Coronavirus Andalucía
«Planeamos fabricar material sanitario 100% español»
Juan Francisco Iturri está al frente de uno de los líderes en la venta de equipos de protección, como EPIS y mascarillas. Analiza una crisis que ha revolucionado este sector
Hasta hace dos meses Iturri había trabajado durante más de siete décadas en un sector invisible . Nadie había reparado en cuáles eran las marcas ni los proveedores de mascarillas, equipos de protección individual (EPIS) o sistemas para la desinfección de calles y edificios. Todo saltó por los aires a inicios del pasado marzo, cuando estos materiales se convirtieron en la más preciada mercancía para Gobiernos y empresas de todo el mundo. «Hay países que han gastado en un solo día las mascarillas de protección FFP2 que compraban en todo un año; esta demanda se ha unido a la urgencia desesperada y, con ello, a una especulación brutal, lo que ha roto la cadena de suministro», indica Juan Francisco Iturri, director general de esta compañía familiar . «Nosotros lo testamos todo, hemos devuelto muchísimo material y no hemos entregado nada defectuoso ; las falsificaciones que tanto daño hacen proceden de agentes sin conocimiento del producto que han entrado en el mercado a veces con buena intención y otras por avaricia». Iturri, que fabrica vehículos para emergencias en Utrera y calzado para fuerzas de seguridad en la Palma del Condado, registra unas ventas anuales de 240 millones de euros.
Iturri lleva décadas importando material de seguridad. ¿Cómo ha reaccionado a esta crisis?
Ante la escasez total de material hemos priorizado la distribución en hospitales, lo cual ha sido muy doloroso porque ha supuesto que dejemos de proveer a clientes industriales a los que no les habíamos fallado jamás. La mayoría lo ha entendido perfectamente, aunque ha causado una enorme frustración interna en nuestro personal.
¿Qué ha ocurrido con los fabricantes fiables de China?
Los buenos fabricantes chinos están totalmente saturados. A España ha llegado muy poco material de esos «pata negra». En estos meses se han incorporado cientos de nuevos fabricantes y ha habido un porcentaje muy amplio que ha falsificado las certificaciones. Se compraban las mascarillas con un nivel 36 de protección a la filtración y cuando llegaban aquí apenas daban un nivel de seis... Y pagando todo por adelantado.
¿Ese tipo de material es al que se llama «falso»?
Falso es que, aunque no sea perceptible, los certificados de la mascarilla, que requiere ensayos muy precisos para asegurar que cubre determinados riesgos, están manipulados. Un «pdf» con la firma copiada de un lado y la certificación de otro, escrito en chino, y todo en un momento de desesperación porque no hay otro producto...
¿Qué sintió al ver las fotos de sanitarios protegidos con bolsas de basura atadas con cuerdas?
Hay empleados de Iturri que llevan muchos años tratando con clientes del sector sanitario que han llorado literalmente al ver esas escenas.
¿Habría sido quizá una buena opción retirarse momentáneamente del mercado?
Nosotros hemos marcado tres prioridades: la primera es la salud de nuestra plantilla, la segunda la salud de la empresa y la tercera ayudar a nuestro país en todo lo que podamos. Precisamente por eso nos estamos jugando el tipo: hemos pedido por primera vez en nuestra historia un crédito a los bancos para invertir más de 50 millones de euros en la adquisición de material que pueda proveer con garantías suficientes de seguridad a nuestros hospitales y fuerzas de seguridad.
¿Cómo llega ese material?
Ahora mismo tenemos cientos de cajas atrapadas en el aeropuerto de Shanghai. El precio de lo que se compra es el triple de lo que se habría pagado en una situación normal, y después hay que estudiar si puede transportarse en avión, barco, tren e incluso en un camión que tardaría en llegar 20 días, porque también hay un colapso en el transporte. Por primera vez en nuestra historia hemos fletado aviones privados para traer nuestro material. El coste del transporte supera ampliamente al de la propia mercancía, así que cuando llega a España el objetivo es no perder demasiado dinero.
En este contexto, ¿tiene sentido hacer proyectos para fabricar este material en España?
Nosotros tenemos varias iniciativas. Partimos de la base de que si la meta esencial es garantizar el suministro nacional es vital que también la materia prima sea de producción española. Con esta filosofía vamos a iniciar ya la producción en España de buzos desechables (trajes de plástico que cubren todo el cuerpo). Para otros proyectos de este tipo tenemos que asegurarnos de que a medio plazo la inversión tiene sentido económico.
¿Sería viable hacer mascarillas?
El material de las mascarillas de protección FFP2 es el polipropileno, que se puede conseguir en España. Todo apunta a que el consumo de mascarillas crecerá y que puede ser deseable tener una producción propia. La seguridad de la población, y la gestión global de la misma, será una prioridad política y social. Para Iturri es un gran desafío y nos obliga a analizar todas las opciones posibles.
¿Sería necesario una reserva estratégica de material sanitario al igual que la hay de petróleo?
Sería muy positivo que el sector pudiera estimar qué necesidades quieren cubrir en el futuro los servicios públicos de salud con producción netamente nacional; habría más certidumbre para todas aquellas empresas que estamos diseñando posibles planes para fabricar estos productos de primera necesidad de manera íntegra en nuestro país.
¿Están negociando algún tipo de alianza o «joint venture» para hacer estas fábricas de producto netamente español?
Sería lógico que todos estos proyectos tengan cierto orden. Evidentemente cada uno puede diseñar el proyecto que quiera, pero no tendría sentido saturar en exceso la capacidad de producción y eso requiere que todos intentemos alinear intereses. Es fundamental ver el encaje «postcovid» en todos estos casos, estudiar bien cómo será el mercado y qué sentido tendrían estas inversiones.
Sí parece claro que ponerse la mascarilla será una nueva costumbre...
Parece que sí, aunque hay que ver cuál de ellas es la que pide el mercado. El consumo no será como el de antes, estará sin duda en otro nivel.
¿Iturri ha reorientado sus líneas de investigación para luchar contra el Covid 19?
Teníamos un proyecto con Tecnalia para estudiar nuevos tejidos para mascarillas que mantienen el nivel de protección pero mejoran la transpiración, y que ahora cobra más relevancia porque los deportistas van a requerir este tipo de productos. Estamos trabajando junto al instituto alemán Fraunhofer en un proyecto que combina cámaras térmicas con radares de alta sensibilidad, que permiten medir temperatura y frecuencia respiratoria de los viajeros que aguardan en el andén del metro o en la sala de espera de un aeropuerto, y con un algoritmo indica qué personas pueden tener síntomas de Covid 19. Hemos iniciado investigaciones de urgencia, por ejemplo: ¿Se pueden desinfectar mascarillas en una secadora a más de 70 grados durante un tiempo determinado? Todo apunta a que sí, lo cual nos permite reaprovechar material y eliminar residuo.
El grupo inició un plan de adquisiciones para comprar tecnología. ¿Cambian las prioridades?
La crisis prioriza algunos proyectos e incluso acelera su desarrollo. Iturri entró en el capital de Ludus, una empresa vasca que utiliza realidad virtual para la formación en seguridad. Esto ahora es más importante que nunca, porque una persona sin equipamiento de seguridad pero con buenos hábitos está mejor protegida que otra que tiene el mejor equipamiento pero no sabe usarlo. En estos días hemos dedicado cientos de horas a realizar seminarios virtuales sobre cómo utilizar correctamente el material para que sea realmente seguro. Todo irá más rápido. Nuestra investigación en exoesqueletos para evitar lumbalgias en el trabajo sigue siendo importante, aunque ahora es menos perentoria.
Iturri fabrica vehículos de protección en Utrera y Brasil y adquirió hace dos años al fabricante alemán Gimaex. ¿Cómo ha sido la integración?
Ha sido una operación que nos ha ayudado a ambos a aprender. En el sector de los vehículos de emergencia, protección industrial, defensa y seguridad vemos un gran potencial precisamente en China, donde la demanda de productos de altísima calidad es enorme. El mercado es tan grande y tiene tantas posibilidades que tendremos que plantearnos si en el futuro necesitaremos tener allí presencia industrial. Gimaex tenía una gran experiencia en vehículos de desinfección, lo cual ha sido ahora esencial para adaptar vehículos en España para eliminar posibles virus en calles y edificios. Ahora estamos investigando cómo la lejía con presión hidrostática puede elevar su poder desinfectante.
Aunque la actividad es muy intensa Iturri ha presentado un ERTE…
Para una parte de la empresa la actividad es continua los siete días de la semana y las 24 horas del día mientras que para otra se ha detenido, lo cual nos ha llevado a solicitar este ERTE que afecta al 18% de la plantilla y a una parte limitada de su jornada laboral. Tenemos la obligación de cuidar al máximo la tesorería de la empresa, hay que prepararse para lo que vendrá. No es una medida agradable, como tampoco lo ha sido pedir dinero a los bancos por primera vez en nuestra historia, pero estamos pensando en cómo superar una situación crítica para todo el país.
Han entrado muchos nuevos operadores en el sector. ¿Todo será distinto a partir de ahora?
Cuando se reduzca la emergencia sanitaria llegará la hora hacernos muchas preguntas. ¿Quién ha provisto el material? ¿A qué precios? ¿Con qué calidad? Quienes llevamos décadas en este sector no podíamos fallar porque sabemos que el momento de evaluar la calidad de lo que se ha suministrado siempre llega; otros podrán permitirse el lujo de irse tan rápido como han venido.