CORONAVIRUS ANDALUCÍA

Coronavirus: El cierre de concesionarios provoca una caída de matriculaciones del 72% en Andalucía

Los 290 concesionarios de Andalucía han reducido temporalmente contratos a más 16.000 trabajadores

En Andalucía se han vendido en marzo un 72% menos de vehículos que en el mismo mes de 2019 ABC
María Jesús Pereira

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La venta de vehículos nuevos en Andalucía se ha desplomado en el mes de marzo al registrarse una caída del 72,50% respecto al mismo mes del 2019, «lo cual no tiene paragón en la historia de matriculaciones en España», según Faconauto, la patronal que integra asociaciones de concesionarios oficiales de las marcas automovilísticas y de maquinaria agrícola del mercado. En marzo de 2020 se han vendido en Andalucía 3.360 vehículos frente a los 12.219 del mismo mes del año pasado. En el acumulado de enero a marzo, los vehículos matriculados en Andalucía han sido 21.659, frente a los 33.035 del mismo período de 2019, lo que supone una caída deel 34%.

Las matriculaciones se han visto afectados por el estado de alarma decretado el 14 de marzo, día en que cerraron los concesionarios al considerarse establecimientos comerciales. L a solicitud masiva de ERTE en concesionarios andaluces afectará a 16.000 trabajadores de los 290 concesionarios que hay en Andalucía, según estimaciones de la patronal, Faconauto. Los concesionarios de automoción se están acogiendo mayoritariamente a ERTEs por causa de fuerza mayor, incluido en el decreto de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del coronavirus, ya que consideran que les permitirá proteger el empleo y dar continuida a sus empresas, una vez se recupere la normalidad.

«Nos encontramos ante un mes y unos registros de ventas sin parangón en la historia de las matriculaciones en España, como también nos encontramos como país ante una de las crisis sanitarias más complejas y duras enfrentadas jamás. Las ventas están paralizadas y esta situación se prolongará, al menos, mientras dure el estado de alarma porque el principal objetivo es superar la pandemia. Sin embargo, estamos trabajando ya en el escenario de salida y recuperación», explica Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).

«Las matriculaciones venían arrastrando caídas desde agosto de 2018 y esta crisis añade incertidumbre entre los consumidores. Desde Anfac, pensamos que es posible volver rápido a donde estábamos. Vamos a necesitar un plan de choque de relanzamiento del sector que recoja medidas específicas para la automoción que sirva para recuperar rápidamente el mercado y la producción, con unos planes de ayuda a la compra que se centren ahora en la renovación integral del parque».

«Las cifras hablan por sí mismas: el descalabro en las matriculaciones es histórico. Con los concesionarios cerrados, esperamos un mercado inexistente o con caídas cercanas al 90% los dos próximos meses. Pese a ello, deberíamos aspirar a tocar fondo antes de que acabe el primer semestre y trabajar duro en la segunda mitad del año para arrancar de nuevo el sector. La acción de los gobiernos central y autonómicos es clave para controlar el virus, pero también lo va a ser para articular un plan de choque con medidas concretas y coyunturales, si queremos que el automóvil sea realmente el motor de la recuperación. Al respecto es esencial que se dejen de cometer los errores de coordinación y criterio entre el Gobierno y las comunidades autónomas que estamos viendo, e incluso entre los diferentes ministerios, a la hora de poner en marcha medidas económicas y laborales tan necesarias para amortiguar el impacto de la pandemia, pero que están resultando unilaterales y que tendrán efectos negativos para las empresas, para los trabajadores y, por extensión, a la recuperación».

Según a Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam ), «el parón de la actividad como consecuencia de la crisis del coronavirus ha hecho que durante el estado de alarma las matriculaciones lleguen a caer diariamente cerca del 90%, lo que significa matricular apenas 300 unidades al día. Teniendo en cuenta que las redes de distribución operan con márgenes inferiores al 1% sobre la facturación, esta situación supone, lógicamente, dar ya el año por perdido, con las consecuencias que esto va a tener sobre el empleo. Por supuesto que lo primero es la salud, pero también hay que evitar la destrucción de puestos de trabajo para que la segunda prioridad, que es la economía, no colapse. Por eso, en lugar de que todos los ERTE terminen cuando acabe el estado de alarma, sería bueno que se aceptara una reincorporación gradual del personal sometido a estos expedientes temporales, ajustándolo al ritmo de recuperación, precisamente para proteger a los trabajadores. De lo contrario, se convertirán en ERE por causas económicas, Y, desde luego, el aumento del desempleo aumentará también la desconfianza de los inversores y de los propios consumidores».

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