicio. Finalmente, la recuperación he llegado a la restauración y al ocio. En todo caso, el turismo sigue registrando caídas cercanas al 90%, mientras que la mejora en la alimentación fuera de casa y en los espectáculos implica todavía que el gasto se encuentra un 20 o un 30% por debajo de lo observado hace un año.
Parte de esta relativa mejora refleja las políticas encaminadas a sostener el ingreso de los hogares y construir puentes para las empresas que les ayuden a transitar hacia entornos más favorables. La extensión de las prestaciones por desempleo hacia colectivos que no hubieran tenido elegibilidad o la incentivación de los ERTEs como mecanismo para proteger puestos de trabajo ha permitido una menor caída de la renta y una reducción parcial de la incertidumbre. Asimismo, las garantías otorgadas por los Gobiernos español y andaluz, junto con la política monetaria del BCE y la buena posición y predisposición del sistema bancario, han permitido que el crédito fluya, sobre todo a las pymes. Estas actuaciones han sido clave para conseguir que se hayan destruido relativamente menos puestos de trabajo dada la caída en la actividad .
En la segunda quincena de marzo, 20% de los puestos de trabajo que se destruyeron en España, se destruyeron en Andalucía
En todo caso, los riesgos siguen siendo significativos y ponen un sesgo a la baja. Por un lado, la incertidumbre se mantiene ele vada. Sobre todo la relacionada con el control de la enfermedad. La principal prioridad continuará siendo la protección de la población, sobre todo de aquella más vulnerable a la epidemia. Hacia delante, será necesario avanzar en el diseño de estrategias de contención efectivas, que minimicen los costes sociales y económicos. Para ello, será clave aprender de las experiencias propias y de las de otros países, utilizar los recursos necesarios para preparar al sistema sanitario e invertir en la utilización de nuevas tecnologías que permitan una mayor efectividad de las medidas.
Por otro lado, hay también una parte de la incertidumbre que se explica por el aspecto económico. Sobre todo, existe una falta de confianza sobre las perspectivas relacionadas con el empleo . En la segunda quincena de marzo, 20% de los puestos de trabajo que se destruyeron en España, se destruyeron en Andalucía. Esto, como consecuencia del elevado uso de la contratación temporal y ante un entorno que se preveía desfavorable. Si a la población en paro se añaden aquellos autónomos que han cesado su actividad y los trabajadores que están en un ERTE, nos encontramos con que un porcentaje muy elevado de los andaluces vive una situación de elevada incertidumbre laboral en estos momentos.
Asimismo, muchos de los ajustes que estamos observando no se revertirán a corto plazo. Por ejemplo, al no esperarse que una vacuna esté disponible de manera inmediata y de forma generalizada a nivel mundial, es de prever que la actividad turística permanezca muy por debajo de su potencial. Esto penalizará a algunas partes de Andalucía especializadas, sobre todo, en el turismo extranjero.
Será esencial generar acuerdos alrededor de temas tan importantes como la reducción del desequilibrio en las cuentas públicas o la sostenibilidad del sistema de pensiones
Aunque existen otros elementos que pueden ralentizar la recuperación (el relativamente pequeño tamaño de la empresa andaluza, la reversión de la globalización, el entorno geopolítico, etc.), el más importante podría ser la falta de un consenso acerca de cómo abordar los retos que nos deja esta crisis. Esto cobra especial énfasis dado que la principal fuente de optimismo hacia delante, vendrá de los fondos que provengan del nuevo plan de recuperación europeo. En principio, la cantidad de recursos podría ser significativa, especialmente para regiones particularmente afectadas por la pérdida de puestos de trabajo durante esta crisis, y con mayor exposición a sectores vulnerables como el turismo. Tal es el caso de Andalucía. Sin embargo, los fondos vendrán con una condicionalidad que se tendrá que cumplir. Por lo tanto, será esencial generar acuerdos alrededor de temas tan importantes como la reducción del desequilibrio en las cuentas públicas, la sostenibilidad del sistema de pensiones, la reforma del mercado laboral o políticas que mejoren la productividad de empresarios y trabajadores. La capacidad de consenso de las instituciones, y la colaboración público privada, pueden acelerar la deseada recuperación y hacerla más inclusiva.