Andalucía
Los despachos de abogados se concentran en Andalucía para poder competir
Los clientes piden cada vez más un único proveedor de servicios jurídicos para no tener que acudir a varios despachos
Ránking de despachos andaluces por facturación: Martínez Echevarría encabeza el escalafón
El mundo de la abogacía en Andalucía se está viendo sacudido por operaciones de fusiones y acuerdos de colaboración que están dibujando un nuevo mapa del sector, con nuevos y más potentes actores. Con las fuertes inversiones que exigen los procesos de digitalización y la globalización de los mercados, los despachos andaluces optan por aunar esfuerzos y ser multidisciplinares para no dejar escapar un solo cliente. Frente a la búsqueda de tamaño para competir, hay bufetes «boutique» que compiten mediante la especialización, lo que les abre también las puertas para acuerdos de colaboración con los grandes bufetes.
Uno de los movimientos que se han producido en el sector legal lo han protagonizado un bufete sevillano y otro malagueño. Gaona y Rozados se han fusionado «para tener tamaño en un mundo globalizado, donde la dimensión es muy importante. De ahí -explica nuestra apuesta por crecer, sumar y fusionar formas y equipos». Tan convencidos están de ello que recién fusionados han llegado a un acuerdo de colaboración con el despacho Roca Junyent, que supone la entrada en el mercado andaluz del despacho catalán, lo que abre la puerta a una futura integración.
Además, Andersen Global anunció en abril de 2019 la incorporación a su red como «firma colaboradora» de Pérez Moreno Abogados , un despacho de Derecho Público y Regulatorio de Andalucía que ofrece servicios jurídicos a importantes entidades públicas y privadas.
En enero de 2019 surgió Zurbarán Abogados en Sevilla, como resultado de la unión de profesionales que venían ejerciendo en prestigiosos bufetes tradicionales s o en grandes firmas. Así, se unieron a la firma abogados del bufete Cuéllar, RZS Abogados y Economistas, Montero Aramburu y Zamora de Claver. Con oficinas en Sevilla, Madrid y Zaragoza, Zurbarán facturará en su primer año de vida 5 millones de euros. Una de las razones por las que se unieron fue para «ser un despacho multidisciplinar con el fin de competir y atender la demanda de clientes que no quieren ir a distintos despachos».
, especializado en Urbanismo, Medio Ambiente y Derecho de aguas, que contaba con cinco profesionales liderados por el experto en la materia, Álvaro García Cabrera Mata.
Vicente Morató, socio director de la firma malagueña Martínez Echevarría, en el top del ránking de los principales bufetes andaluces por volumen de facturación, es de los que opinan que «efectivamente el sector avanza hacia la concentración. Una demostración práctica de ello -dice- es que hay pequeños despachos con dificultades para sobrevivir que se acercan a nosotros para integrarse con nosotros». Martínez Echevarría con 117 empleados y 21 oficinas en España y el extranjero (Portugal, Rumanía, Bulgaria y Turquía, factura 17 millones de euros anuales.
Mercado exterior y tecnología
Otra razones para la concentración de bufetes, según Morató, «es que los clientes quieren un único proveedor de servicios jurídicos. Además, ahora es necesario invertir mucho en la captación de talento y de tecnología para ofrecer un servicio eficiente a un precio adecuado». Morató añade que «la clientela extrajera busca en Andalucía despachos consolidados y multidisciplares, al igual que los clientes españoles con necesidades de defensa jurídica fuera del país, ya sea porque tengan actividad empresarial en el mercado exterior o porque cuenten con contratos con clientes o proveedores internacionales».
Uno de los primeros despachos asentados en Andalucía que supo ver la necesidad de concentraciones para tener suficiente tamaño para competir fue Cremades, cuya oficina de Málaga se fusionó hace años con un despacho inglés con 80 abogados en un mercado con numerosa población extrajera y necesidad de servicios multidiciplinares.
Óscar Cisneros, decano de los abogados de Sevilla , afirma que «la concentración y el desembarco de firmas legales de Madrid y Barcelona en Andalucía es un fenómeno inevitable porque los grandes bufetes compiten entre sí. Al mismo tiempo, hay un censo de pequeños despachos hiperespecializados que han encontrado en esa fórmula una forma de competir».
Bufetes «boutique»
Entre los bufetes llamados «boutique» por su especialización en un área concreta destacan la firma Fernándes-Palacios, de propiedad industrial; Pedro López de Lemus, en protección de datos; Rosa Morán y Pilar Troncoso en Derecho de Familia; AATI Concursal, en Derecho Mercantil; o Bocanegra en Derecho Penal . Ellos son como «lobos esteparios» en la jungla de los grandes despachos de abogados.
Por su parte, José Joaquín Gallardo, de Gallardo Abogados y 24 años decano de los Abogados de Sevilla, afirma que «la tendencia es efectivamente el asociacionismo entre letrados y despachos, y el incremento de relaciones de colaboración entre bufetes y otros profesionales, como arquitectos, economistas, procuradores... Se usan mucha fórmulas para asociarse. Lo que es cada vez más inusual es que un profesional ejerza solo la actividad sin relaciones de colaboración con otros que le auxilien». A su juicio, el gran cambio en la abogacía ha sido pasar del abogado generalista al abogado especializado. Esa especialización no está regulada pero viene impuesta por la complejidad del ordenamiento jurídico y por la necesidad de prestar un mejor servicio».
Otras fuentes de información jurídica indican que «cuando llega un cliente al despacho no quieres que se te vaya de ninguna manera a otro bufete donde pueden ofrecerle lo mismo que tú. Frente a ello, la forma de competir es dar un servicio multidisciplinar, que lleva en muchos casos a la concentración de despachos».
Comerciales en los despachos
Por otra parte, la fuerte competitividad en el sector de las grandes firmas ha hecho que cambien de estrategia para darse a conocer. «Antes estaba prohibida incluso la publicidad de los despachos. Hoy llevan a cabo estrategias de marketing y comunicación e incluso contratan a abogados para actuar como comerciales con el fin de captar clientes y cumplir objetivos para poder financiar los gastos que tiene un gran despacho», añaden algunos letrados.
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