Las energías limpias pueden producir un 'efecto rebote' y aumentar el consumo

Tres investigadores de la Universidad de Sevilla acaban de publicar una metodología nueva para medir y evitar este incremento

Molinos de viento en el pueblo gaditano de Zarzuela R. Maestre

R. M.

La Cumbre del Clima en Glasgow ha vuelto a incluir en su documento final una apelación a la mejora de la eficiencia energética como una de las vías para reducir el volumen mundial de emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, el verdadero impacto de los avances tecnológicos sobre la reducción del consumo de energía resulta muy difícil de medir . La razón está en el denominado «efecto rebote» que puede hacer que hogares y empresas acaben consumiendo más energía que antes de introducir mejoras en la eficiencia energética de viviendas y sistemas productivos.

«Cuando tenemos la sensación de tener más dinero disponible porque hemos reducido el consumo para climatización o logística, podemos usar esa renta para mejorar otros aspectos del confort del hogar o de la fábrica que acaban produciendo un rebote en el consumo de electricidad. Es algo parecido a comprarnos un coche más grande porque su consumo de combustible es menor. El proceso de producción del coche requiere también consumo de combustible por lo que el ahorro neto es menor», señalan tres investigadores de la Universidad de Sevilla. Se trata de José Manuel Cansino, Manuel Ordóñez y Manoli Prieto, que son expertos en Economía de la Energía. Los dos primeros llevan trabajando en este campo desde hace década y media, antes de que los elevados precios de la electricidad y el gas natural acaparasen las portadas de los medios de comunicación.

Los investigadores de la universidad hispalense estiman que hasta casi la mitad del ahorro de energía que puede lograr una mejora tecnológica puede acabar «perdiéndose»

Los expertos no se ponen de acuerdo en la manera de medir este 'efecto rebote' tras mejorar la eficiencia de máquinas y edificios ya que se difumina por toda la actividad económica a lo largo del tiempo. Ahora tres investigadores de la Facultad de Economía de la Universidad de Sevilla acaban de publicar una nueva metodología para su cálculo. Lo han hecho en una de las revistas internacionales de más prestigio; un prestigio que se mide por el denominado «factor de impacto». La revista es 'Applied Energy' y el artículo mencionado 'Decomposition and measurement of the rebound effect: The case of energy efficiency improvements in Spain'.

Para el caso de España los investigadores de la universidad hispalense estiman que hasta casi la mitad del ahorro de energía que puede lograr una mejora tecnológica puede acabar «perdiéndose» debido al mayor consumo de hogares y empresas vía efecto rebote. Como consecuencia, las estimaciones tanto de las autoridades nacionales como europeas e internacionales estarían sobrevaloradas.

«Para 2030 la Unión Europea se ha comprometido a lograr una mejora de la eficiencia energética del 32,5 % a escala de la Unión, expresada en consumo de energía primaria o energía final. Esto debería traducirse en un consumo de energía primaria en 2030 de 1.273 Millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep) y 956 Mtep en 2030, respectivamente. Unas estimaciones poco creíbles si se tiene en cuenta el método científico que proponen estos investigadores», señalan los investigadores.

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