Movimiento #DamosLaCara

«La crispación política complicará la salida de la crisis sanitaria y económica»

Álvaro Guillén, consejero de Acesur y presidente de Landaluz, pide consenso sobre la Ley de Cadena Alimentaria

Álvaro Guillén, consejero de Acesur y presidente de Landaluz ABC

El Freire

Acesur es otra de las compañías andaluzas que se ha sumado al movimiento #DamosLaCara, impulsado en toda España para mostrar el compromiso en la superación de la crisis sanitaria y económica. Esta industria aceitera sevillana, con base en Dos Hermanas, produce todo tipo de aceites comestibles y otros productos de alimentación, que comercializa con marcas reconocidas como La Española, Coosur o Guillén. Cercana a cumplir su bicentenerario, Acesur tiene sus orígenes en 1840, en la actividad de la familia Luca de Tena, cuyo centro de producción en Sevilla adquirió la familia Guillén. La segunda generación está en activo actualmente, sin haberlo dejado de estar la primera, con Juan Ramón Guillén Prieto, en la presidencia del grup0.

Acesur tiene 540 empleados en sus entros de producción en Sevilla, Jaén, Toledo y Cuenca, así como en sus filiales en el exterior. Dentro su plan de crecimiento, la compañía andaluza ha comenzado las obras de un nuevo centro de producción en Estados Unidos que prevé inaugurar este mismo año. La facturación del grupo en 2019 alcanzó los 602,5 millones de euros. Sus productos están presentes en 110 países y es líder en una veintena de ellos, así como en España con la marca Coosur en la categoría de virgen extra.

Acesur tiene una larga historia. ¿La crisis del Covid es una de las más duras que ha pasado?

A lo largo de tantas décadas de actividad ha habido, sin lugar a dudas, momentos difíciles, crisis económicas, sociales o del sector, pero esta del Covid-19 ha sido especialmente dura por ser imprevisible y de consecuencias inesperadas y desconocidas; además de por ser la más mortífera que España ha conocido en mucho tiempo. Evidentemente, además, esta crisis sanitaria ahora viene acompañada de una crisis económica y de una gran crispación política, que complicará la salida de la misma. Ahora mismo, más que nunca se necesita pactar cualquier medida con todos los agentes de la cadena alimentaria, sector primario, agroindustria y distribución, para no perder la competitividad de nuestro sector frente a la competencia de otros países. En este sentido, nos preocupa mucho que no se pacte con todos los implicados en la cadena, y que no se tenga en cuenta al sector privado en la nueva Ley de Cadena Alimentaria, clave en la industrialización y competitividad de nuestro sector en España. También tenemos los retos de acabar con los aranceles a la agroindustria de USA, la negociación del Brexit, el veto ruso, muchos asuntos que golpean de lleno actualmente al sector.

Acesur pertenece al mercado de la agroindustria y opera en el sector de alimentación, que no se ha visto tan castigado por la crisis como otros. ¿Cómo ha afectado la pandemia a la dinámica de Acesur y qué medidas extraordinarias ha tomado?

Acesur ha demostrado durante estos meses ser una empresa dinámica en la que la toma de decisiones se produce con la agilidad y el dinamismo que los tiempos actuales requieren. Nos vimos obligados a parar algunos proyectos que pasaban a un segundo plano por el cese de algunas actividades, por ejemplo, el oleoturismo, el sector de Horeca o la producción de determinados productos. Planificamos la producción lo mejor posible para poder satisfacer la creciente demanda de la distribución, especialmente durante las primeras semanas. Fuimos pioneros en actuar antes del estado de alarma y muy escrupulosos en las medidas de seguridad para evitar el contagio entre los operarios de producción, impusimos el teletrabajo al resto de la plantilla y reconocimos el esfuerzo de los trabajadores de producción con una prima salarial del 10% durante el estado de alarma.

En paralelo, hemos tratado de aportar para que los que se han visto más golpeados por la crisis puedan salir adelante, con donaciones (unos 40.000 kilos de alimentos de primera necesidad) a Banco de Alimentos, Cruz Roja, Cáritas o pequeñas organizaciones, siempre a través de la Fundación Juan Ramón Guillén; e incluso hemos aportado material de protección para los sanitarios confeccionado en nuestra planta de Vilches (Jaén). Ahora estamos tratando de apoyar a nuestros clientes de hostelería para que puedan retomar su actividad con normalidad, que es un importante motor de la economía.

Al operar en el mercado mundial, ¿cómo se ha adaptado a las diferentes coyunturas?

Trabajando muy en sintonía con nuestros clientes, escuchando sus necesidades y tratando de ser ágiles sirviendo. La expansión de la pandemia, como es lógico, ha marcado la situación de cada país, aunque, por regla general, todos han aumentado sus niveles de aprovisionamiento. El sector logístico ha sido clave en este aspecto y hay que reconocer su difícil labor durante este periodo.

¿Cuáles son las fortalezas de una empresa familiar que la hacen más resistente ante coyunturas como la actual?

La prudencia a la hora de realizar las inversiones y el repercutir los resultados de los buenos años en afianzar estructuras que te permiten un crecimiento sostenido. Los focos de decisión son cercanos y muy conectados entre sí, por lo que la adaptación a un cambio de situación es más rápida que en una empresa multinacional, por ejemplo; y todo ello unido a una gran profesionalización de los equipos para garantizar la duración en el tiempo de la misma.

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