ENTREVISTA

«La gente ya pregunta en el concesionario cuánto emite su coche»

Carmen Moreno es la primera mujer que preside la patronal de concesionarios de Sevilla

Carmen Moreno preside Asocnse desde abril M. J. LÓPEZ OLMEDO

Encarna Freire

A Carmen Beatriz Moreno González (Sevilla, 1977) la vinculación con el mundo del automóvil le viene de familia, «y no como salida laboral», recalca, sino por «afición». Hija de Francisco Javier Moreno Muruve , presidente de la patronal del Metal, Fedeme, y dueño de concesionarios en Sevilla, podría decirse que «de casta le viene al galgo». «Yo siento adoración por mi padre. De pequeña lo acompañaba a todas partes. Iba con él siempre a las carreras de coches en las que él participaba y me gustaban mucho los motores. Este año ha vuelto a correr en los circuitos de Jerez y Ronda en competiciones de coches clásicos deportivos», relata Carmen Moreno, gerente de la marca Ssang Yong en Codissang Motor, la empresa familiar, que también tiene la concesión de Volvo.

En abril fue elegida presidenta de la Asociación de Concesionarios de Turismos, Motocicletas y Vehículos Industriales de Sevilla (Asconse), una patronal que representa a 400 empresas con más de 5.000 empleados.

¿Qué reto se pone para su mandato?

Hemos vivido momentos de crisis que nos han unido mucho y ahora empezamos otra época dulce en la economía. Mi principal reto es que no sirva para separarnos. Que sigamos unidos, mantengamos las reuniones periódicas de gerentes y seamos capaces de cambiar impresiones. La crisis nos ha unido y mi empeño es que ahora no nos separemos.

¿Antes de la crisis no había unión?

Era una época en la que los concesionarios no teníamos tiempo ni para respirar. En nuestro sector, el que llegado hasta aquí después de la crisis es un superviviente. Hemos aprendido a optimizar, a darle la vuelta al folio. Ha sido tan brutal cómo nos ha afectado, que los que estamos aquí nos lo merecemos.

«Los concesionarios que seguimos aquí somos supervivientes, hemos aprendido a optimizar, a darle la vuelta al folio»

Hubo cierres y fusiones. ¿Ha concluido el ajuste en Sevilla?

Todo está mucho más calmado. En tiempos de vendaval, el que tiene cash hace bacarrá y compra. En aguas revueltas, ganancia de pescadores. En los momentos álgidos de la crisis sí ha habido cierres, fusiones, marcas que se han ido de España, como Chevrolet. Ahora está todo muy estabilizado. No obstante, todo es negociable y nadie está libre de los movimientos que puedan plantearse. Este es un mundo de locos. Realmente estamos aquí porque nos gusta. Es un sector duro en el que tenemos que mover mucho dinero para ganar muy poquito. La gente piensa que esto es jauja. El impacto económico en Andalucía del sector son 2.100 millones de euros, pero nuestro ratio de beneficio es solo un 1,7%.

¿El mercado sigue al alza?

Sí. En 2017 se prevé un crecimiento del 6% en Andalucía y es extrapolable a Sevilla. Para 2018 se espera un frenazo porque llevamos varios años creciendo, se ha renovado parte del parque, pero han cesado las ayudas. Y lo cierto es que estas ayudas tienen un impacto económico brutal porque la recaudación por IVA y por impuesto de matriculación es muy ventajosa para Hacienda.

¿Está cambiando el parque móvil de Sevilla hacia el coche ecológico?

Hay una evolución, aunque todavía no muy acusada. No hay suficientes ayudas y tendría que haber más incentivos fiscales. La cuota de vehículos ecológicos en Sevilla sobre el parque automovilístico total es de menos del 5%. En Noruega está en un 20%. La gente va concienciándose. Antes nadie te preguntaba cuánto emite un coche, ahora sí. Los gravámenes van al coche que emite y al coche antiguo. Pero no podemos hablar ahora del coche anterior a 2006 como si fuera un cáncer, porque lo hemos recomendado. El Gobierno incentivó el diésel.

«El mundo del coche sigue siendo más bien masculino»

¿Cómo fueron sus comienzos profesionales?

Empecé a estudiar Empresariales y Marketing, pero no terminé la carrera. La verdad es que nunca he sido buena estudiante; he sido más relaciones públicas. Me preparé en gestión comercial y marketing, me fui a Escocia a estudiar inglés y cuando volví, con 22 años, lo que quería era trabajar con mi padre. Así empecé en la empresa familiar. El primer día me presenté muy arregladita y mi padre me dijo que me pusiera unos vaqueros y una camiseta y me mandó a repuestos a limpiar estanterías. No me colocaron de señorita. A partir de ahí fui aprendiendo a gestionar las distintas áreas, desde repuestos, a taller, luego en la jefatura de ventas y hace 15 años monté el departamento de atención al cliente, cuanto todavía era algo inusual en el sector. En este tiempo he hecho másters de las marcas, formación de directivos, soy auditora Irca, hasta empecé a estudiar chino... Enfocas tu preparación a aquello a lo que te dedicas.

¿Sigue habiendo muy pocas mujeres en cargos directivos en su sector?

Sigue siendo un mundo más bien masculino. Me ha pasado alguna vez en mi trabajo que algún cliente se ha sorprendido de que supiese responder a una pregunta técnica sobre el coche siendo una chica. Pero yo no llego de la nada a representar al sector en Sevilla. Cuando se fundó Asconse, hace diez años, nos convocaron a todos los empresarios del sector a votar. Faltaba un vocal para componer la Junta directiva y así entré yo. Hace seis años fui elegida tesorera y desde hace tres, también he sido la vicepresidenta. Al cumplirse los dos mandatos de Eduardo Pérez-Serrera, el relevo natural era yo. Es verdad que soy la única mujer que ha formado parte de la directiva de Asconse desde el principio.

«La gente ya pregunta en el concesionario cuánto emite su coche»

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