ENTREVISTA

«La expansión de Cereales Méndez incluye aceitunas y almendras»

La empresa sevillana está terminando dos nuevas instalaciones, una para recepcionar aceitunas con destino a almazara y otra para pelar almendras

José Antonio Méndez, administrador general de Cereales Méndez

El cultivo de cereales y otros granos en el campo andaluz no pasa por sus mejores momentos, debido a la escasa rentabilidad que dejan al agricultor producciones como el girasol o el maíz, cuya superficie de siembras no para de caer campaña tras campaña. Esta realidad contrasta con la de los cultivos permanentes de regadío, sobre todo en el caso del olivar de alta densidad y el almendro, ya que la cotización en origen del aceite de oliva y de los frutos secos se mantiene en una espiral alcista. Este panorama no es ajeno a los operadores cerealistas , como es el caso del empresario sevillano José Antonio Méndez, administrador general del grupo Cereales Méndez. Una compañía que ha ido ganando nichos de mercado y rentabilidad a golpe de diversificación del negocio , con una estrategia de expansión que aún está lejos de pisar el freno. Así, tras la reciente compra de dos fábricas para la elaboración de piensos, Cereales Méndez tiene en cartera hacerse con dos almacenes industriales más en cinco años, con una inversión de más de seis millones de euros. Además, por primera vez en esta campaña, la empresa cerealista i ncluirá en su oferta de servicios y materias primas a las aceitunas de molino y a las almendras.

—¿Cuáles son los orígenes del grupo Cereales Méndez?

—La empresa matriz se crea alrededor de 1988 en el municipio sevillano de La Campana. Posteriormente, en 1997 surge Cereales y Derivados de La Campana, otra sociedad del grupo. En esta localidad disponemos de almacenes y una pequeña fábrica donde hacemos mezclas de cereales. Más recientemente, en 2013, compramos Iberica Feeding Stuff (IFS), una fábrica de piensos compuestos de gran escala ubicada en Mérida (Badajoz). La última adquisición ha sido en 2015 en la provincia de Sevilla, cuando nos hicimos con unas instalaciones industriales en Lora del Río, que incluyen almacenes para distintas materias primas y una fábrica de piensos. Trabajamos con distintos granos como el trigo, la cebada, la avena, el maíz, el girasol y también subproductos agrícolas como pueden ser el salvado o la pulpa de remolacha. Es decir, comercializamos todo lo que se utiliza en la fabricación de piensos. El volumen de granos que movemos ronda entre las 150.000 y 200.000 toneladas, dependiendo del año, y nuestros clientes principales son los fabricantes de harinas, fabricantes de piensos y los ganaderos y agricultores. Además, también comercializamos semillas y fertilizantes, aunque ésta última línea supone sólo un 5% de la facturación del negocio, que ronda los 40 millones de euros.

—¿De dónde procede la materia prima con la que trabajan?

—Tenemos unas 70 hectáreas en propiedad, aunque su uso principal es el de hacer ensayos de distintas variedades de trigos para poder dar luego referencias concretas de semillas. Compramos nuestra materia prima a agricultores de toda Andalucía y también de otras comunidades como Castilla La Mancha, sobre todo en el caso de la cebada, y también compramos trigo de Castilla y León. Buscamos siempre materias primas de calidad.

—Los cereales y el girasol están perdiendo peso en el campo andaluz. ¿Cómo os afecta esta bajada de las siembras a los compradores?

—El agricultor lleva varios años encadenando precios en origen muy bajos, como en el girasol, cultivo que de seguir este ritmo dejará de sembrarse. Esto supone un problema para la industria, pues a las extractoras les sale más rentable importar aceite de girasol que hacer la extracción de las semillas. Para esta campaña, los precios se prevén que se mantengan como en la pasada, por lo que la superficie del cultivo va a seguir a la baja. La colza sí se está sembrando más, pues el rendimiento en campo puede ser similar al del girasol y extrae menos nitrógeno de la tierra que el girasol. Si los cereales y otros granos empiezan a escasear en Andalucía, tendremos que ir a buscarlos fuera pues, por desgracia, excedentes hay en todos los países. El coste para la industria es similar pero la calidad que hay aquí es muy superior a la que puedes encontrar en cualquier otra parte del mundo. Así, por ejemplo, productos como el trigo cultivado en Andalucía tiene menos humedad y su rendimiento es mejor para cualquier fabricante.

—Dado que los cereales se mueven en un mercado global, ¿Cómo puede una empresa sevillana competir con gigantes como Glencore, Cargill o Bunge?

—Con servicio al agricultor y al ganadero, llegando a donde ellos no pueden porque su estructura está sobredimensionada. Y adaptándonos a las necesidades de cada cliente, a los que ofrecemos venderle la semilla, los fertilizantes, los fitosanitarios, recogerle su producción, almacenársela y darle un servicio personalizado. Para dar ese servicio tenemos que poder estar en más poblaciones, y ello nos ha llevado a la expansión.

—Tras las últimas inversiones en las fábricas de Mérida y Lora del Río, ¿cuáles son los planes de expansión del grupo ahora?

—Queremos crecer con IFS, que está capacitada para una producción de 3.500 toneladas de piensos al mes y la idea es abrir más almacenes. Luego, la fábrica de Lora del Río, cuya capacidad es de alrededor de 1.000 toneladas de piensos al mes, está aún en obras aunque prevemos que ya en esta semana podrá funcionar a pleno rendimiento. Estas instalaciones incluyen dos nuevos almacenes también en construcción, uno para la compra y recepción de aceituna con destino a almazara y en el otro estamos montando una descapotadora de almendra, para dar este servicio a los agricultores de toda la Vega del Guadalquivir ante el crecimiento del olivar de alta densidad y del cultivo del almendro en el entorno.

—¿Cuándo entrarán en funcionamiento las nuevas instalaciones?

—Este verano empezaremos ya a comprar aceitunas y a procesar la almendra, para que el productor la entregue ya limpia donde quiera venderla. Además, de aquí a cinco años queremos abrir dos plantas más en Andalucía, y no descartamos alguna adquisición pronto con una pequeña colaboración con otro cerealista. La inversión prevista entre las dos nuevas plantas pasará de los seis millones de euros.

—¿Cereales Méndez prevé su incursión en el negocio del aceite de oliva?

—Primero queremos ver la cantidad de aceituna que somos capaces de recepcionar y comercializar, pero tenemos en cartera hacer una almazara para en un futuro empezar a vender aceite. Es un proyecto a unos diez años vista. Pero primero hay que asegurar la venta y después ya nos meteremos en la inversión.

—Los operadores de cereales a nivel mundial ¿cómo valoráis las comunicaciones de Sevilla con el resto del mundo?

—Hace falta más capacidad para dar más entradas y salidas a buques cargados de materias primas en el Puerto de Sevilla, lo que nos haría ser más competitivos. La infraestructura del transporte marítimo se queda pequeña, aunque también es verdad que tampoco tenemos capacidad de almacenamiento para una mayor llegada de granos. Habría que dragar el río pero sin perjuicio del sector agrario, ya que el cereal no puede asumir el coste del transporte por carretera o por vía aérea.

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