Mercado de trabajo
Coronavirus Andalucía: ¿Parados o inactivos? El virus confina a 250.000 trabajadores andaluces en un limbo estadístico
El confinamiento impidió la búsqueda activa de empleo, requisito para figurar como desempleado
La Encuesta de Población Activa (EPA) que cada trimestre publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) cuenta como desempleada a la persona que cumple tres requisitos : no haber trabajado ni una sola hora durante la semana de referencia; estar buscando empleo de manera activa; y tener disponibilidad para la incorporación a un puesto de trabajo en los siguientes 15 días. Son los criterios internacionales que rigen en la elaboración de estadísticas oficiales. Un trabajador que no esté ocupado, si incumple, aunque sea de forma involuntaria, cualquiera de los requisitos no se contabiliza como parado sino como inactivo.
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Estas pautas tradicionales no contaban con la circunstancia extraordinaria que tuvieron que vivir los trabajadores en el segundo trimestre del año a causa de la pandemia: el confinamiento obligatorio decretado tras el estado de alarma. Las «especiales circunstancias y las restricciones a la actividad dificultaron que una parte de la población buscara empleo y estuviera disponible para trabajar, pasando a ser considerada por la EPA como población inactiva y no como desempleada», subraya el Observatorio Económico de Andalucía (OEA).
Datos insólitos
Ello explica que en el segundo trimestre del año se disparase el número de inactivos, una merma insólita e irreal de la fuerza laboral de la región. El OEA detalla que «la intensidad de las medidas para la contención de la pandemia en el segundo trimestre de 2020 provocó l a pérdida de cerca de 200.000 empleos en Andalucía , mientras que, contra toda lógica económica, el desempleó disminuyó en 48.000 efectivos». Según este foro de expertos, «estas cifras no reflejan la dimensión del impacto sobre la actividad económica que ha provocado la actual crisis sanitaria y que se explica por un aumento inédito de la población inactiva y por la consideración como población ocupada de los trabajadores afectados por ERTE y de los autónomos que cobran la prestación por cese de actividad».
En concreto, la población inactiva en Andalucía creció en el segundo trimestre en más de 250.000 personas respecto del trimestre anterior, lo que supuso un aumento respecto del mismo periodo de 2019 del 10,9%, el tercer mayor crecimiento entre las Comunidades Autónomas, después de Canarias e Islas Baleares. «La no consideración de este exceso de población inactiva como desempleada subestima, con más intensidad en Andalucía, el crecimiento de la tasa de paro y altera el volumen de la población activa», recalca el Observatorio.
Este informe detalla que el número medio de trabajadores acogidos a un ERTE en Andalucía durante el segundo trimestre fue de 367.600, y 257.500 el de autónomos acogidos a la prestación por cese de actividad. «La EPA considera a estos colectivos como población ocupada que no están trabajando, aunque por la naturaleza de su relación con la actividad se aproxima más a la definición de población desempleada que cobra un subsidio. La contemplación de esta población como ocupada y no como desempleada altera las cifras de empleo y paro, sin provocar cambios en la población activa», subraya este informe.
Más del 40% de paro
«El efecto conjunto de ambos mecanismos determina que los indicadores del mercado de trabajo no ofrezcan una imagen fiel del impacto real que las medidas de contención de la pandemia han tenido en la contracción de la actividad económica», añade. En este punto, el Observatorio plantea: «En el ejercicio imaginario de considerar al exceso de la población inactiva como desempleada, junto con los trabajadores en ERTE y los autónomos en cese de actividad, y quitar estos últimos de la población ocupada, desprende resultados más acordes con la intensa contracción del PIB en el trimestre: la ocupación se habría reducido un 27,2% interanual, frente al 7,2% estimado por el INE, y el desempleo habría aumentado un 108,1%, en contraste con la reducción del 5,6% de la EPA, situando la tasa de paro en el 43,2% de la población activa, frente a la cifra oficial del 21,3%».
También resulta «revelador» del impacto en la economía que sólo el 32,6% de la población mayor de dieciséis años trabajó en el segundo trimestre, cuando la cifra en el mismo período del año anterior era del 45%.